Dicen que el amor lo conquista todo.
He oído varias historias de amor que supera todas las adversidades. He oído historias de relaciones amorosas a larga distancia, de amor prohibido y de amor eterno. Todas parecen tener un final victorioso.
Pero no la nuestra.
Supongo que nuestro amor no estaba destinado a ser así.
Te amé. Mi amor crecía cada día. Mi corazón nunca se cansaba de latir por ti. Mi amor era apasionado y, lo más importante, paciente.Y sé que tú también me querías.
Sé que lo hiciste. Pero nunca lo dijiste en voz alta. Nunca dijiste lo feliz que estabas de tenerme.
Nunca mostraste lo fácil que era poder tener a esa persona especial con la que compartirías todas tus penurias.
Cada vez que intentaba abrirme a ti y contarte lo triste que me sentía por algo, empezabas a hablar de ti y hacías que todo girara en torno a ti.
Todo giraba siempre en torno a ti.
Nunca tuve la oportunidad de sentir alegría por las cosas buenas de mi vida.Nunca tuve la oportunidad de compartir mis mejores momentos contigo.
Cada vez que me pasaba algo bueno, hacías que se convirtiera en nada significativo comparado con las cosas que te pasaban a ti a diario.
Estoy cansado de tus sonrisas forzadas y de actuar como si no tuvieras defectos.
Eras el Sr. Perfecto y yo debía sentirme privilegiada por tenerte a mi lado.
Bueno, la verdad es que nunca te tuve a mi lado para nada. Lo único que te interesaba eras tú mismo. Nunca te interesó nada de lo que hice ni nada de lo que dije.
Cualquier palabra de aliento o cualquier consejo que te diera era desechado sin más. Me dolió mucho saber que no apreciabas el esfuerzo que hice.
Cuando salíamos y quedábamos con nuestros amigos, no tenía la oportunidad de decir lo que pensaba.
Eras tú quien hablaba en mi nombre. Eras tú quien me interrumpía en mitad de cada frase. Sentí que había perdido mi identidad. Sentí que mi opinión no te importaba.
Estaba harta de que me criticaras y de que nunca estuvieras satisfecha conmigo. Señalabas mis defectos y me juzgabas por cometer errores. Nunca fuiste comprensivo ni considerado.
Te puse demasiadas excusas porque me negaba a creer que tu ego fuera más importante para ti que lo que teníamos.
Pensé que sólo estabas siendo un hombre típico, un hombre con cierto tipo de actitud fría, un hombre que no quería mostrar su vulnerabilidad.Quería creer que sólo era una fase temporal en tu vida.
Quería creer que mi amor te cambiaría. ¡Dios, qué estúpida fui! Debería haber sabido que no era sólo una fase. Era lo que realmente eras. Y la gente como tú nunca cambia.
Al final, me cansé de todo. Me cansé de darte los mejores años de mi vida. Me cansé de darte lo mejor de mí y de no recibir nada a cambio.Llegó el momento de dejarte.
Decidí llevarme mi vida conmigo y dejarte solo con tu ego.
Te dejé solo con todos tus logros y todas tus conversaciones egocéntricas.
Te dejé aunque seguía queriéndote, pero créeme, tenía la conciencia tranquila. No podía quedarme con el hombre que dejaba que su ego se interpusiera en nuestro amor.
Dicen que el amor lo vence todo. Pero esta vez, el ego era invencible.