Cuando atraviesas una ruptura dolorosa, tu deseo número uno es recuperarte y continuar con tu vida lo antes posible.
Quieres olvidar todo lo que ha pasado, borrar todos tus recuerdos dolorosos, levantarte y hacer que tu corazón roto vuelva a estar entero.
Y eso es perfectamente normal. Al fin y al cabo, ¿a quién le gusta sentirse abrumado por la tristeza y que su vida quede en standby?
Tu deseo de seguir adelante es en realidad algo bueno: significa que aún tienes esperanza en un mañana mejor y optimismo para volver a ser el de antes.
Sin embargo, es peligroso creer que las cosas se arreglarán y te recuperarás de la noche a la mañana.
Avanzar demasiado deprisa e intentarlo sin curarte antes puede causarte más daño que bien.
De hecho, éstas son las consecuencias más comunes que esto puede acarrear.
1. Te complicas la vida lanzándote a una relación de rebote...
El error número uno que la mayoría de la gente comete justo después de pasar por una ruptura dolorosa es lanzarse a una nueva relación demasiado pronto.
Sí, hay situaciones en las que sustituir a tu ex pareja romántica por alguien nuevo es el mejor remedio para tu corazón destrozado y, a veces, puede ser la forma más eficaz de superar a tu ex.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, las personas sólo se engañan a sí mismas, pensando que están completamente preparadas para iniciar una nueva relación, cuando en realidad no están ni cerca de ello.
De hecho, este tipo de acuerdo sólo puede complicarte la vida más adelante y esto es lo último que necesitas en este momento: ya tienes demasiado peso sobre tus espaldas.
Mientras no te importe quién será tu nuevo novio y sólo te preocupe involucrarte en una nueva relación, es una señal más que evidente de que no estás en busca de un nuevo amor: estás buscando un rebote.
Antes de que te des cuenta, te encontrarás en una situación que no habías pensado y de la que te costará salir.
En lugar de poner toda tu atención en sentirte mejor y superar a tu ex, te guste o no, simplemente tendrás que invertir algo de energía en tu nueva relación.
Esta relación no puede tener futuro porque no está construida sobre una base sana, lo que significa que la ruptura es inevitable.
¿Y es algo que realmente necesitas ahora mismo?
2. ...que puede ser tóxico
Sin embargo, lo que es aún peor que verse envuelto en un relación de rebote que no tiene futuro es el hecho de que bajes el listón cuando intentas avanzar demasiado rápido.
Quieres encontrar una nueva pareja a toda costa y lo único que te importa es no estar solo, lo que nunca puede aportar nada bueno a tu vida.
De este modo, es fácil que encuentres a alguien que se aproveche de tus vulnerabilidades y ahonde aún más tus heridas emocionales.
Puedes encontrarte atrapada con un hombre que no te conviene en más de un sentido, pero no te darás cuenta a tiempo porque tu deseo de seguir adelante enseguida te ha cegado.
Además, la carga emocional que llevas en esta relación la hace tóxica.
Nunca podrás entregar todo tu corazón a esta nueva persona si aún sientes algo por tu ex. No puedes darle tu confianza si todavía tienes problemas de tu pasado.
No puedes prestarle toda tu atención si tus pensamientos están en otra parte. No puedes entregarle todo tu ser si partes de ti siguen atrapadas en el pasado.
Además, este tipo de arreglo es injusto con tu nuevo novio, que no tiene ni idea de a lo que se enfrenta pero tiene que lidiar con tu carga emocional.
Le estás engañando y, al hacerlo, te estás volviendo igual que tu ex.
3. Intentas curarte de todas las formas equivocadas...
La peor consecuencia de intentar seguir adelante de una manera insana radica en todas las cosas que realmente haces mientras inconscientemente intentas curarte.
Te involucras en aventuras sin sentido, en rollos de una noche, en comportamientos sexuales potencialmente peligrosos... No sólo eso: hay algunas personas que se involucran en drogas u otras adicciones.
Puede que pienses que acumular trabajo o ir al gimnasio no puede ser malo, pero también es una forma de comportamiento destructivo si te excedes y lo haces por las razones equivocadas.
Mantenerte ocupado durante el proceso de curación es el consejo número uno que te darán todos los expertos en citas, pero también tienes que dedicar algo de tiempo a procesar tus sentimientos en lugar de simplemente huir de ellos.
Está claro que intentas reprimir tus emociones y actuar como si no existieran. Y ambos sabemos que eso nunca es una solución.
De hecho, este tipo de comportamiento puede acarrearle más daños a largo plazo de lo que cree, pudiéndole causar depresión grave, ansiedad y otros problemas de salud mental.
4. ...pero tu dolor te afecta tarde o temprano
Lo que todo el mundo que sigue adelante sin curarse olvida es que no se puede esperar que el dolor y la carga emocional desaparezca mágicamente sólo porque has decidido fingir que no está ahí.
No las borrarás enterrándolas; de hecho, sólo las estarás cavando más hondo y, con el tiempo, formarán parte de ti y empezarán a definirte como persona.
No obstante, la cuestión es que todos estos problemas y sentimientos reaparecerán en la superficie cuando menos te lo esperes, después de que creas que han desaparecido hace tiempo.
Un día, te golpearán de la nada y no sabrás qué ha pasado.
Lo peor es que las emociones negativas se acumulan con el tiempo si las ignoras.
Básicamente, el dolor que te alcanzará en el futuro será mucho más intenso que ahora.
Tarde o temprano, tus demonios del pasado llamarán a tu puerta para recordarte las cosas que les debes, para destruir la felicidad que tanto tiempo te costó construir.
Y cuando eso ocurra, serán tan fuertes y estarán tan cerca que no tendrá sentido intentar escapar de ellos.
En pocas palabras, no hace falta que te hagas el duro porque reprimir tus emociones en realidad sólo te convierte en un cobarde.
En cambio, afrontarlos a tiempo y hacer las cosas de forma saludable, paso a paso, es lo que te convierte en una persona madura y fuerte.