No creí que pudiera imaginarme enamorándome de ti. Eras cualquier cosa menos mi tipo de hombre. Pero, supongo, eso es lo que pasa con el amor. Borra todo lo que pensábamos que queríamos y nos da todo lo que necesitamos. Parece que tu abrazo es todo lo que necesitaba. ¿Quién lo diría?
Tú eres quien entra en mi mente cuando oigo la palabra "hogar". Eres a quien veo a mi lado cuando pienso en mis días más felices.
Tú eres a quien veo caminar a mi lado a lo largo de mi vida. A la que siempre volveré, no importa lo lejos que la vida me aleje. Nunca tuve algo de lo que no pudiera alejarme, hasta que te tuve a ti.
Es como si hubiera una especie de fuerza que nos impulsara unos hacia otros a través del tiempo y el espacio. No importa dónde estemos, siempre encontramos el camino de vuelta a casa. El camino de vuelta el uno al otro.
La forma en que sonríes y cómo tus ojos captan la luz del sol, convirtiendo ese marrón intenso en dorado. La forma en que tu pierna rebota arriba y abajo cuando estás nervioso, pero en el momento en que te necesito, te pones en modo héroe. Supongo que eso es el amor. Tiene una forma de hacer que desaparezcan todos nuestros miedos, sólo porque alguien necesita que seamos valientes.
Tú eres el que se enamoró de mí, incluso después de que te ocupaste de mi culo borracho. Múltiples veces. Mi borrachera para ti fue lo más lindo que alguien podría ser. Y lo más segura que me sentí fue esa noche, en ese momento, mientras me abrazabas y me perdía en tus brazos.
Le eché la culpa al alcohol, pero en el fondo sabía que no era así. En el fondo, sabía que estábamos condenados para toda la eternidad. Pero no hay nadie con quien preferiría pasar esa eternidad que contigo.
Verte sonreír me hace sentir la mujer más feliz del mundo. Verte feliz y saber que soy la razón de ello me llena de orgullo tan fácilmente, como si lo único que hubiera conseguido de verdad fuera hacerte feliz. Era como lo único que siempre quise hacer.
La forma en que te desvías de mi camino cuando te necesito me hace sentir amada más que nadie antes. Más que cualquier canción que alguien haya cantado, más que cualquier gran gesto que haya recibido.
Porque el amor no se puede fingir ni comprar, el amor no se puede presionar ni condicionar. Y lo que tenemos, la forma en que lo tenemos, me hace creer en un felices para siempre otra vez. Me hace creer que el amor de película existe después de todo. Tú eres quien me hace creerlo.
El latido de tu corazón es el ritmo con el que quiero bailar toda mi vida y el sonido de tu voz es lo único con lo que quiero despertarme.
Tu pecho es la única cama en la que quiero tumbarme y tu abrazo es el único lugar en el que quiero dormirme. Eres todo lo que siempre quise y todo lo que nunca supe que necesitaba.
La forma en que nuestras almas se conectaron cuando nos besamos por primera vez, los fuegos artificiales explotaron en ese momento e iluminaron mi corazón y ahuyentaron la oscuridad. El fuego que nuestro beso provocó en mi alma derritió el dolor y el frío.
La sensación de calor, la sensación de amor que sentí hasta en los dedos de los pies fue algo como nunca había sentido antes.
En el momento antes de que mis labios tocaran los tuyos, el mundo entero enmudeció, los colores se desvanecieron y me quedé sin aliento, atrapada eternamente entre dos latidos y a un palmo de tu cara.
Y cuando por fin se encontraron, fuiste el aire de mis pulmones, fuiste el sonido y el color de mi mundo. Eras tú. Sólo tú.
Todo el mundo habla del cielo como si fuera el lugar más perfecto al que ir. Pero en tus brazos, a tu lado, está el único cielo al que quiero ir.
Sentir el latido de tu corazón por el resto de mi vida es la mayor bendición que podría recibir. Y que seas mi último primer beso es más de lo que podría desear.