Te mereces que te persigan. Mereces que te quieran.
Mereces que te cuiden. Mereces que te respeten. Y mereces que todo eso ocurra de forma natural.
Sin necesidad de suplicar a alguien que te quiera.
Sin perseguir a la gente para que pase tiempo contigo.
Sin hacerles creer que eres su mejor amigo.
Porque si no ven lo especial y única que eres, es culpa suya.
Obviamente están ciegos para ver qué clase de obra maestra tienen en sus vidas. Y si ellos son tan estúpidos como para alejarse, tú deberías ser lo suficientemente inteligente como para dejarlos ir.
Persiguiéndolos te perderás a ti mismo.
Y eso es algo que no puedes permitir que ocurra. Así que deja de perder tu precioso tiempo con gente que no te merece.
Eres digno y más que suficiente. Y si no lo ven, es su problema.
Pero hagas lo que hagas, por favor, no persigas a los que no quieren ser perseguidos.
Porque cuando finalmente los atrapes, fingirán que te conocen. Inventarán mil razones para no pasar tiempo contigo.
Y tu corazón se romperá en mil pedazos.
Estarás deprimido porque, por primera vez en tu vida, alguien no te ha querido. Y deberían. Porque no les diste una buena razón para actuar así.
En esos momentos, probablemente le preguntarás a Dios por qué te está haciendo todo esto pero recuerda que un profesor siempre está callado durante el examen.
Ésta es sólo una prueba más para ti, para demostrarte lo fuerte e independiente que eres. Y de cada batalla como ésta, saldrás vencedora, con muchas heridas en el cuerpo pero aún en pie.
Y nadie podrá arrebatarte tu experiencia. Así que, la próxima vez que alguien te dé la espalda, no le persigas.
¿Sabes por qué?
Porque esa gente no merece ser perseguida.
TÚ eres quien merece ser perseguido. Cada día. Cada hora. Cada minuto.
Porque eres más que suficiente. Y nunca dejes que nadie te convenza de lo contrario.
Te mereces a alguien cuyo único trabajo sea hacerte feliz.
Te mereces un hombre que te dedique toda su atención.
Te mereces a quien no te proporcione sólo una relación casi.
Te mereces un hombre que lo quiera todo o nada. Te mereces ser amada de una forma que creías que nunca sentirías.
Te mereces a alguien que te produzca mariposas en el estómago cada vez que lo veas.
Te mereces un hombre que esté locamente, profundamente y sin limitaciones enamorado de ti.
Así que no te conformes con menos de lo que mereces y no aceptes solo un trozo del pastel. Porque te lo mereces todo.
En todo este lío llamado vida, tienes que darte cuenta de que no eres reemplazable.
Eres único tal y como eres y por eso debes ser apreciado. Por eso, acompáñate de alguien cuyo amor te haga sentir como en casa.
Entrega tu corazón sólo a un hombre que sepa apreciarlo. Elige a un hombre dispuesto a aceptarte con todos tus pros y tus contras, pero que aun así te amará como nunca antes lo ha hecho.
Y cuando conozcas a un hombre así, dale todo tu amor. No tengas miedo, porque aunque te caigas, él estará ahí para cogerte.
Y cuando la vida se ponga difícil, cuando la gente te defraude y cuando no seas capaz de ver la luz a tu alrededor, no te asustes; sólo dite a ti mismo con calma: "No necesito tu luz, hijo de puta; ¡encontraré mi camino incluso en la oscuridad!".