Cuando todo terminó, allí estaba yo pensando que mi vida se desmoronaba. Sollozaba en mi habitación pensando que pasaría el resto de mi vida solo.
Ya me he imaginado como la loca de los gatos, ya sabes, la de los Simpson.
Es lo que hago cada vez que me pasa algo malo. Me pongo de luto, pero lo hago con humor. Supongo que toda mi vida es una especie de sátira.
Bueno, en fin...
Todos pasamos por lo mismo cuando alguien nos rompe el corazón. Todos tenemos los mismos problemas y las mismas preguntas. ¿Pero sabes qué?
Llegué a una brillante conclusión.
Sabía que no podía evitar que me doliera el corazón. Sabía que no podía convencer a mi mente de que dejara de pensar en él.
Tuve que pasar por eso de alguna manera. Tenía que superar ese periodo. Si eso significaba que tenía que usar todo lo que tenía, lo haría.
Estaba ansiosa por salir de allí, pero sabía que no podía saltarme pasos. Todos lo sabéis. Hay que dejar que las cosas sigan su curso y esperar a que termine la agonía.
Pero me he dado cuenta de que...
Hay tantas cosas que mi ex me hizo que me sirvieron de lección. Hay tantas cosas que en realidad tengo que agradecerle....
1. Por discutir conmigo
Me enseñó a defenderme. Me dio la formación adecuada cuando se trata de peleas verbales.
Siempre estaba listo para empezar otra pelea a gritos, siempre estaba preparado.
Aprendí a decir lo que pienso cuando alguien me ataca constantemente. Eso no se me metió en la cabeza.
Al principio sí, pero he aprendido a manejarlo con el tiempo. Ahora, nada puede afectarme. Siempre diré exactamente lo que quiero.
2. Por hacerme mejor para mi próxima relación
Sé en qué me equivoqué. Ahora lo entiendo cuando todo ha terminado y no pienso volver a cometer los mismos errores.
Puedo reconocer las situaciones en las que cometí un error y ahora sé exactamente qué hacer si vuelve a ocurrir algo parecido.
Después de la relación que me rompió, sé qué tipo de persona quiero ser y Estoy trabajando para convertirme en esa persona.
3. Por mostrarme hasta dónde puedo llegar
Ahora sé que soy más fuerte que nunca. Ahora sé que nadie podría aniquilarme tan fácilmente porque tengo la fuerza necesaria para manejar casi todo.
Cuando vuelva a tener citas, sabré dónde poner el límite y cuándo decir basta. Eso era algo que no sabía hacer cuando estaba con él.
4. Por ayudarme a aprender lo que quiero en una relación
Pasaron cosas malas, pero también hubo cosas buenas.
Lamentablemente, los malos superaban en número a los buenos, dejándolos en la sombra, desapercibidos y olvidados.
Cuando rompes con alguien, estás amargado, dolido y triste.
Lo único que recuerdas son los malos momentos, momentos que arruinaron lo que teníais juntos.
Pero cuando pasas esa fase de odiarle, recuerdas que no todo fue tan terrible.
Entonces, recuerdas las cosas que disfrutaste, las que te hicieron sonreír y feliz.
Vale, ya ves, quiero eso. Lo he visto y lo reconozco. Quiero que mi próxima relación sea así.
Todo lo que sea menos de lo que quiero, lo dejaré.
5. Por hacer que me pregunte qué significa amar a alguien
Siempre buscaba el amor en los demás.
Le miraba e intentaba aprender lo que es el amor a través de su comportamiento y sus acciones. Bueno.., Sé lo que no es el amor observándolo.
Quiero darle las gracias por hacerme ver que el amor es lo que yo quiera que sea.
Quiero darle las gracias por obligarme, en cierto modo, a comprender que el amor sólo puede encontrarse dentro de uno mismo.
Se trata de cómo actúas TÚ y de lo que haces TÚ, no otra persona.
6. Por hacerme aprender cómo no quiero que me traten
Creo que cada uno de ustedes deseaba tanto algo -o mejor dicho, a alguien- que le dolía.
Puede que incluso cada uno de nosotros supiera que la persona que anhelamos no nos conviene, pero la deseamos de todos modos.
Bueno, mi chico era misteriosamente intrigante. No pude resistirme a él. Necesitaba desvelar su secreto para averiguar qué se esconde tras ese exterior místico.
Lo descubrí, vale. No me gustó. Descubrí que no es así como quiero que me traten. Lección aprendida, sigamos adelante...
7. Por enseñarme a dejar ir a la persona que nunca debí ser
Cada noche, me dejaba recogiendo los pedazos rotos de mi corazón. Cada vez, me dejaba sola, intentando pegar de nuevo mi corazón como si fuera un cristal hecho añicos.
Cada vez me demostró que no soy la persona que él quiere que sea. Diablos, ni siquiera soy la persona que quiero ser.
Quiero darle las gracias por darme el valor de abandonarle e intentar descubrir quién soy realmente.
Creo que ahora lo sé. Si no, al menos creo que voy por buen camino para averiguarlo.
8. Por ayudarme a crecer como persona
Cada relación te cambia. Creces como persona: creces físicamente y, lo que es más importante, creces emocionalmente.
No tienes que esperar a terminar la relación para darte cuenta de que has cambiado. Puedes darte cuenta mientras sigues en ella.
9. Por dejarme y darme la oportunidad de encontrar a alguien mejor
Le agradezco mucho que haya puesto fin a mi agonía. Está claro que no estábamos hechos el uno para el otro.
Tal vez ni siquiera sea tan malo, pero en combinación conmigo, era intolerable.
Tal vez haya alguien por ahí que sepa cómo manejarlo.
Supongo que lo que intento decir es que estoy agradecido por tener otra oportunidad de encontrar a la persona adecuada para mí.
10. Por enseñarme a querer a alguien en su peor momento
Incluso en nuestras mayores crisis, nunca dejé de quererle.
Incluso cuando gritó tantas palabras duras e insultantes, nunca dejé de quererle.
Sabía que una buena persona, una persona de la que me enamoré, yace en algún lugar dentro de él.
Esperaba que esa persona saliera a cada minuto, por eso le quería. Seguí queriéndole a pesar de todo.
Aunque nunca lo conseguimos, me alegro de haberle conocido por tantas cosas que me enseñó.
Claro, el precio era alto, pero el conocimiento no tiene precio.
¿Qué tienes que agradecer a tu ex?