Lo peor de la vida es esperar. Lo mejor de la vida es tener a alguien a quien merezca la pena esperar.
Mi Querido Alguien,
Nunca fui una chica que apresurara las cosas. Seguía creyendo que las cosas buenas llevaban su tiempo.
Sabía que las cosas por las que esperas mucho tiempo acaban siendo las más preciadas. Supongo que la espera las hizo especiales y preciosas en primer lugar.
Nunca tuve miedo de esperar. Creía en la belleza detrás de la espera.
Hasta que me di cuenta de que podría ser esperando a alguien y algo que muy probablemente nunca sucedería.
Y no hay nada hermoso en esperar algo que nunca se dirigió hacia ti. Lo siento, pero darme sólo tus migajas no sería suficiente.
No soy el tipo de chica que se conforma con lo mínimo. Si estoy dispuesta a darte todo de mí, no esperaría menos a cambio.
Y aunque contigo siempre llevaba el corazón en la manga y tú sabías a qué atenerte conmigo, yo nunca supe a qué atenerme contigo.
Cuando amas, debes asegurarte de que la otra persona sabe las cosas que quieres y que están en lo más alto de tu lista de prioridades.
Por desgracia, creo que nunca llegué a estar en su lista.
Me mantuviste a un brazo de distancia y ahí es exactamente donde querías que estuviera. Lo bastante cerca para que pudieras alcanzarme cuando me necesitaras y lo bastante lejos para que yo no pudiera acercarme demasiado a ti.
¿Ves el problema ahora?
Si a estas alturas no puedes entender lo que has hecho mal, no tengo ningún problema en señalarte lo obvio:
Quería que me eligieras. No quería ser "otro pez en el mar". No quería ser nadie, En realidad quería ser alguien para ti.
Esperé y esperé a que hicieras un esfuerzo, a que me demostraras que me veías tal como era y esperé a que me eligieras. Como si estuviera esperando a Godot.
Por mucho que me dijeran que esperarte era en vano, no iba a escuchar.
Supongo que no estaba preparada para dejarte ir. No estaba listo para liberarme de la idea de lo que podríamos haber sido.
Había esculpido en mi mente esta idea de tú y yo juntos y este perfecto tú realmente querías que yo fuera alguien para ti.
Pero como ya he dicho, sólo era yo imaginándote idealmente.
Y yo seguía esperando que el tú ideal me eligiera a mí. Mis sueños se hicieron añicos cuando me di cuenta de que no eras perfecta en absoluto, sino que fui yo quien te hizo así.
Mira, este tú perfecto nunca me habría engañado. Este tú perfecto no me habría prestado la atención suficiente para que creyera que te gustaba.
Este tú perfecto nunca me habría usado de la forma en que me usaste. No sólo se me ocurrió que podríamos haber sido algo más, sino que me hiciste creerlo.
Y justo cuando me hacía ilusiones, te echaste atrás. Decidiste que ya me habías dado suficiente amor y que ahora me tenías para toda la vida.
Cuando empezaba a dudar de nosotros, hacías tu magia y volvía a enamorarme de ti.
Estaba enganchada, la verdad sea dicha. La parte ingenua de mí creía en este sueño de que por fin había encontrado a alguien que se preocupaba por mí y me quería.
El lado que había pasado por muchas situaciones infernales en la vida lo sabía mejor. Y finalmente dejé que el otro lado se encargara de esas cosas.
Hoy, decidí que esto iba a ser el día que dejé de esperar.
Hoy iba a ser el día en que dejara de pasar ni un minuto de mi tiempo pensando en ti.
No quiero pensar en las cosas que podríamos haber sido cuando, para empezar, nunca creíste que pudiéramos ser algo.
No voy a rogarle a alguien que me quiera. No te rogaré que me quieras. Aprendí hace mucho tiempo que de nada sirven los planes desesperados de intentar que alguien se quede.
Soy demasiado valiosa para perseguir a alguien que no conoce mi valor y para seguir esperando a alguien que no reconoce mi valor.
Quiero que me quieran incondicionalmente y no debería tener que luchar tanto por ello. Valgo más que eso.
Para que lo sepas, tanto si era tu intención como si no, no conseguiste lo mejor de mí. Estuviste muy cerca, pero salí justo a tiempo.
Esperándote no me dejó rota al final, pero sí me enseñó una valiosa lección.
De hecho, sigo creyendo que las cosas buenas llevan su tiempo. Soy tan ingenuo como al principio de la historia.
Elijo creer en el amor y en la existencia de alguien ahí fuera que no tendrá que pensárselo dos veces antes de elegirme. Creo que hay alguien que no hará que el amor sea tan difícil.
Creo que hay alguien que verá mi valía y reconocerá mi valor por sí mismo.
Creo que hay alguien para quien no seré cualquiera, sino que querrá que lo sea todo para él. Ese alguien merece la espera. Tú no lo vales.
Sigo creyendo que las cosas buenas llevan su tiempo. Es sólo que me he dado cuenta de que tú no eres realmente algo bueno para mí.
Así que, Adiós Mi Alguien,
La chica que merecía mucho más