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11 hábitos de citas de la vieja escuela que deberíamos resucitar

11 hábitos de citas de la vieja escuela que deberíamos resucitar

¿Soy sólo yo o somos más los que sentimos ese deseo ardiente de volver un poco al pasado en lo que a hábitos de citas se refiere?

Esta cultura del enganche es realmente agotadora a veces, y me sorprendo a mí misma preguntándome si todavía hay hombres ahí fuera que estén dispuestos a hacer un esfuerzo para conmover a una mujer.

Algunos hábitos de citas de la vieja escuela deberían volver, o al menos conservar su esencia y someterse a un proceso de modernización.

Así es como debería verse todo:

1. Un hombre que pide una cita a una mujer con unos días de antelación

No estoy diciendo que haya nada malo en que la mujer tome la iniciativa, pero para mí personalmente, toda la experiencia de las citas es mejor cuando el hombre hace un esfuerzo y muestra su interés genuino.

Un hombre que se toma su tiempo y planifica una cita es muy raro hoy en día. Lo único que solemos tener son planes de última hora y llamadas a altas horas de la noche para quedar, lo cual es muy triste.

2. Dejar claras las intenciones desde el principio

Esta es, sin duda, una de las mejores cosas de los hábitos de noviazgo de la vieja escuela. Sabías cuándo estabas saliendo en serio con alguien o, como diríamos nosotros, en exclusiva.

No había tanto alboroto por tener "la charla". Simplemente le preguntabas a alguien si le gustaba estar contigo, y los hombres solían hacerlo porque era una cosa de hombres, aunque por aquel entonces había algunas excepciones a la regla.

3. Tratar de estar lo mejor posible

Ya sabes lo que dicen: "Nunca tienes una segunda oportunidad para causar una primera impresión". Eso es cierto. Necesitamos algo que nos atraiga antes de conocer el alma de la persona con la que salimos.

Es agradable cuando tanto hombres como mujeres se esfuerzan por vestir bien, oler bien y hacer que alguien note que quieres impresionarle. El esfuerzo es sexy.

4. Baile lento

Hoy en día, cuando vas a una discoteca, no tienes la oportunidad de bailar despacio. La música está demasiado alta y no se oye a nadie.

Por suerte, todavía hay algunos lugares en los que se puede bailar lento, y deberías explorar esa opción. Incluso si no eres un buen bailarín, es una oportunidad para aprender algo juntos.

El sonido de la música y un ambiente relajado relaja tanto a hombres como a mujeres y les permite hablar con más facilidad. Además, los pone en una posición en la que están físicamente cerca, lo que aumenta la tensión sexual entre ellos.

5. Una versión modernizada de los modales pulidos

Aunque abrir las puertas del coche (o cualquier otra puerta) a una mujer, una flor cuando sales con ella, retirarle la silla o algo por el estilo suena muy bien y no debería pasar de moda, hoy en día sería un poco incómodo para la mayoría de la gente.

Pero, ¿por qué no podemos modernizar algunas cosas y ponerlas más al día? Por ejemplo, dejar que una mujer pida primero, caminar a su lado cogida de la mano en vez de unos pasos por delante, enviar un texto de buenas nochesetc.

6. Acompañar a una mujer hasta la puerta de su casa

No se trata sólo de buenos modales. Es caballerosidad de tú a tú, y nunca debería pasar de moda. En primer lugar, es una gran oportunidad para besarse, y huele a romanticismo en esta era moderna no tan romántica.

En segundo lugar, hace que la mujer se sienta segura. A nivel subconsciente, transmite el mensaje de que el hombre se interesa por la seguridad de la mujer, y eso es algo que nos vendría bien a todos hoy en día.

7. Hacer un gran gesto romántico

Puede que sea una ilusión, pero sería bonito que alguien hiciera algo por ti que te dejara boquiabierto. Como un sincero carta de amorpoema o incluso una serenata bajo tu ventana.

Tal vez hoy esto se parezca más a prepararte una taza de café por la mañana, dejar bonitos post-its con frases de amor por todo el apartamento, esconder chocolate en tu bolso. Estas pequeñas grandes cosas dejarían boquiabierta a cualquier chica.

8. Sin wi-fi

Es bueno desconectar de vez en cuando. Nuestros teléfonos nos quitan tiempo y atención. No escuchamos ni la mitad de lo que dice la otra persona.

Por eso sería estupendo que las dos personas en una cita apagaran el wi-fi (o al menos evitaran mirar el móvil cada 5 segundos) y se limitaran a hablar entre ellas como en los viejos tiempos.

9. Construir lentamente una relación

Esto debería aplicarse sin duda hoy en día, y todos tendríamos mejores oportunidades para el amor. Nos impacientamos, nos saltamos los pasos que nos llevan a una relación y nos lanzamos directamente, esperando lo mejor.

La vieja escuela tenía su propio ritmo, más lento pero de mayor calidad. No había necesidad de precipitarse. Disfrutaban del proceso y hacían de las citas un arte.

10. Salir por salir y no para meterse en los pantalones de alguien

El sexo forma parte de una relación. Ya no debería ser un tabú. Pero lo hemos llevado a otro extremo en el que se asume y se espera. Y eso no está bien. Las expectativas de tener relaciones sexuales después de la primera o la quinta cita son agobiantes.

No quiero parecer una mojigata, pero estaría bien salir con alguien que quiera conocerte, hablar contigo y saber algo más de ti que tu nombre de pila.

Sentirse conectado con alguien a nivel personal y emocional hace que el sexo sea aún mejor y más significativo.

11. Arreglar las cosas en lugar de rendirse

Este es un punto crucial en las citas de la vieja escuela. La gente de entonces tenía una mentalidad totalmente distinta. Eran solucionadores y no se rendían. Estaban dispuestos a resolver problemas y a escuchar al otro.

Las relaciones exigían trabajo entonces, igual que ahora, pero el amor siempre merecía todos los esfuerzos e inversiones.

Probablemente por eso su matrimonios durarony tuvieron la oportunidad de envejecer con alguien a quien querían.