Alguien dijo una vez: "Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error", y yo no le hice caso. Tal vez sea porque nunca pensé en ti como mi enemigo. Pensé que porque yo amo, tú también me amas. Pensé que porque yo nunca te lastimaría, tú tampoco me lastimarías. Pero como de costumbre, la vida tiene su propio camino y me demostraron que estaba equivocado. Otra vez.
Te dije cuánto me duele que me ignores. Te dije lo molesto que es no recibir respuesta a mi llamada cuando sé que estás al teléfono. Sabías lo mal que me siento cuando no respondes a mis mensajes. Es sólo un estúpido mensaje, ¿por qué era tan difícil sacar tiempo para hablar conmigo?
Sabías que odiaba que coquetearas con otras chicas. No podía quedarme mirando. Odiaba verte con otra persona. Si yo era tuya y si tú eras mía, ¿cuándo y dónde afloró esa necesidad de otras personas? Nunca quise a nadie más, con tenerte a ti me bastaba y no me entra en la cabeza por qué yo no era suficiente para ti.
Pensé que lo había hecho todo bien, que habías encontrado en mí todo lo que siempre habías deseado. Pero obviamente me equivoqué.
No era suficiente. Necesitabas algo más, pero no querías dejarme ir. Y yo no iba a dejar que me hicieras daño y me trataras mal. Sí, te quiero, pero no puedes jugar conmigo. Te quiero, pero mi paciencia tiene un límite y tú lo has alcanzado hace mucho tiempo.
Aunque te hayas reído al final, aunque yo haya sido la que ha salido herida de esta relación, eso no significa que hayas ganado. Puede que ganaras la batalla, pero seguro que no ganaste la guerra.
Verás, puedo encontrar a alguien como tú a la vuelta de cualquier esquina, pero te costará encontrar a alguien que te quiera tanto como yo. Nunca encontrarás a alguien que te tolere tanto como yo lo hice. Serás incapaz de llenar el vacío que dejé porque te quise más de lo que merecías.
Te amé incondicionalmente. Hice todo lo que pude para satisfacer tus expectativas. Hice todo lo que pude para amarte sin pedir nada a cambio. Te amé en tu momento menos amable y te negaste a respetarme. Ves, una vez que descubres cómo se siente el respeto, lo tomarás por encima del amor, siempre. Yo sabía desde el principio cómo se siente el respeto, sólo me dejé llevar un poco por el sentimiento del amor.
Me dejé llevar por el amor que te tenía...no el amor que sentías por mí. Porque dudo que me amaras. Por eso ganaste la batalla. Me alejaste. Me dejaste elegirte por encima del respeto. Te di mi amor aunque no lo apreciaras.
Por eso perdiste la guerra. Porque perdiste a alguien que te amaba más en este mundo. Perdiste la guerra porque no voy a volver.