El amor no es complicado. Cuando quieres de verdad a alguien, te sale de forma natural demostrar tus sentimientos y luchar por él pase lo que pase.
Te sale de forma natural hacer de ellos tu prioridad porque no puedes imaginar tu vida sin ellos.
Pero, cuando no amas a alguien, haces exactamente lo contrario. Los tratas como quieres porque no te importa cómo se sentirán.
Les dejas esperar porque no te importa su tiempo.
Aclaremos una cosa: ¡Si realmente te amara, se aseguraría de que lo supieras!
Sí. Así de sencillo. Si te quisiera de verdad, nunca te haría cuestionar sus intenciones ni te haría pensar demasiado en las cosas más insignificantes.
Si te quisiera de verdad, no sólo te lo diría, sino que te lo demostraría.
Y esa es la mayor diferencia entre el amor real y el falso.
Cuando quieres a alguien, no esperas ni un segundo para decirle lo mucho que aprecias su existencia y todo lo que hace por ti.
Cuando quieres a alguien, no esperas ni un segundo para demostrárselo con tus gestos y no sólo con palabras.
Si te quisiera de verdad, lucharía con todas sus fuerzas para no perderte.
Cuando crees en algo, luchas con todo tu corazón y toda tu alma para conseguirlo.
Si te quisiera de verdad, encontraría la forma de hacerte sentir especial y conquistarte. Y encontraría la manera de retenerte.
Así que, ¡no te atrevas a imaginar cosas o a buscar excusas para su comportamiento, pensando que tú eres la culpable! Tú estabas ahí para él, pero él no quería verlo ni apreciarlo. No estaba preparado para el amor porque era incapaz de amar. Nunca te quiso.
Y tampoco estabas enamorada de él. Estabas enamorada de la idea de él.
Esperabas que cambiara y empezara a notar tus esfuerzos, pero no fue así.
Tenías la esperanza de que un día te despertarías y él estaría a tu lado, con una flor en la mano, esperando para ponértela en el pelo.
Pero, ¡nunca lo hizo! ¿Y sabes por qué? Porque nunca te amó.
Sé que es difícil de aceptar, pero es la única manera de libérate del limbo en el que estás.
Esperabas que te mostrara lo que es el verdadero amor, pero en lugar de eso, sólo fue capaz de mostrarte lo que no es el amor.
Y no es culpa tuya por creer que algo cambiará. Hiciste lo correcto. Esperaste, pero él nunca entró en razón. Estuviste ahí, pero él nunca se molestó en corresponderte. Se daba un festín con tu amor puro mientras te daba migajas del suyo tóxico.
¡Y ahora es el momento de dejarlo ir! Es hora de dejar ir la idea de que alguna vez te amó o que alguna vez sería capaz de hacerlo porque no lo es, y nunca lo será.
¿Y sabes por qué?
Porque no entiende lo que se siente al querer a alguien y ver cómo te escupe a la cara.
No entiende lo que se siente al tratar a alguien como tu prioridad cuando sabes que para ellos, sólo eres una opción.
Si te quisiera de verdad, entendería todo eso y más. Si realmente te queríanunca te haría llorar ni te haría maldecir el día que lo conociste.
Si te quisiera de verdad, se aseguraría de llamar a tu puerta y esperar horas si fuera necesario, sólo para decirte que siente todo lo que ha hecho y expresarte su amor más absoluto.
Pero, él no lo hizo. No lo hizo porque no le importaba si te sentías amada o no. Sólo pensaba en sí mismo y en sus deseos. ¡Y ahora es el momento de que pienses en ti!
Es hora de que empieces a centrarte en tu propia felicidad y no sólo en la de quienes no merecían tu atención.
Es hora de que aceptes el hecho de que él nunca estuvo destinado a quedarse porque simplemente era incapaz de amarte, y todo esto fue sólo una prueba para ti, preparándote para algo más grande, más grande.
Tus malas decisiones no te convierten en lo que eres. Enriquecen tu vida y te enseñan valiosas lecciones, pero nunca te convierten en quien eres.
Eres una mujer hermosa y fuerte que ha pasado por mucho y que se merece un trato mucho mejor que el que te estabas conformando.
Te conformabas con menos a pesar de merecer la luna y las estrellas.
Aceptabas mentiras aunque merecías la pura verdad.
Le diste tu corazón aunque sabías que acabaría rompiéndolo.
Y ahora es el momento de hacerlo todo al revés. Es hora de dejar de pensar en el pasado porque nada cambiará.
Tu vida sólo cambiará cuando tú lo decidas.
Cambiará cuando empieces a aceptar sólo las cosas más bellas de la vida.
Cambiará cuando empieces a aceptar el amor que te inspira en lugar del mediocre. Empieza a cambiarlo. ¡Sé el cambio!