No sé tú, pero yo siempre era de las que pensaba que algo malo iba a pasar aunque no tuviera ninguna razón válida para ello. Y en algún momento del camino, esa forma de pensar se convirtió en algo tan natural para mí que no supe pensar de otra manera.
Ahora bien, cuando cambié mi forma de ver la vida y cuando por fin me di cuenta de que yo no debería vivir en la negatividad tanto, puedo sentir que mis ojos están por fin bien abiertos y que puedo ver cosas que antes no estaban a mi alcance. Estaba harta de pensar negativamente todo el tiempo y no podía disfrutar de mi vida al máximo cuando las cosas eran estupendas.
Estaba tan atrapada en mi propio mundo de pensamientos persistentes que no podía avanzar. Pero entonces, de la noche a la mañana, decidí que ya no podía seguir así y que ansiaba un cambio. Y eso fue lo que hice. Cambié mi forma de pensar y por fin aprendí a ponerme en primer lugar.
Y, sobre todo, aprendí a vencer todos esos pensamientos persistentes que formaron parte de mi vida durante tanto tiempo. Así que te traigo todas esas maneras efectivas que me ayudaron a volver a encarrilarme.
Di "no" a los pensamientos negativos
Sé que te resultará difícil pasar de los pensamientos negativos a los positivos, pero al final valdrá la pena. Es un proceso a largo plazo, pero necesario para todos los seres humanos que luchan contra los pensamientos negativos.
Deberías escribir todos tus pensamientos negativos y leerlos en voz alta, intentando darte cuenta de si las cosas fueron tan negativas como pensabas o simplemente has tergiversado la realidad. Además, ten en cuenta que tal vez te sentías deprimido en ese momento, por lo que incluso la cosa más pequeña te dolía mientras que en una situación normal, simplemente seguirías adelante después de que eso sucediera.
Mantente racional
En este proceso, tienes que mantenerte racional y pensar las cosas con normalidad. Eso significa no hacerse la víctima cada vez que te ocurre algo malo porque, en el fondo, sabes que eres más fuerte que eso y que puedes vencerlo.
Lo peor que puedes hacer es dejarte llevar por la corriente y olvidarte de la realidad. Debes centrarte en el futuro y en lo que tiene que ofrecerte y dejar de vivir en el pasado. Sólo cuando lo consigas te liberarás definitivamente de todos tus pensamientos persistentes.
Busca siempre lo positivo en las cosas negativas
Sé que es muy difícil ver lo bueno cuando pasa algo malo, pero tienes que hacerlo para luchar por la vida que te mereces. Intenta encontrar cosas buenas de todas esas cosas malas. Deja que cada cosa mala que te ocurra sea una lección de vida que aprenderás.
Y una vez que lo aprendas, no dejes que vuelva a ocurrir. En los peores momentos de tu vida, intenta ver la luz al final del túnel y procura estar siempre centrado en el futuro que tienes por delante.
Respira hondo
¿Sabes todas esas veces en las que sentías que ya no podías respirar y que ya no tienes control sobre tu vida? Bueno, aunque la mayoría de la gente se olvida de este consejo tantas veces, siempre hay que respirar hondo en situaciones de estrés como ésa.
Tienes que decirte a ti mismo que las cosas irán bien aunque ahora vayan mal. Tienes que creértelo, porque si realmente crees en algo, puede hacerse realidad.
Evitar los desencadenantes de los pensamientos persistentes
Sé que hay cosas sobre las que no puedes influir, pero si ya sabes qué tipo de cosas te hacen pensar negativamente o qué tipo de personas te hacen pensar así, simplemente aléjate de ellas.
Te ahorrará lágrimas y constantes preguntas sobre si eres lo bastante bueno o si has hecho algo bien. Intenta deshacerte de todas las cosas que te irritan y de las personas tóxicas que te rodean. Si lo haces, tendrás sin duda una mejor calidad de vida.
Distráigase
Hay pocas probabilidades de que pienses en cosas negativas si haces algo que te interesa. Así que, para evitar tus pensamientos negativos, distráete y haz cosas que realmente te hagan feliz. De ese modo, aprenderás cosas nuevas y no pensarás en todas esas cosas negativas en las que pensabas antes.
Sea persistente
Las cosas buenas no suceden de la noche a la mañana. Tienes que esforzarte más si quieres mejorar tu vida. Si cree que su pensamientos negativos se han convertido en una especie de hábito para ti, tienes que cambiar algo al respecto.
Haz lo que sea necesario para librarte de todos esos demonios de tu pasado. Sé persistente en querer un cambio en tu vida y empieza a trabajar en ti mismo tan pronto como puedas. Serás feliz cuando te des cuenta de que tú, al igual que los demás, puedes tener una vida que realmente mereces.
Hacer ejercicio
Aunque pensaras que un poco de ejercicio no puede ayudarte a evitar que tengas pensamientos molestos, en realidad no es tan exacto. Cuando la gente hace ejercicio o simplemente cualquier tipo de actividad física, una hormona aumenta más que las otras y nos ayuda a ser más felices.
Se llama "serotonina" y se sabe que aumenta cuando hacemos ejercicio o cuando comemos dulces. En condiciones normales, las personas sienten el aumento de esta hormona cuando se enamoran o cuando les ocurre algo agradable.
Aporta positividad a la vida de otra persona
Cuando aprendas a sentirte bien en tu propia piel, podrás transferir tu energía positiva a los demás. Aunque ni siquiera lo veas, ayudarás a los demás a aceptar todos los buenos cambios en sus vidas y a vivir por fin el tipo de vida que se merecen. Y cuando veas que has ayudado a alguien a sentirse mejor, tú también te sentirás digno y feliz.
Comience cada día con pensamientos positivos
Cuando te levantes por la mañana, dite a ti mismo que has decidido que este día va a ser un buen día. No pienses en el trabajo que tienes que hacer ni en las tareas pendientes.
Capta ese momento y disfrútalo. Será el comienzo perfecto para un nuevo día y aprenderás a pensar así cada nuevo día.