Tener que perder a alguien para darte cuenta de lo especial e inestimable que era para ti es una de las cosas más desafortunadas que existen. (aunque muy común) después de una ruptura difícil.
Todos somos únicos a nuestra manera, lo que básicamente significa que todos somos irremplazables, y por mucho que alguien desee encontrar nuestra copia exacta en otra persona, sencillamente no es posible.
Cuando una relación romántica fracasa, es inevitable que ambos miembros de la pareja acaben conociendo a otras personas y busquen un sustituto adecuado para sus respectivos ex.
Así que cuando recibas ese mensaje inesperado a una hora intempestiva de tu ex que te llevó tanto tiempo superar, que sepas que por fin se dio cuenta de lo que tontamente dejó pasar.
Lo único es que ya es un poco tarde. Sí, te echa de menos e incluso puede que realmente quiera que vuelvas.
Pero, ¿qué clase de gilipollas hay que ser para romperle el corazón a una chica, abandonarla a su suerte, irse con alguien nuevo como si nunca hubiera existido y luego esperar que te perdone porque te ha costado perderla para darte cuenta de lo valiosa que era?
No, señor, no puede hacer eso.
No puedes destrozar su mundo decidiendo que ella ya no es suficiente y abandonarla como si no significara nada para ti, y luego, en su ausencia, darte cuenta de lo bien que lo pasaste y esperar que sea lo suficientemente ingenua como para perdonar y olvidar.
Cuando te fuiste, todo su mundo se vino abajo.
La roca que tenía en ti de repente desapareció. Su mejor amigo con el que podía compartir cualquier cosa ya no estaba a su lado.
Y su amante, que conocía de memoria cada parte de su cuerpo, de repente dormía en la cama de otra mujer.
Tenía que aprender a encontrar una manera de hacer frente a todo eso sin perder la maldita cabeza, todo el tiempo sintiendo como si el suelo bajo ella se desmoronaba y se deslizaba cada vez más lejos de su alcance.
Y simplemente pasaste a un modelo más nuevo, con la esperanza de encontrar algo nuevo y excitante, pero de lo que al final te diste cuenta fue de que ninguna mujer podría reemplazar jamás el calor de sus suaves labios sobre los tuyos.
Ninguna mujer puede compararse a su increíble capacidad de amar sin juzgar.
Y cuando intentabas encontrar consuelo en los brazos de otra mujer, te dabas cuenta de que nada podía igualar su apretado abrazo que te calmaba y serenaba de inmediato, como si te dijera que todo iba a salir bien, y de alguna manera... siempre era así.
¿Pero adivina qué?
Ya no es esa chica ingenua que secretamente esperabas que siguiera siendo. Ya no es el tipo de persona que acepta fragmentos.
Ahora sabe que merece a alguien que la aprecie mientras la tenga.
Pensaste que podías tomar el camino fácil, divertirte bajo el sol, y luego volver como si nunca hubieras dejado un vacío devastador en su mundo.
Pero te equivocaste. Ella sabe que no debe creer nada de lo que digas ahora.
Verás, ha pasado por muchas cosas desde que te fuiste. Le tomó un minuto, pero finalmente tiene sus prioridades claras.
Y ahora puedes arrastrarte y suplicar, pero todo lo que conseguirás de ella es una sonrisa confiada en tu dirección, que te mostrará lo malvada y fuerte que es ahora.
Te mirará, pero no verá al hombre que una vez amó tan profundamente.
Lo que verá ahora es a un hombre que le da pena.
Y eso le va a dar mucha fuerza. Ha esperado este momento y ha rezado para poder mantener la calma contigo y no caer en tus viejos trucos.
Y por fin lo ha conseguido. Por fin puede mirarte sin desmoronándose .
Sí, ahora la echas de menos, pero tuviste tu oportunidad con ella. Era toda tuya.
Te entregó su corazón y su alma, y a cambio lo único que quería era tu dedicación y un poco de esfuerzo.
Y ni siquiera pudiste darle eso. Así que no te sorprendas cuando se quede sin segundas oportunidades.
Sabe que es insustituible. Sabe lo única y especial que es.
Y le da alegría saber que por fin puede decirlo con orgullo mientras te muestra la puerta a donde perteneces.
Y eso está fuera de su vida.
Quizá la próxima vez seas capaz de darte cuenta del valor de lo que tienes antes de jugártelo todo.
Sea quien sea con quien acabes pasando tu vida, espero que hayas aprendido la lección.
Si no puedes apreciarla mientras está a tu lado, ¡no la merecerás cuando cambies de opinión!
Ahora está viviendo su mejor vida, y nunca más dejará que un hombre la mastique y la escupa como tú lo hiciste.
Esos días ya pasaron.
Pero no te odia. Simplemente ya no piensa en ti.
Y ahora, mientras lidias con las consecuencias de tus actos, por fin sentirás exactamente lo que ella sintió cuando la hiciste pasar por todo ese infierno.
Así que buena suerte para superarla. Dios sabe que la necesitarás.