Esto es para todas las chicas que esperan nerviosas junto a su teléfono con la esperanza de recibir un mensaje de él diciendo que quiere volver contigo, pero sabiendo que es muy poco probable que ocurra.
Tranquilízate. Sé lo incómoda que debes sentirte en este momento y lo agotador que debe ser seguir repitiendo la relación en tu cabeza, preguntándote qué salió mal. Preguntándote si tal vez fue algo que hiciste. O simplemente por asumir demasiado demasiado pronto.
Date un respiro. No es raro sentirse así y que te consuma el miedo destructivo de tener que empezar de nuevo de nuevo, sin saber qué falló la primera vez.
Para no cargar con estos pensamientos tóxicos en la cabeza, que te impiden seguir adelante, aquí tienes 5 formas útiles de ayudarte a sanar y a cerrar el círculo:
1. Deja de centrarte en la ruptura y de intentar arreglarte inmediatamente después de que él se vaya.
Ahora tienes la molesta sensación de que tienes que centrarte en superarle y distraerte con todas las cosas posibles para conseguirlo.
No asumas tanto, tan pronto. Lo peor ya ha pasado, se acabó. Él te dejó y tú sobreviviste.
Ahora, date tiempo para encontrarte de nuevo fuera de la relación. Tómatelo día a día. No ocurrirá de la noche a la mañana, pero empezarás a encontrarte a ti mismo de nuevo.
Ahora es el momento perfecto para centrarte en las cosas que te gustan. Sal con tus amigas, haz ejercicio, da un largo paseo sola o lee un buen libro que te inspire.
Paso a paso, empezarás a recuperar tu antigua rutina y empezarás a ver que puedes superarlo.
2. Deja de decirte a ti mismo que la gente a la que quieres te juzgará por esto
Después de cada ruptura, empiezo a pensar que todos mis amigos y, sobre todo, mis padres, de alguna manera pensarán ahora menos de mí. Seré una decepción por no haber sido capaz de retener a un chico o por haberlo ahuyentado.
Esto es un error. Lo más probable es que hayan pasado por lo mismo en algún momento y serán tu hombro sobre el que llorar siempre que lo necesites.
A tus seres queridos no les importan estas cosas, lo único que quieren es verte feliz y realizada. Serán tu sistema de apoyo a lo largo de este calvario y puedes permitirte ser vulnerable a su lado sin juzgarte.
3. Deja de decirte a ti mismo que fue algo que TÚ hiciste
Hacen falta dos para bailar un tango. Una relación no puede funcionar si ambas partes no están dispuestas a esforzarse.
Tienes que dejar de decirte a ti misma que de alguna manera lo arruinaste y ahuyentaste a tu persona. Si fue tan fácil para él dejarlo ir, seguramente ese no es el caso.
Eres humano. Si hay algo de ti que no le gustó, es normal.
No se puede complacer a todo el mundo, todos estamos conectados de forma diferente. Lo importante es encontrar puntos en común y aceptar a la otra persona tal y como es.
Así que, si no estabas suficientemente bueno para él, créeme, no es el tipo para ti.
Cuando encuentres a tu persona, no intentará cambiarte de ninguna forma. Te querrá POR todas tus peculiaridades.
4. Deja de decirte a ti misma que ahora estás sola y que tu vida no tiene sentido sin él
En primer lugar, no está sola. Tienes a tu familia, a tus amigos y la posibilidad de conocer a alguien nuevo que te dejará boquiabierta.
Por fin tienes tiempo para dedicar a todas tus aficiones que hayas podido descuidar durante tu relación.
Por fin puedes hacer un viaje espontáneo sin decírselo a nadie e ir donde quieras. Ve solo o llévate a tu mejor amiga y recarga las pilas.
Te sentirás como una persona nueva cuando vuelvas a la realidad y te ayudará a ver que hay otras cosas que te gustan de ti, fuera de la relación.
5. Deja de pensar que nunca volverás a encontrar a alguien mejor que él
En primer lugar, lo harás y DEBERÍAS. Si fuera tan bueno para ti, ¿no seguiría a tu lado?
Tienes que hacer una lista de todas las cosas que te molestaban de él y de todas las formas en que te hacía sentir que no eras lo suficientemente buena. Esto te hará ver lo tóxico que era en realidad.
Cuando veas todos sus defectos enumerados en un papel, uno tras otro, empezarás a sentirte aliviado de que por fin esté fuera de tu vida.
Y así, el proceso de curación estará bien encaminado y te darás cuenta, una vez más, de que estás perfectamente bien sin él.