Las relaciones son impredecibles y no hay nada que se pueda hacer al respecto. Puede que todo empiece perfecto y que incluso penséis que os vais a amar y a estar juntos el resto de vuestras vidas.
Pero, por desgracia, las cosas no siempre funcionan así. Lamentablemente, a veces la situación sigue su propio curso, y no importa lo que intentes hacer al respecto, fracasarás.
El amor no es fácil, y no debería serlo. Imagina todas esas emociones y experiencias entrelazadas. ¿Cómo no va a ser complicado?
El amor requiere trabajo, y las relaciones también. Todo lo que merece la pena cuesta trabajo y sacrificio.
Por eso, cuando te encuentras con un obstáculo en tu relación, tienes que luchar e intentar mejorarlo.
Sé maduro al respecto y considera que has llegado a un callejón sin salida. Ahora tienes que hacer algo al respecto. No renuncies porque es el camino más fácil, y cualquiera puede renunciar.
Sé un luchador y haz lo que puedas para salvar algo que probablemente merezca la pena salvar.
Esa es una forma de verlo. Pero hay otra cara de la historia. Igual que hay que saber cuándo ser obstinado y luchar, también hay que saber cuándo abandonar.
No se puede inventar el amor de la nada. No puedes forzar la pasión y las emociones. Si no existen, tendrás que dejarlo.
Si la relación en la que estás no es para ti, nunca funcionará. Por mucho que lo intentes, nunca serás feliz.
Así que lo mejor que puedes hacer, pero también lo más difícil si amas al hombre con el que estás, es simplemente déjalo ir. Es algo que hay que hacer tarde o temprano.
Al principio será duro y te dolerá, pero con el tiempo verás que has tomado la decisión correcta.
Si hace estas cosas, no te lo pienses dos veces y vete:
1. Sus intereses son diferentes
Simplemente no estáis de acuerdo. A ti te gusta una cosa y a él otra completamente distinta. No puedes cambiar eso.
Podéis intentar hacer algo juntos, pero si ninguno de los dos lo disfruta, ¿qué sentido tiene?
No os ponéis de acuerdo sobre el futuro. Tú quieres hacer o tener una cosa, y él quiere otra completamente distinta.
Así que si lo piensas, tu relación es listo para fracasar desde el principio, así que ¿por qué esperar? Rompe ahora mismo. Te lo agradecerás más tarde.
2. Os peleáis constantemente por las mismas cosas
Es como si dierais vueltas en círculos. Os peleáis, luego hacéis las paces y todo es perfecto durante los días siguientes, pero eso no dura mucho.
Tras la paz a corto plazo, se vuelve a luchar y, sorpresa, sorpresa: se trata de lo mismo otra vez.
Si no podéis solucionar aquello por lo que os peleáis constantemente, es que no estáis hechos el uno para el otro.
Está claro que hay algo que le molesta que hagas y al revés. Si no puedes solucionarlo, déjale marchar.
3. Está necesitado
¿Crees que puedes detectar la necesidad a kilómetros de distancia? Pues no siempre es así de sencillo. La necesidad adopta diferentes formas.
Una de ellas es que te convierta en el centro de su universo.
Eso puede confundirse fácilmente con amor, cuando en realidad es que él es incompetente para vivir sin ti.
Empieza así y acaba prohibiéndote salir y estar con otras personas.
Entonces, se pondrá cada vez más celoso y tu vida se convertirá poco a poco en un infierno.
4. Rompe tu confianza
No está tan enamorado como tú. No tiene problemas con hacerte daño. Sí, se disculpa y dice que no era su intención, pero luego vuelve a hacer completamente lo mismo.
Esto te hace vulnerable y te rompe el corazón. Y lo que es más importante, rompe tu confianza. Después de algún tiempo, sus palabras y sus promesas no significarán absolutamente nada para ti.
No puedes seguir viviendo con alguien en quien no confías.
5. Eres el único que lo intenta
Hacen falta dos para bailar el tango, y él te dejó completamente sola. Obviamente, no se preocupa por ustedes dos tanto como tú.
Las relaciones exigen mucho trabajo y, si ambos no lo dan todo, la relación llegará a su fin.
Es totalmente despiadado dejar que una persona haga todo el trabajo y aparecer al final cuando todo está hecho. Relaciones unilaterales no funcionan y si estás en una, hazte un favor y vete.
6. Te sientes inferior a él
En tu relación, no te sientes igual que tu pareja. Sientes que das mucho y no recibes nada a cambio.
Por mucho que intentes que se sienta cómodo y feliz en vuestra relación, continuamente sientes que no estás dando lo mejor de ti y que tal vez incluso eres incapaz de hacerlo.
Te hace sentir que no eres lo suficientemente buena porque todo lo que haces no es suficiente para él. Esto daña tu autoestima y te sientes como una mierda. Si este es el caso, vete.
7. No eres feliz
Afrontémoslo. Tu vida es una mierda. No eres feliz, y el amor provoca dolor y estrés en lugar de bellos sentimientos. El amor es duro, pero no funciona así.
Cuando amas de verdad a alguien y él te corresponde, aunque os peleéis hasta los huesos, os besaréis y os reconciliaréis.
El hecho de volver el uno al otro y las emociones que se viven borran todo lo malo que pasó antes.
Eso es amor verdadero. Sin dolor. Sin dolor porque el amor verdadero te hace olvidarlo todo.