"Exigimos un cierre como si nuestras vidas estuvieran tan bien compuestas como en las novelas, pero la realidad es que no es así. En la vida real, las relaciones son desordenadas y están mal escritas, terminan demasiado pronto o demasiado tarde, y a veces en mitad de una frase". Beau Taplin
La mayoría de nosotros ansiamos cerrar una relación. Siempre queremos llegar al fondo de las cosas. Queremos saber la verdadera razón, porque todas las palabras que se dicen al final parecen vagas y poco claras y no parecen suficientes.
Lo peor es cuando las personas con las que estabas se niegan a darte explicaciones claras. No puedes evitar sentir que quedan cabos sueltos y que, aunque la relación se haya acabado, aún no ha terminado, al menos no para ti.
Eres incapaz de entenderlo. Fuiste más allá para que las cosas funcionaran. Respetabas a la persona con la que estabas. La querías más de lo que las palabras pueden describir.
Y se van sin dar explicaciones. Al menos no te dan una explicación que te satisfaga o en la que creas.
Empiezas a sentir que después de tanto tiempo juntos no mereces una explicación. Después de todos que has pasado. Después de todo el tiempo y esfuerzo invertidos en esa única persona. ¿No te merecías más? ¿Más que ellos abandonándote cobarde y silenciosamente?
Lo único que puedes hacer cuando las cosas se quedan sin decir es decirte algunas cosas a ti mismo.
En primer lugar, tiene que darse cuenta de que algunas cosas es mejor no decirlas. Tal vez si obtuvieras las respuestas correctas de esa persona, harían más daño.
En segundo lugar, algunas personas sólo están destinadas a ser pasajeros temporales en tu vida. Eso no significa que sólo fueras un alto en el camino. Significa que os necesitabais el uno al otro durante ese periodo de tiempo.
Algunas personas no están destinadas a quedarse para siempre: sólo están ahí para hacerte compañía y enseñarte algunas cosas sobre la vida y el amor, hasta que llegue tu persona para siempre.
Al final, hay que aceptar que a veces las cosas ocurren porque sí. Puede que no estén evolucionando como tú querías. Puede que la ruptura se haya producido cuando menos te lo esperabas. Pero casi nunca se está preparado para el final de una relación. Lo que hay que hacer entonces es darse cuenta de que no todo está en nuestras manos y que lo mejor que puedes hacer es dejarlo ir y seguir adelante.
Reconocerás que has seguido adelante simplemente por sentirte libre, libre de pensar en el pasado y libre de cualquier emoción hacia esa persona. Te encantará esa sensación liberadora de que simplemente ya no te importa.
Tienes que darte cuenta de que todo depende de ti. Haz las paces con el hecho de que nadie puede darte un cierre. No hay explicación que sea lo suficientemente adecuada para hacerte sentir mejor. Las cosas se acaban y duelen durante el tiempo necesario hasta que al final ves que eres tú quien tenía que dejarlo ir.