No puedes dormir, ¿verdad? Lo sé: te revuelcas en la cama, atormentado por los recuerdos.
Ahí estás, pensando en todas las cosas que podrían y deberían haber sido.
De todas las cosas que podrías haber hecho de otra manera, si hubieras sido un poco más listo y sabio.
Ahí estás, pensando en ella. Pensando en la la única mujer que te ha amado de verdad.
Sobre la mujer que te dio todo su ser, sin pedir nada a cambio.
Que te dio más segundas oportunidades de las que podía contar y que sólo quería que la quisieras de vuelta.
Sobre la mujer que pensaste que nunca te abandonaría. Hasta que por fin tuvo suficiente.
Sobre la mujer que que pensaste que nunca tendrías el valor de dejar tu lamentable trasero, sin importar cómo la trataste.
Supongo que existía algo que podías hacer para que dejara de quererte después de todo, ¿no?
Ahí estás, sintiendo todo lo que ella sintió después de decir por fin su último adiós.
Echarla mucho de menos y sentir que te vas a morir si no vuelve pronto.
¿Adivina qué? No lo hará. Ella te dejó para nunca volver y no hay nada que puedas hacer al respecto.
¿Recuerdas que durante años esa chica te advirtió de que llegaría ese momento si no cambiabas de actitud?
¿Cómo te decía que un día de estos cerraría la puerta tras de sí y se alejaría de ti para siempre?
¿Y qué hiciste al respecto? ¿Escuchaste?
¿Te replanteaste tu comportamiento? ¿Intentaste al menos ser el hombre que ella necesitaba que fueras?
No, te reíste en su cara, seguro de ti mismo.
Estabas convencido de que no eran más que sus amenazas vacías y que no había nada de lo que debieras preocuparte.
Vaya, qué equivocado estabas.
Porque esta chica literalmente predijo todo lo que iba a pasar.
Sabía que al principio no la tomarías en serio.
Esperarías que volviera arrastrándose hacia ti en el momento en que le prometiste que las cosas no serían lo mismo si te daba una oportunidad más.
Sin embargo, esta vez fue diferente.
Esta vez, ninguna de tus estrategias funcionó y era evidente que la estabas perdiendo, pero ni siquiera eso te bastó para confesar tus pecados.
En vez de eso, te volviste hacia otras chicas, pensando que ellas llenarían el vacío que ella dejó.
En lugar de mirar la verdad a los ojos, te mantuviste buscándola en todas las demás mujeres, sin saber que una chica como ella no se encuentra dos veces en la vida.
Después de un tiempo, cuando viste que el alcohol y el sexo sin sentido no te ayudaban, te diste cuenta de que realmente la habías perdido.
Esta chica no iba a volver y tú fuiste quien la dejó marchar.
Fue entonces cuando intentaste todo lo que pudiste para volver con ella.
Esta vez, ni siquiera estabas mintiendo, estabas realmente dispuesto a hacer lo que hiciera falta con tal de tener su perdón.
Sin embargo, para cuando viste lo que habías hecho, ella ya te había superado.
Para entonces, ya era feliz sin ti, dándose cuenta de que dejarte era en realidad lo mejor que había hecho por sí misma.
Cuando te diste cuenta de su valía, ella se dio cuenta de que eras el último hombre que necesitaba.
Se ha dado cuenta de que nunca la mereciste y de que está mucho mejor sin ti.
Así que, duro golpe, pero supongo que estás atascado con todo este dolor que sientes ahora.
Sé que quieres que te diga que desaparecerá con el tiempo pero, lamentablemente, no será así.
En lugar de eso, sólo crecerá más y más cada vez que recuerdes que ella es feliz y que tú sigues siendo el mismo imbécil de siempre.
Cada vez que recuerdas que ahuyentaste a alguien tan especial como ella, cada vez que te das cuenta de que nunca nadie te querrá como ella y cada vez que recuerdas que perdiste la oportunidad de ser feliz.
Tus cicatrices se harán más profundas cada vez que recuerdes que tu vida podría haber sido muy distinta si te hubieras limitado a escuchar.
Si te hubieras creído sus amenazas, si te hubieras esforzado un poco más y si la hubieras querido cuando debías.
