"Recuerdo que antes se quejaba de algunas cosas que la hacían infeliz, ¡pero ahora mi mujer quiere el divorcio!
Nunca pensé que llegaría a esto, y ahora que ha pasado, no tengo ni idea de qué hacer ni qué decirle".
Si estos o parecidos pensamientos le rondan por la cabeza en este momento, no se preocupe: no está solo.
Los problemas matrimoniales suelen pasar desapercibidos para los cónyuges y a matrimonio roto no se rompe de la noche a la mañana.
El hecho de que hayas decidido buscar ayuda virtual dice mucho de tu determinación y voluntad de entender por qué ella quiere el divorcio y qué puedes hacer (o evitar hacer) para recuperar a tu mujer.
Firmar los papeles del divorcio es fácil, pero luchar para salvar un matrimonio es algo que sólo hace un hombre de verdad (suponiendo que ella le siga importando).
Como siempre, antes de llegar al meollo de la cuestión y elaborar una estrategia, lo primero que hay que hacer es entender por qué ocurre todo esto, porque un problema definido es un problema reducido a la mitad.
Comprender por qué su mujer quiere divorciarse
Hay muchas razones posibles por las que, tras algunos años de matrimonio, un cónyuge puede empezar a pensar en divorciarse.
Una relación que antes era amorosa se convierte en un mal sueño del que quieres despertar si pasar por un proceso de divorcio o un acuerdo de custodia no es una opción para ti.
Éstas son las razones más posibles (y comunes) por las que su mujer podría querer divorciarse:
1. Aburrimiento
El aburrimiento es el enemigo número uno cuando se trata de cualquier tipo de relación. El proceso del aburrimiento es más o menos así:
Lo mejor del día o de la semana es relajarse en el sofá viendo Netflix, y la única vez que os sorprendéis el uno al otro es cuando dejáis accidentalmente los platos cuando os toca fregarlos.
No recuerdas la última vez que hicisteis algo divertido juntos y ya no prestas atención a las pequeñas cosas que importan (abrazos, besos de despedida, etc.).
Y es entonces cuando una mujer (o ambos cónyuges) empieza a sentir que le falta algo, que algo va totalmente mal porque ya no le entusiasma estar casada.
Su apasionante matrimonio ha caído en la rutina y ya no son felices.
Esto es especialmente cierto para las mujeres. Tienes que pensar en tu mujer como en una flor.
Para que florezca y sea feliz, tienes que colmarla de tu amor, afecto y atención, y tienes que seguir persiguiéndola.
De lo contrario, se aburrirá y empezará a pensar en encontrar esas cosas en otra parte, que es la razón principal por la que podría sugerirle el divorcio.
2. Influencia externa negativa
En todo matrimonio hay dos tipos de presión: la interna y la externa.
Lo interno se refiere a lo que ocurre entre los dos en el matrimonio, mientras que lo externo denota todo lo que ocurre fuera del matrimonio (sobre lo que no puedes influir).
Por ejemplo, una influencia externa negativa sería un familiar de su cónyuge, un amigo o alguien cercano que no le tenga aprecio.
La verdad es que no podemos caer bien a todo el mundo y siempre habrá gente que pensará que no somos la opción adecuada para su hermana, hermano o amigo.
Puede que eso sea exactamente lo que le ocurre a usted en este momento.
Si sabe que hay alguien (o unos cuantos) a los que no les cae bien, lo más probable es que la presionen para que solicite el divorcio.
Y hay dos razones para ello:
- Piensan que eres incapaz de hacerla feliz y que no eres bueno para ella
- Quieren hacerte sentir mal (porque no les gustas)
Por lo general, es una mezcla de ambos, así que se empeñan en hacer todo lo que esté en su mano para convencerla de que divorciarse es la decisión correcta.
La convencen de que se preocupan por su bienestar, etc.
Es difícil luchar contra una influencia externa, pero si estás decidido a recuperarla, tendrás que convencerla a ella (y no a ellos) de que divorciarse no es la decisión correcta.
Relacionado: Mi mujer me quiere pero no me desea: 8 razones y qué hacer
3. Decepción
Otra razón común por la que su esposa podría querer el divorcio es que ella es sentirse decepcionado.
Ahora bien, la decepción suele estar relacionada con las cosas que no has hecho y que pensabas que harías, o con algo que le prometiste pero no cumpliste.
La decepción es una emoción fuerte que puede cambiar toda nuestra perspectiva sobre alguien a quien antes queríamos y en quien creíamos.
Así que es hora de que empieces a recordar tu matrimonio y busques cualquier indicio de que le hiciste promesas y la decepcionaste.
¿Le prometiste que empezarías a trabajar en tus malos hábitos, pero no lo hiciste?
¿Le dijiste que pasarías más tiempo libre con ella, pero no lo hiciste?
¿Le prometiste que la ayudarías con todas esas tareas domésticas, pero no lo hiciste?
Como mujer, puedo decirte una cosa: Cuando prometes algo a una mujer, ella lo recordará.
Esperará que no hayas olvidado lo que le dijiste y esperará, hasta que llegue al punto en que no quiera esperar más.
Quizá tu mujer haya llegado a ese punto, así que es hora de que te preguntes si la has decepcionado de una forma u otra, porque si es así, tendrás que redimirte (si no quieres perderla).
4. Infidelidad
La infidelidad es, sin duda, uno de los destructores más poderosos de un matrimonio.
Destruye la confianza, la conexión entre los cónyuges y todo lo que han construido hasta ahora.
Si es usted quien le ha sido infiel, entonces probablemente ya sepa la razón por la que su mujer quiere el divorcio.
Aunque lo hayas hecho por impulso y te arrepientas de haberlo hecho, sigue sin tener justificación.
Afrontar las consecuencias de una infidelidad puede convertirse en un proceso largo y doloroso, pero es inevitable si quieres recuperarla.
Tienes que convencerla de que te sientes fatal por lo que has hecho, tienes que disculparte de corazón y prometerle que darás lo mejor de ti para ser un hombre mejor.
Tienes que repetir todo eso unas cuantas veces si quieres que siquiera considere volver a confiar en ti.
Y lo que es más importante, tienes que demostrarle que puede confiar en ti y que no volverás a hacerle daño.
Si es ella la que te ha sido infiel, y sospechas que quiere el divorcio porque está enamorada de otro hombre, no hay mucho que puedas hacer al respecto.
Puedes ser la mejor versión de ti mismo y si ella sigue sin verlo, entonces probablemente no deberías molestarte en luchar por salvar tu matrimonio.
Hacen falta dos para bailar un tango, ¿recuerdas? También hacen falta dos para salvar un matrimonio.
5. "Falta de amor"
Su primera cita fue emocionante, su relación fue satisfactoria y disfrutó de cada momento de su matrimonio.
Era evidente para todos los que os rodeaban que estabais locamente enamorados el uno del otro.
Es esa energía romántica que rezumas y que se ve en cada una de tus palabras y acciones.
Y entonces, llega un momento en que todo esto cambia de repente o desaparece en el aire.
Ella actúa raro la mitad del tiempo, ya no os mostráis afecto, no os decís cosas bonitas y ya no rezumáis esa misma energía romántica de antes.
Lo primero que te viene a la mente es: Ya no me quiere. Sí.
La razón por la que mi mujer quiere el divorcio es porque ya no me quiere.
¿O quizás usted tampoco la ama? O piensa que la verdadera razón de la ruptura de su matrimonio es la falta de amor, cuando en realidad es la falta de algo más que, al ser descubierto, cambiaría toda la situación entre ustedes dos.
Tal vez necesites algo de tiempo y espacio para ti, para refrescarte, contemplar tu matrimonio y empezar a trabajar en la búsqueda de una solución para el estado en el que te encuentras.
Como puedes ver, he puesto el término "Falta de amor" entre comillas por una razón, porque esto puede ser cierto, pero no tiene por qué serlo necesariamente.
El asesoramiento matrimonial es un buen punto de partida para ayudarle a darse cuenta de si la falta de amor es un problema real en su matrimonio o si se trata de otra cosa.
¡Ella cree que la felicidad está lejos de ti en este momento!
Todas las razones anteriores sobre por qué su esposa podría querer el divorcio se pueden resumir en una sola, y es que ella cree que la felicidad está lejos de usted en este momento.
Cualquiera que sea la razón por la que ella quiere el divorcio, el trasfondo de la misma y el efecto secundario de la razón es sentirse infeliz.
Es la emoción o la falta de emoción lo que nos pone en un estado en el que ya no nos sentimos queridos, amados o atendidos.
Y es entonces cuando nos convencemos de que nada volverá a ser igual, y que no importa lo que hagas o digas, siempre te sentirás desgraciado y tu matrimonio está condenado.
Cuando perdemos la esperanza, empezamos a hacer cosas que normalmente no haríamos.
Empezamos a pensar que terminar una relación o divorciarnos es la única salida y la única solución.
A veces sí, pero a veces no. Si dos personas aún se quieren, se respetan y están dispuestas a trabajar en su matrimonio, todo es posible.
Tienes que recordarle que la felicidad no está lejos de ti, sino que sigue aquí y que la única forma de activarla es esforzándote y teniendo voluntad de mejorar las cosas.
Véase también: Cómo arreglar un matrimonio roto: Un plan de rescate en 15 pasos
"Mi mujer quiere el divorcio, ¿cómo puedo recuperarla?"
Ahora que hemos terminado con todas las posibles razones por las que su esposa podría querer el divorcio, es hora de ver qué puede hacer para hacerla cambiar de opinión y recuperarla.
Recuerde que se trata de un proceso que requiere paciencia y determinación.
Puede que los resultados no se vean inmediatamente, pero si lo haces todo bien, obtendrás el mejor resultado posible (o el que está destinado a suceder):
1. Escúchala y evalúa tu matrimonio
El error número uno que cometen todos los cónyuges que intentan recuperar a su mujer/marido es pensar que hablar les ayudará a arreglarlo todo.
Hablar es útil, pero escuchar es aún mejor.
En lugar de forzar tu propia agenda e intentar demostrar que está equivocada, escúchala.
Porque si la escuchas, aprenderás mucho sobre la verdadera razón por la que quiere el divorcio en primer lugar.
Tienes que abrir todos tus sentidos y apagar tu modo de juzgar.
Cuando te cuente todo lo que le pasa por la cabeza y lo que siente por vuestro matrimonio, ponte en su lugar e intenta ver las cosas desde otra perspectiva.
A veces, cuando estamos ocupados únicamente con nuestros propios pensamientos, nos olvidamos de ver y sentir por lo que está pasando la otra persona.
Si no la escuchas, no sabrás qué hay que cambiar o arreglar.
Tienes que reconocer tus errores (si los hay) y prometer que empezarás a trabajar en ellos.
Tienes que evaluar tu matrimonio y centrarte en todos sus aspectos para poder salvarlo.
Así que, en lugar de limitarte a hablar, intenta escuchar y contemplar.
2. Discúlpate (si es necesario) y trabaja en ti mismo
Si has hecho algo malo o si la has descuidado, reconócelo y discúlpate por ello.
Prométele, y lo que es más importante, prométete a ti mismo que empezarás a trabajar para convertirte en la mejor versión de ti mismo.
Esto incluye ambos aspectos de ti (interno y externo; tanto tu mente como tu apariencia).
Haz cambios positivos en ti y en tu entorno, lee artículos/libros de autoayuda y busca ayuda y asesoramiento profesional si lo necesitas.
Recuerda que el verdadero cambio viene de dentro, así que si quieres recuperar a tu cónyuge, tienes que empezar a trabajar en ti mismo.
Un matrimonio feliz no es sólo cuestión de esfuerzo, sacrificio y compromiso, sino también de evolucionar constantemente.
Si te estancas, atraes cosas negativas y tu matrimonio también se estanca. Se rompe.
Así que es hora de despertar y ver cómo puedes mejorar. ¡Es hora de volverse activo!
Si quieres salvar tu matrimonio y demostrar a tu cónyuge que eres el mismo hombre del que una vez se enamorótienes que demostrar que te importa.
Y la forma más fácil de demostrar que te importa es esforzándote por mejorar las cosas e invertir en tu matrimonio.
Hay muchas cosas que puedes invertir en tu matrimonio y la más importante es el tiempo.
Invertir tiempo significa estar presente y estar dispuesto a asumir el papel de marido que ella se merece.
3. Darle un poco de espacio
Esta es una de las cosas más importantes que muchos cónyuges suelen olvidar.
Sí, tu mujer quiere el divorcio porque es lo que te ha dicho, pero no te ha dicho que también quiere algo de espacio.
Cuando mencionó la palabra divorcio, probablemente te quedaste helado al instante y no se te ocurrió otra cosa que hacerle demasiadas preguntas. No pudiste evitar sentirte decepcionado, enfadado e impotente.
Cuando te sientes así, corres un mayor riesgo de cometer una estupidez y acelerar todo el proceso de divorcio.
Por eso, lo más sensato en una situación así es darle un poco de espacio para pensar, porque eso es exactamente lo que necesita en este momento.
Si la fuerzas, la regañas o le ruegas, empeorarás aún más las cosas, y tú no quieres eso, ¿verdad?
Así que contrólate y, dándole algo de espacio y tiempo, demuéstrale que eres un hombre maduro que la respeta.
¡Eso es exactamente lo que ella quiere y necesita! Y si quieres recuperarla, tienes que darle lo que quiere y necesita.
Tienes que demostrarle que eres compasivo y que la comprendes.
4. Seguir viviendo
Como ya se ha mencionado, en el momento en que te das cuenta de la dura verdad de que su mujer quiere el divorcioes probable que sientas que tu vida se ha detenido y que no puedes recobrar el sentido.
Todo lo que puedes pensar es: ¿Qué he hecho mal? Creía que éramos felices (al menos eso esperaba)...
¿Cómo puedo arreglar las cosas? Espero que no vaya en serio con todo eso del divorcio porque yo definitivamente no sobreviviría a eso.
Ahora, si quieres recuperar a tu mujer, tienes que deshacerte de esta mentalidad negativa y ¡seguir viviendo! Si estás constantemente actuando o sintiéndote como un hombre muerto, tu mujer estará aún más decidida a terminar las cosas contigo.
Quiero decir, ¿quién quiere estar con un hombre así?
No es nada personal, pero yo desde luego no lo haría (y dudo que ninguna mujer lo hiciera).
Tienes que demostrarle que eres estable, que entiendes lo que pasa, que lo aceptas y que estás dispuesto a empezar a trabajar y a hacer las cosas bien.
Cualquier otra cosa te haría parecer un bebé llorón y eso es lo último que quieres.
Recuperarás a tu mujer cuando vea lo poderoso y decidido que eres, así que asegúrate de actuar como tal.
5. Ser el hombre del que una vez se enamoró
Piensa en la primera vez que la viste, que tuviste una cita con ella, que hiciste el amor con ella... Piensa en lo que sentías por ella y por vuestra relación en aquel entonces.
Piensa en cómo la trataste, en cómo te esforzaste por hacerla sentir especial, etc.
Cuando piensa en todo eso, ¿qué ve? ¿Ves a tu mujer sonriendo y rezumando felicidad? Seguro que sí.
Verás, muchos hombres dejan de perseguir a sus esposas una vez que atan el nudo.
Empiezan a actuar como si por fin la hubieran ganado y ahora todo lo que tienen que hacer es disfrutar del premio y presumir de ello.
Olvidan que tienen que seguir persiguiéndolaSigue haciéndola sentir especial y colmándola de gestos románticos.
Porque si no lo hacen, seguramente la perderán. Ella empezará a sentirse abandonada y sabrá que no son el mismo hombre del que una vez se enamoró.
Así que, ¡sé ese hombre! Sé el hombre del que una vez se enamoró. Continúa persiguiéndola como lo hacías cuando acababas de conocerla y sólo así la conquistarás y la mantendrás.
6. Comuníquese, pero NUNCA discuta
Muchas personas no diferencian estos dos conceptos porque hay una delgada línea entre comunicar y discutir.
Es muy fácil cambiar de modo sin darse cuenta.
Sé que he dicho que deberías darle algo de espacio, pero esto no significa cortar todo contacto con ella.
No debes ignorar completamente su existencia ni evitar la comunicación.
Cuando creas que ha llegado el momento, inicia una conversación, pero sólo si ves que no está enfadada ni estresada.
Pregúntale cómo se siente al respecto, pregúntale qué cambiaría en vuestro matrimonio y hazle saber que estás dispuesto a cooperar.
Comunícate y escúchala, pero nunca discutas. Puse la palabra discutir en negrita por una razón y la razón es que discutir empeora aún más las cosas.
Discutir es una forma inmadura de afrontar un problema, y tú no eres un hombre inmaduro.
Eres un hombre maduro que está dispuesto a escucharla, encontrar una solución y empezar a trabajar para mejorar las cosas.
Si eres algo escéptico al respecto, repite la frase anterior en primera persona hasta que te haga efecto y empieces a creértela.
Véase también: 5 maneras eficaces de devolver la chispa a su matrimonio
Cosas que nunca debes hacer si quieres recuperar a tu mujer
Para que no cometas errores ni empeores las cosas, aquí tienes una lista de cosas que nunca debes hacer si quieres recuperar a tu mujer (así que asegúrate de memorizarla bien):
1. Suplicarle, regañarla o presionarla
Como ya he mencionado, debes evitar cualquier comportamiento o comunicación que incluya elementos de súplica, regaño o presión.
Si le suplicas, le das la lata o la presionas para que se quede, estará aún más decidida a marcharse.
Así funciona el ser humano. Si alguien nos da un ultimátum o nos ruega que hagamos algo, enseguida empezamos a sentirnos amenazados y nos volvemos protectores de nuestra libertad.
La comunicación sana y la comprensión son el camino a seguir.
2. Actuar con necesidad
En mi opinión, actuar como un necesitado es peor que suplicar o regañar.
Actuar de forma necesitada incluye comportarse como un cachorrito triste o incluso llorar delante de ella para que se sienta mal por todo el asunto.
Es como mendigar compasión, que en realidad es una estrategia barata cuando se trata de recuperar a alguien.
Los hombres inmaduros actúan como necesitados, pero los maduros se respetan a sí mismos.
3. Idealizarte a ti mismo o a tu matrimonio
Idealizar significa enumerar todas las cosas positivas de usted o de su matrimonio para convencerla de que está cometiendo un error.
Es importante comprender que una persona o un matrimonio perfectos no existen, por lo que enumerar sólo los cosas positivas no es algo legítimo.
Siempre es mejor reconocer tanto los aspectos positivos como los negativos y luego empezar a trabajar para mejorarlos.
4. Implicar a su familia, amigos u otras personas
Y, por favor, no utilices a tu familia o amigos como intermediarios para animar a tu cónyuge a quedarse contigo.
No acudas a tu suegra, o a un amigo común y les pidas que convenzan a tu mujer de que está cometiendo un error.
Este es un asunto tuyo y de ella (es vuestro matrimonio) y no deberías involucrar a otras personas.
(Y si tu mujer se entera de lo que has hecho, seguro que no estará contenta).
5. Arrastrándose sobre ella
Cuando empiezas a darle demasiadas vueltas a algo, hay muchas posibilidades de que llegues a conclusiones falsas.
Podrías empezar a pensar que está haciendo algo a tus espaldas y que esa es la razón por la que quiere el divorcio.
Puede que empieces a espiarla y a seguir todos sus movimientos pensando que la pillarás haciendo algo pecaminoso, pero lo más probable es que no lo hagas.
Así que, hagas lo que hagas, no te acerques a ella y no juegues a los detectives.
De lo contrario, lo más probable es que se dé cuenta y se enfade.
6. Hacerle regalos caros
Hacerle regalos caros a tu mujer no la recuperará (a menos que sea una cazafortunas).
Bromas aparte, ahora no es el momento de malgastar el dinero en regalos, sino de invertir en uno mismo.
El mejor regalo para ella serías tú trabajando en ti mismo y no un reloj caro u otra cosa.
Las cosas son sólo cosas. No tienen la capacidad de compensar lo que falta en tu matrimonio.
7. Manipularla
Decirle a tu mujer que harás algo terrible si te deja es una de las cosas más molestas y horribles que podrías hacer.
Manipular a alguien para que se quede contigo es lo más bajo que se puede hacer.
Así que no lo hagas. Por muy desesperado que estés, no le gastes bromas ni juegues con ella.
De nuevo, demuéstrale que eres un hombre de verdad, y no un niño.
8. Enloquecimiento
Entiendo que, a veces, ir a lo loco te parezca lo único razonable, pero créeme, no lo es.
Aunque se quite la alianza, no te pongas como una fiera. Que se la haya quitado de momento no significa que no pueda volver a ponérsela.
Piensa racionalmente y no dejes que tus emociones negativas te aprisionen.
Muéstrate comprensivo, sigue trabajando en ti mismo y no la presiones.
Haz lo que puedas y espera lo mejor. Y recuerda que tiene que cambiar de opinión por sí misma. Manipularla o regañarla no servirá de nada.
Cuando sabes que lo has hecho lo mejor que has podido, no hay nada por lo que debas sentirte mal.
A veces, las cosas funcionan y a veces no. En caso de que no lo hagan, el divorcio sin culpa es la mejor opción. ¡Que tenga suerte!
Véase también: 15 hombres revelan el momento exacto en que supieron que el divorcio era su única opción