Cuando oyes "superar a tu ex", lo primero que se te pasa por la cabeza es encontrar a alguien nuevo.
Es estar interesado en otros chicos y estar dispuesto a volver a la piscina de citas.
Cuando piensas en superando tu ex, piensas en dejarlo en el pasado, donde pertenece, sin permitir que su recuerdo se inmiscuya nunca en tu presente.
Es olvidar que ese hombre formó parte de tu vida y vivirla como si nunca hubiera existido.
Es deshacerte de todas sus cosas, cortar los lazos con todos vuestros amigos comunes, no escuchar las canciones que te recuerdan a él y no ir a los sitios donde podrías encontrártelo.
Suena genial, ¿verdad?
Sin embargo, para ti, desde este punto de vista, también suena imposible porque no estás ni cerca de esta fase.
Te guste admitirlo o no, ese chico sigue existiendo dentro de ti, a pesar de que no esté físicamente presente en tu vida.
Así que, según estas normas, parece que no lo has superado.
Al fin y al cabo, sigues allí donde te dejó y le sigues echando de menos la mayor parte del tiempo (a pesar de saber que no deberías).
Todavía hay días en los que te sientes perdida sin él, en los que te abruma la rabia y el resentimiento por todo lo que hizo, e incluso en los que secretamente esperas que vuelva.
Tu vida tampoco ha cambiado mucho desde que lo perdiste.
No es como si hubieras hecho diferencias drásticas y como si hubieras conseguido dar la vuelta a tu realidad.
No hubo ninguna revelación mágica: no te despertaste una mañana, con él fuera de tu cabeza.
No fue como en las películas: no tuviste un momento de claridad en el que te diste cuenta de que estabas malgastando tu energía pensando en él y decidiste que ya era hora de dejar de quererle.
Sí, la verdad es que aún no has avanzado del todo.
Todavía no has superado todo el dolor que te ha causado y tu corazón sigue magullado.
Sigues atormentado por tus traumas pasados y tienes miedo de volver a empezar.
Sigues haciendo todo lo posible por curarte y hay días en los que sientes que no lo consigues.
Sin embargo, sólo porque no lo hayas superado, no significa que no lo estés superando.
No significa que no estés progresando o que no lo estés consiguiendo.
Y seguro que no significa todavía amas a este tipo.
Cada día que pasa estás un paso más cerca de tu objetivo.
Con cada mañana que no te levantas con la almohada mojada por las lágrimas, cada hora que no piensas en él, cada vez que no mencionas su nombre a tu mejor amiga, cada canción que no relacionas con él y cada sonrisa sincera que no tiene nada que ver con él.
El hecho de que sigas echando de menos a tu ex de vez en cuando no significa que le sigas queriendo.
Porque a veces echamos de menos la sensación que nos dio una persona, echamos de menos los recuerdos que conectamos con ella, echamos de menos el olor, el sonido, las mariposas, la seguridad, la emoción...
Lo más importante es que el hecho de que aún no te hayas olvidado de él no significa que no veas la realidad.
Eso no significa que no sepas que no es bueno para ti y, desde luego, no significa que realmente quisieras que ese hombre volviera, si se presentara la oportunidad.
Así que, por favor, no seas tan dura contigo misma.
No te juzgues por no avanzar tan rápido como otros creen que deberías y por no hacer progresos evidentes.
En lugar de eso, siéntete orgulloso de cada hito que conquistes.
Porque a veces, no volver atrás es suficiente progreso.
Siéntete orgullosa de cada pequeña meta que alcances y de cada día que pases sin él.
Recuerde siempre que seguir adelante no es un momento en el tiempo y es mucho más que un destino final.
Es un proceso y un viaje y llegarás antes de que te des cuenta.