No pasa nada si te sientes inseguro sobre el matrimonio o incluso saber que no quieres compartir tu vida con otra persona.
Además, no te pasa nada si sueñas con despertarte junto al mismo hombre el resto de tus días.
Sin embargo, una cosa es que quieras casarte y encuentres a la persona adecuada.
Es completamente diferente si se convierte en tu obsesión y en lo único en lo que piensas cada vez que sales con alguien nuevo.
Los tiempos han cambiado y hoy en día existen cientos de razones por las que no deberías salir para casarte. He aquí las más importantes.
1. La práctica hace al maestro
Cuando piensas en el hombre de tus sueños, tienes una imagen exacta de cómo debería comportarse, cómo debería tratarte, cómo debería ser... tienes todos los detalles planeados.
Sin embargo, ¿cómo puedes estar segura de que ese hombre imaginario es el indicado para ti, a menos que pruebes algo y a otra persona primero?
Aunque las citas pueden ser dolorosas y agotadoras, en realidad son una experiencia valiosa que puede enseñarte algunas lecciones importantes de la vida, especialmente las relacionadas con las relaciones románticas.
Cuando sales con más de una tipo equivocadoTe ayuda a ver lo que no quieres de un hombre y a darte cuenta de las cualidades que buscas.
Sí, las rupturas y las relaciones condenadas al fracaso son duras.
Que te dejen o quedes atrapado en una relación tóxica es algo que todos queremos evitar, pero sigues olvidando que incluso las peores experiencias pueden enseñarnos mucho.
Todo ello te construye como persona y te ayuda a convertirte en la mujer que estás destinada a ser. Te ayuda a ver cuánto puedes aguantar y a aprender mucho sobre ti misma.
Sin embargo, si no sales con los hombres con los que sabes que no te casarías desde el principio, te pierdes todo esto.
Te privas de la oportunidad de fracasar, y es bien sabido que no puedes esperar tener éxito si antes no fracasas unas cuantas veces.
2. Parecerás demasiado desesperado
A pesar de que tu objetivo final sea encontrar marido, probablemente no vayas por ahí contando tus planes a todos los hombres con los que te cruzas.
Supongo que no sorprendes a un chico en tu primera cita con la charla del matrimonio.
Sin embargo, eso no significa que no estés dando algunas señales subconscientes de que es lo único que tienes en mente.
Además, el hecho es que los hombres tienen una forma de darse cuenta cuando una mujer tiene el objetivo de atarlos, lo que en la mayoría de los casos, los hace correr por sus vidas.
No me malinterpretes - no te estoy diciendo que permitas que cualquier chico guiarte durante años sólo porque no quieres parecer demasiado desesperada por casarte.
Sin embargo, si un hombre percibe tus vibraciones y ve que estás obsesionada con entablar una relación seria que acabe en matrimonio, sentirá que intentas atraparle y huirá antes de que tengas la oportunidad de limitar su libertad.
Te guste oírlo o no, a la mayoría de los hombres les encantan las chicas espontáneas que no dan la impresión de tener planeado cada segundo del resto de su vida.
Y si estás obsesionada con atar el nudo, a sus ojos, serás todo menos eso.
De hecho, te percibirá inmediatamente como una mujer demasiado débil para ir por la vida sola y dispuesta a conformarse con todo lo que él le ofrezca -aunque sea menos de lo que se merece- con tal de tener por fin un marido.
3. Te produce demasiado estrés
Otra razón por la que no deberías salir sólo para casarte es tu salud mental.
Si esto es lo único en lo que piensas, cada cita a la que acudas y cada relación potencial en la que te involucres será una fuente de estrés, en lugar de ser algo que disfrutarás.
¿Fracasará? ¿O funcionará esta vez?
¿Cómo sería mi vida al lado de este hombre? ¿Es alguien a quien pueda imaginar como posible padre de mis hijos?
Estas y otras muchas preguntas te rondan por la cabeza cada vez que conoces a un chico que te gusta.
Así que, en lugar de estar relajado, tu ansiedad entra en acción y te arruina la experiencia de conocer a alguien nuevo.
En lugar de vivir el presente pensar demasiado tu futuro potencial, que es lo último que deberías hacer.