En la mayoría de los casos, oirás que pensar demasiado es, por decirlo suavemente, malo para ti. Es una carga de la que no puedes deshacerte y algo que parece que no puedes controlar, por mucho que lo intentes.
Lo sé porque yo también pienso demasiado. Soy una chica que no puede relajarse y que se preocupa constantemente por cada pequeña cosa.
Sin embargo, en lugar de ver mi exceso de pensamiento como un defecto, he decidido aceptarlo como parte de lo que soy. He decidido empezar a verlo como una de mis ventajas frente al resto del mundo, y te aconsejo que hagas lo mismo.
1. Amas demasiado
No estoy seguro de si ésta es su mayor debilidad o sus armas más fuertes, pero lo cierto es que los que sobrepensar también sobreamar. Aunque tu capacidad de preocuparte por los demás y de ponerlos siempre en primer lugar te trajo mucho dolor en el pasado y aunque esto es algo que probablemente te gustaría cambiar de ti mismo, la verdad es que en realidad es una bendición con la que no muchos están dotados.
Lo que te hace destacar es el hecho de que cuando amas a alguien, lo haces todo, y nunca entras en una relación sólo con una parte de tu corazón. En cambio, tu amor por tus seres queridos es siempre incondicional y no negociable, pase lo que pase. Y eso es exactamente lo que te hace tan especial.
2. Lees a través de la gente fácilmente
Una de las primeras razones por las que pensando demasiado es realmente bueno para ti es el hecho de que no te dejas engañar tan fácilmente como otras personas. Ser demasiado cuidadoso y tener problemas de confianza puede traerte muchos problemas, pero también te salva de muchas decisiones equivocadas y te ayuda a mantener a las personas tóxicas fuera de tu vida.
Cuando tienes el hábito de analizar en exceso a todos los que te rodean y diseccionar cada palabra que dicen y cada movimiento que hacen, es bastante improbable que no veas cuando alguien no tiene buenas intenciones contigo. No bajas la guardia ante cualquiera, y esto te ayuda a percibir si alguien te conviene o no.
Además, eres un empático que tiene la capacidad de sentir lo que sienten las personas que te rodean. Siempre puedes saber si la persona que te importa está pasando por una mala racha, y ves cuando algo le molesta, sin que tenga que confesarte nada y a veces incluso antes de que se dé cuenta por sí misma.
3. Rara vez juzga mal
Si tienes las características de un pensador empedernido, eres alguien que medita a fondo cada decisión antes de tomarla. Aunque algunos te tachen de indeciso por esta cualidad, lo cierto es que eres lo suficientemente sabio como para no dejar que algunas malas decisiones te arruinen la vida.
Todo esto te ayuda en todas tus decisiones y juicios. Gracias a tu pensamiento exagerado, siempre tienes en mente el mejor y el peor escenario posible de cada situación, así como todos los riesgos potenciales asociados a ella.
Sí, hay situaciones en las que tu falta de espontaneidad te lastra, pero también hay casos en los que te salva de muchos problemas. Así que supongo que no dejarse llevar por la corriente no es tan malo como podría parecer, ¿verdad?
4. Eres de fiar
Cuando eres un overthinkerCuando se trata de la vida cotidiana, la gente no puede evitar darse cuenta de que siempre eres la que tiene los pies en el suelo y la que nunca tiene la cabeza en las nubes. Por eso no es de extrañar que sea usted la primera persona a la que acuden todos para pedirle consejo o ayuda con sus problemas.
Tus cualidades te convierten en una persona extremadamente fiable. Sencillamente, la gente que te rodea cree que siempre les dirás cómo son realmente las cosas, aunque la cruda verdad sea lo último que quieran oír. Eres la que siempre les orientará hacia el camino correcto y la que dedicará su tiempo y energía a sus problemas, como si fueran tuyos.
Siendo alguien que analiza a la gente, eres una persona que observa a todos como los individuos únicos que son. Tiene la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, lo que le ayuda a comprenderlos mejor que nadie. En consecuencia, esto te convierte en una persona con la que todos pueden contar siempre que quieran una opinión sincera y un consejo sobre lo que es mejor para ellos.