Esta vez no me detendré sólo en mis palabras. Esta vez te dejaré para siempre. Sin lágrimas corriendo por mi cara, sin remordimientos y sin sentir que estoy perdiendo algo importante. Te dejaré porque ya he tenido suficiente de ti.
No quiero que me traten así porque no me merezco este tipo de trato. No merezco que me traten con luz de gas, me menosprecien y me insulten.
No merezco ver los brazos de otra mujer alrededor de tu cuello mientras estoy sentada a tu lado.
Pero claro, eso no lo sabes. No puedes ver que me haces daño con tus acciones y tus palabras. Y para ser sincero, no sé por qué sigo contigo.
No sé por qué aguanto tu mierda. En el fondo sé que nunca cambiarás, pero sigo contigo. Por alguna razón, no sé cómo alejarme de ti.
Tal vez sea porque me acostumbré a ti porque no conozco nada mejor que tu amor tóxico o tal vez porque me convenciste de que estoy rota y que nadie me amará como tú. Bueno, si tengo la oportunidad de elegir, prefiero quedarme sola que pasar mi vida contigo.
Porque la verdad sea dicha, realmente no me mereces. No mereces mis besos y abrazos, mi preocupación por si estás bien cuando llegas tarde ni mi respeto y apoyo.
No dejaré que me hagas quedarme cada vez que sientas que me escapo. No escucharé más tus cumplidos y tus dulces palabras.
No son algo que realmente quieras decir, sino algo que utilizas como arma para que me quede. Sé que fui una tonta por quedarme contigo tanto tiempo, pero finalmente decidí que te dejaré y seguiré mi propio camino.
Sé que la vida me ha preparado muchas sorpresas agradables y no voy a quedarme aquí sentada viendo pasar mi vida.
Me defenderé. Empezaré a hacer cosas que me hagan feliz y me olvidaré de las que te hacen feliz a ti.
Por fin me libraré de tus tóxicas manos alrededor de mi cintura cada vez que intentas reconquistarme.
No toleraré que me menosprecien, luz de gas, llamar por el nombre y abusando. No quiero fingir que soy feliz contigo cuando estamos en público pero viviendo un infierno a puerta cerrada.
Eso no es vida; esto es agonía y no quiero seguir haciéndolo. No eres digno de mí y definitivamente tampoco eres digno de mi amor.
Ahora, después de tantos años de abuso emocional y físico, estoy lista para seguir adelante. Estoy listo para encontrar mi camino, lejos de ti. Mi corazón es puro y sé que hice todo lo que estaba en mi mano para salvar lo que teníamos.
Pero no puedo ser el único que lo intente. Si quieres estar conmigo, tú también tienes que esforzarte. Porque hacen falta dos para bailar un tango y parece que soy el único que intenta que esto funcione.
Así que te dejo. Me voy porque mi voz nunca ha sido escuchada en esta relación. Cada vez que quería hablar contigo, me dabas el tratamiento del silencio.
Cada vez que quería pasar tiempo contigo, elegías a tus amigos antes que a mí, diciéndome que no te interesaba en absoluto.
Cada vez que extendía mis manos para abrazarte, escapabas como si ya no sintieras nada por mí. Y eso duele. Realmente duele.
Así que, cuando me arme de valor y te deje, no intentes buscarme más. Aunque me encuentres y me digas que vas a cambiar, admitiendo que fuiste un tonto por dejarme ir, sólo sonreiré a tu cara y te dejaré maravillado.
Y en ese momento, llegarás a conocerme de verdad. Porque la verdad sea dicha, en realidad no me conociste todos estos años que pasé contigo.
No sabías lo que soy capaz de hacer. Lástima que te enterarás de la peor manera posible.
Cuando te deje, todo tu mundo se vendrá abajo. No podrás escuchar mi voz a primera hora de la mañana preguntándote si quieres café.
No podrás dormir a mi lado ni abrazarme en tus sueños. No podrás hacer el amor conmigo, llorar en mi hombro cuando todos te dejen ni disfrutar de mi compañía.
Cuando me vaya, por fin verás que perdiste a la chica que realmente quería ser tuya. Acabo de darme cuenta de que fui parte de una historia equivocada todo el tiempo y decidí irme.
Y la única vez que miraré atrás será para ver lo lejos que he llegado.