El amor está presente antes, después y durante el acto sexual
Su amor por ti no cambia, y siempre es estable, independientemente de si estáis practicando sexo o no. Durante el acto, os sentiréis queridos, más cerca y más conectados el uno con el otro.
A veces incluso podría llamarse hacer el amor. Aunque suene cursi, es el término real para lo que estás experimentando.
Desnudo no es incómodo
Os sentís tan cómodos el uno con el otro que no os importa tumbaros en la cama o pasear desnudos por el apartamento. No te cohíben y sabes que adoran tu cuerpo tal y como es.
Además, dormir desnudo tiene muchos beneficios, así que bromea diciendo que lo hace porque es bueno para la salud.
Mezcla de vainilla y áspera
A la hora de decidir entre vainilla y algo más picante, elige las dos cosas. Dependerá de tu estado de ánimo y de las vibraciones que os transmitáis el uno al otro durante el preliminares.
Mucha gente cree que la única manera de expresar el amor es despacio, con dulzura y mirándose profundamente a los ojos. Pero no siempre es así.
No hay nada malo en aumentar la intensidad y explorar vuestros impulsos animales. Explorar vuestros deseos sexuales a todos los niveles solo hace que os apetezca más el uno al otro.
Abrazos después del sexo
Los mimos son lo mejor. Cuando se trata de almas gemelas, los mimos después del sexo nunca faltan. Pueden durar mucho o sólo unos minutos, pero eso no importa. Lo importante es que la sensación es increíble.
Acurrucarse después del sexo es más importante que el propio sexo. Hace que las parejas estrechen lazos. Les hace sentirse seguros y les hace decir "te quiero" sin tener que pronunciar una palabra.
Pensar en ellos mientras te masturbas
Antes de ellos, te sumergías en un mundo imaginario. Ahora la realidad es mejor, y sólo piensas en ellos. Sólo pensar en todos los besos que imprimieron en tu cuerpo te pone cachondo.
Todos esos momentos íntimos que compartisteis, todas las curvas y aristas de su cuerpo desnudo, todos los agarres, tirones y besos son suficientes para que te corras.
El sexo se produce espontáneamente
No tienes que pensar con antelación, programar ni forzar nada. El sexo simplemente sucede. La mayoría de las veces, ni siquiera tienes que decir o pedir nada. Te dejas guiar por tus sentimientos.
Empezáis a abrazaros, besaros o bromear el uno con el otro, o a veces basta con miraros a los ojos, y antes de que os deis cuenta, estaréis gritando de placer.
Casi nunca te saltas los preliminares
Al igual que los mimos son obligatorios después de la actividad sexual, los preliminares van antes de todo. Es una parte integral de hacer el amor. Aumenta el nivel de excitación y hace que el sexo sea más increíble.
Besarse, tocarse, chupársela son formas de asegurarse de que ambos alcanzan el clímax y disfrutan del acto.
Hablas abiertamente de lo que te excita y lo que te disgusta
La comunicación es la clave del éxito en una relación, y eso vale también para una relación sexual. Si algo no te gusta, no tienes ningún problema en decirlo.
Si algo te gusta, lo haces saber. También sugieres nuevos movimientos o algunos lugares nuevos para tener sexo sin miedo a que te malinterpreten. Sabes que te entienden.
Te ríes en esos momentos incómodos
Algunos momentos incómodos son inevitables. Somos humanos, y pase lo que pase no hay por qué avergonzarse ni cohibirse.
Al menos no durante mucho tiempo. Os reiréis juntos de vuestra torpeza, de los sonidos raros y de cualquier cosa incómoda que pueda ocurrir. En realidad, no es para tanto.
La química no se ha desgastado con el tiempo
Lleváis juntos bastante tiempo, pero la química sigue ahí. Seguís deseando saltar el uno sobre el otro muy muy a menudo. El tiempo no ha influido en vuestro deseo mutuo.
Os seguís encontrando calientes y extremadamente atractivos, y encontráis algo nuevo de lo que enamoraros a medida que pasan los días. El sexo mejora con el tiempo y vuestro vínculo se hace más fuerte.
No querer tener relaciones sexuales no es un problema
Podéis pasar los días y las noches hablando, abrazándoos, viendo películas, saliendo o haciendo otras cosas además de sexo. Si uno de los dos no está de humor por el motivo que sea, no hay de qué preocuparse.
No hay por qué forzar las cosas. El sexo es importante, pero no define vuestra relación. Qué más da si os lo saltáis varias veces. Sabéis que volveréis a hacerlo cuando a los dos os apetezca.
La idea de que sean los únicos con los que te acuestes el resto de tu vida no te asusta en absoluto
Sabes que los quieres a ellos y sólo a ellos, y sabes que ellos también sienten lo mismo por ti. No tienes miedo ni ansiedad. Simplemente te sientes bien.
Sabes que es algo real y algo que nunca podrás experimentar con nadie más.