Si alguna vez has estado en esta situación sabes lo duro que es.
Pasáis tanto tiempo juntos, conocéis lo más profundo del otro, pero algo no va bien y ya no podéis ignorarlo.
Te duele verle correr en círculos haciéndose daño y haciéndote daño.
Lo has intentado una y otra vez, pero nunca ha pasado nada.
Te destroza el alma saber que no puedes ayudar o cambiar a la persona que amas.
La misma persona que no se ama a sí misma porque elige un comportamiento destructivo en lugar de curarse.
Los seres humanos tenemos una naturaleza adictiva. Para algunas personas, la negatividad también es adictiva.
La negatividad adopta muchas formas. A veces es un comportamiento tóxico, a veces es criticar constantemente, a veces son pensamientos de desesperación.
Por desgracia, no se puede hacer mucho.
Y lo que es peor, a menudo quieres ayudarle pero él se niega y te hace daño en el proceso.
Es entonces cuando sabes que las heridas son demasiado profundas y que no eres ni médico ni psicólogo.
Estoy casi seguro de que has hecho todo lo posible por cambiar la situación, pero has fracasado siempre.
Incluso cuando pensabas que las cosas iban mejor resultó que era algo temporal.
Esa no es forma de vivir.
Para progresar, el primero que tiene que esforzarse es él, no tú.
Pensar constantemente en el bienestar de otra persona nos hace desgraciados al final porque no tenemos tiempo para nosotros mismos.
No se gana nada con que dos personas desequilibradas intenten mantener viva una relación.
Si no hay nada que dar, no es una relación.
Aferrarte a algo que ya está muerto te impide experimentar la felicidad. No dejes que se te escape de las manos.
La felicidad favorece a los valientes. Sé valiente.
No cambiará. No cambiará ese hecho.
Es mejor seguir adelante y dejar que luche sus propias batallas. Al final, tiene que ayudarse a sí mismo.
A veces el problema es precisamente el hecho de que dejes que cuente contigo todo el tiempo. Eso es señal de una relación dependiente - y eso no lleva a ninguna parte.
Para hacer un cambio en la vida, todo el mundo tiene que renunciar a algo. Si no está preparado ahora, puede que nunca lo esté.
No puedes sentarte a esperar días mejores. ¿Por qué hacerlo si puedes vivirlos activamente?
A veces la vida no es un mar embravecido que te zarandea, a veces son sólo tus emociones las que no has aprendido a controlar.
No todo se puede controlar, pero con una voluntad firme es posible optimizar casi todo en la vida, incluidos los sentimientos y las relaciones.
No te robes la felicidad. Deja ir lo que se niega a cambiar. No seas víctima de las circunstancias ni de las decisiones de los demás.
No todo es lo que parece ahora. Seguirás adelante. Las cosas mejorarán. Conocerás a gente nueva y la vida seguirá.
No hagas lo mismo que él: no tengas miedo de cambiar. Entra en tu poder y decide cómo quieres vivir tu vida.
Lo primero es dejar de culparse por las faltas de los demás.
Lo segundo es creer que puedes hacerlo mejor.
Puedes hacer lo que te propongas. Aprende de los errores de los demás y no te rindas.
Lo único que impide a una persona crecer es su incapacidad para adaptarse y cambiar, combinada con una baja autoestima.
Todas esas cosas tienen solución si tú quieres.
En el momento en que te das cuenta, te liberas.
"Si no te gusta algo, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia de actitud". - Maya Angelou