Cuando alguien que significaba el mundo para ti se aleja, todo el mundo piensa que lo que más duele es la rotura de tu corazón.
No le voy a mentir: que se rompa en millones de pedazos es devastador y doloroso, y a menudo parece el mayor desastre de todos los tiempos.
Al principio, el shock inicial te adormece.
Estás en negación y te niegas a aceptar que algo así ha sucedido.
Te niegas a enfrentarte a las partes de tu corazón que necesitas reconstruir y asumes que reprimir tus emociones te hará sentir mejor.
Sin embargo, al cabo de un rato, todo el dolor te golpea y, por decirlo suavemente, empiezas a sentir como si te hubieran apuñalado en el estómago.
Es casi como si estuvieras pasando por un dolor físico que te impide respirar correctamente y que no puedes explicar.
Sabes que estás sano y salvo, pero te sientes muerto por dentro.
Naturalmente, piensas que esta sensación nunca desaparecerá.
Asumes que pasarás el resto de tu vida caminando con esta roca increíblemente pesada en las tripas y que cada mañana que te despiertes será sólo una nueva agonía.
Sin embargo, tl dolor desaparece tarde o temprano. Pasas por diferentes etapas que terminan con la aceptación y, tarde o temprano, el desamor deja de ser lo único en lo que piensas.
Por supuesto, esto no ocurre de la noche a la mañana, ya que es un proceso que requiere mucho esfuerzo y energía. Sin embargo, al final, el tiempo hace su magia y sutura tu corazón roto.
Das pequeños pasos y, al cabo de un tiempo, aprendes a respirar de nuevo. Te sorprendes a ti mismo sonriendo y surge la esperanza.
Crees que esto es...estás oficialmente salvado. Su el corazón roto se cura y listo.
Lamentablemente, las cosas no funcionan así. Porque lo que duele más que un corazón destrozado son las secuelas que esta horrible experiencia deja en ti.
Eso es exactamente lo que te pasó a ti. Este hombre no solo te rompió el corazón, también te lo rompió a ti.
Cambió la persona que eras antes de conocerle. Mató a la chica inocente e ingenua que creía en la gente y que tenía fe en el amor.
Hizo desaparecer a la verdadera tú y te sustituyó por esta mujer amargada, negativa y cínica que no confía en nadie.
Borró a la chica que seguía los dictados de su corazón sin importarle nada y, en su lugar, dio lugar a una mujer decepcionada, vigilante y excesivamente cuidadosa que hace todo lo posible por acallar sus emociones porque está con miedo al amor.
Lo más importante...te quitó la chispa. Mató tu espíritu y destruyó tu optimismo y entusiasmo.
Este hombre te convirtió en un muerto viviente.
En algún momento, dejaste de vivir y empezaste a existir, y hay una gran diferencia entre ambas cosas.
Seamos sinceros: ¿cuándo fue la última vez que te sorprendiste a ti mismo siendo realmente feliz, sin ningún motivo concreto?
¿La última vez que te emocionaron cosas tan sencillas como darte un chapuzón en el mar o ver una increíble puesta de sol?
No te acuerdas, ¿verdad? Bueno, eso es exactamente de lo que estoy hablando.
No obstante, aunque hayas aceptado tu nuevo yo, estoy aquí para decirte que las cosas no siempre serán así.
Te prometo que uno de estos días, tu chispa volverá. Llegará inesperadamente, llamando a tu puerta, y nunca más te abandonará.
No te presiones demasiado y date tiempo suficiente para curarte por completo, pero recuerda que esto pasará, igual que pasó con tu desamor.
No lo hiciste. piérdete para siempre y recuperarás a la chica que solías ser. Ten paciencia y no pienses en rendirte todavía.
No te mentiré: las cicatrices de tu alma permanecerán ahí para siempre.
Te servirán como recordatorio de las batallas que pasaste y, lo que es más importante, como recuerdo de cómo conseguiste sobrevivir.
Sin embargo, conseguirás recoger los pedazos rotos de ti mismo y pegarte de nuevo.
Conseguirás reconstruirte para hacer una versión aún más fuerte y actualizada de la chica que fuiste.
¿Y sabes por qué? Porque no importa lo que pase, por lo que pases o lo que te hagan algunas personas malvadas, nunca estarás roto sin remedio.