Estaba tan perdida en ti. Creo que aún lo estoy. Eras el objeto de mi deseo, el que desataba en mí una pasión que ni siquiera sabía que tenía. Tu tacto me hacía temblar. Tu voz me calmaba. Eras mi lugar favorito. Eras mi refugio seguro y mi tempestad, todo en una sola persona. Y ahora soy incapaz de dejarte marchar.
No quiero, porque no quiero acostumbrarme a otra persona. Nadie puede abrazarme como tú lo hiciste. Nadie puede besarme como tú lo hiciste. Nadie puede hacerme sentir como tú cuando estaba contigo. Y no sé por qué es así.
Tal vez me hechizaste de alguna manera, que me mantiene aferrado. Tal vez te estuve mirando a los ojos demasiado tiempo. Tal vez te escuchaba con demasiada atención. Tal vez fue la forma en que solías escucharme. Tal vez fue tu olor el que dejó huella en mí. Tal vez fueron tus manos las que dejaron marcas en mi piel. Tal vez fue la forma en que tus labios se ajustaban perfectamente a los míos. Sea lo que fuere, sigo aferrado a ti.
No quiero dejarte ir, porque duele y va a doler aún más. Sólo de pensar que no estamos hechos el uno para el otro se me saltan las lágrimas. La idea de que nunca volveré a sentir tu calor. Que nunca volveremos a reírnos de cosas que sólo nos hacen gracia a los dos. Que nunca volveré a sentir el amor que sentí por ti.
Sé que estábamos destinados a separarnos, a tomar caminos diferentes. Queríamos cosas diferentes en la vida. Rara vez nos llevábamos bien. Peleábamos mucho, probablemente demasiado. Parece una tontería, pero me daba una especie de subidón de adrenalina discutir contigo por estupideces. Eras mi persona favorita para pelear.
Fue tu decisión irte. Sé que tengo que dejarte ir porque no eres mía, pero es muy difícil. No puedo comer. No puedo dormir. No puedo pensar en nada más que en ti. Es como si estuviera atascada con estos sentimientos y haga lo que haga para intentar alejarlos, siguen ahí.
Tal vez Me estoy esforzando demasiado para dejarte ir. Tal vez ese sea el problema. Tal vez al tratar de dejarte ir, estoy pensando en ti aún más. Tal vez estoy haciendo esto a propósito difícil para mí.
Lo que más me asusta de dejarte ir es que ya no formaremos parte de la vida del otro. Sé que cuando decida dejarte marchar, tendré que hacerlo por completo. No preguntaré más a otras personas por ti. No más ver cómo estás en las redes sociales. No más mensajes de texto de vez en cuando. Ningún contacto en absoluto.
Resistiré el impulso de saber cómo estás y dónde estás. Ya no tendré ninguna idea de tu vida. Nunca haré todas las preguntas que quedaron sin respuesta. Nunca sabré si cumpliste los sueños que soñabas cuando estabas conmigo. Nunca sabré si siguen siendo los mismos. Odio no saberlo nunca.
Sé que la única forma de dejarte ir es cortar la comunicación por completo. Sé que no hay otra manera, porque incluso la más pequeña mención de ti me hace incapaz de dejarte ir. Incluso cuando finalmente lo consiga, cuando finalmente te deje ir por completo, una pequeña parte de ti siempre permanecerá conmigo. Escondida en algún lugar profundo de mi corazón.
No quiero dejarte ir, pero tengo que hacerlo. No hay otra manera, porque tú ya me dejaste ir.