Todos llegamos a un punto en la vida en el que nos sentimos como un golpe tras otro.
Hagas lo que hagas, el mundo te sigue dando vueltas y te quedas solo.
Yo también he pasado por eso y me parece el agujero más oscuro del mundo.
Cuando se aprovechan de tu confianza, tu amabilidad se da por sentada y tu amor desinteresado no recibe más que pensamientos maliciosos con falsas intenciones.
Ser traicionado por alguien en quien has depositado toda tu confianza es uno de los actos más crueles de un ser humano.
Y no importa cuántas veces ocurra ni quién lo haga, cada vez escuece un poco más.
Y entonces te quedas ahí preguntándote... ¿Cómo voy a volver a confiar en alguien? ¿Y por qué debería hacerlo?
Y, sinceramente, no hay una respuesta universal a eso.
Supongo que lo que la mayoría de la gente diría es que no vale la pena renunciar a nadie. ser feliz.
No merece la pena que te pierdas por nadie. ¿Y no es esa razón suficiente?
Si dejas que ese individuo cruel saque lo mejor de ti cerrándote en banda y no dejando entrar a nadie, ¡él gana!
Y nunca debes darles la satisfacción de ver eso.
Deberías decidir que tu bondad y tu capacidad de confiar se imponen a su necesidad de hacerte sentir débil e insuficiente.
Debes hacerles ver lo fuerte que eres y que no importa cuántas veces te derribarte...te levantarás todas y cada una de las veces.
Eso es lo que todas las mujeres fuertes tienen en común. Caen-pero vuelven a levantarse.
Vacilan-pero consiguen encontrar de nuevo su camino. Les traicionan-aunque nunca se dan por vencidos.
Y si eres de esas mujeres fuertes que no dejan que la malicia de nadie les haga dudar de todos los que les rodean, date un aplauso.
No es poca cosa confiar en alguien después de haberse quemado. Es un gran paso para una mujer poderosa.
Y aquí tienes algunos consejos valiosos para ir por la vida mientras aprendes a confiar de nuevo.
1. Perdonar pero nunca olvidar
Esto es algo que debes tener siempre presente. El perdón es importante.
Te permite quitarte mucho peso de encima y te hace la vida más fácil.
Tranquiliza la mente y es sumamente terapéutico para tu alma.
Pero una cosa que nunca debes hacer es olvidar. Perdona a quien te haya hecho daño, pero nunca olvides.
Tú no tuviste la culpa de su traición y toda la sangre está en sus manos. Tenlo en cuenta cada vez que pienses en darles otra oportunidad.
No dejes que la misma persona te ponga en ridículo dos veces. Una vez que les perdones, siéntete orgulloso de ti mismo, pero mantén una distancia prudencial.
El hecho de que hayas encontrado la fuerza para perdonar no significa que tengas que dejar que se acerquen a ti nunca más.
2. Nunca dejes que nadie te quite tu vulnerabilidad
No importa lo que pueda parecer ahora, tu vulnerabilidad es uno de tus activos más fuertes.
Si no fueras tan valiente como para salir ahí fuera cada vez que tu mente te dice que no lo hagas, ¿cómo podrías conocer a alguien nuevo?
¿Cómo irías por la vida sin nadie a tu lado?
Si nunca te permites acercarte a alguien, ¿cómo aprenderás en quién puedes confiar y quién no merece tu cercanía?
Así que nunca dejes que te quiten eso. Sigue amando con todo tu corazón.
Sigue dando oportunidades a la gente, porque algún día el correcto ¡vendrá!
Y cuando lo haga, verás cuánta razón tenías al no dejar ganar nunca al malo.
3. Confía en que eres perfectamente capaz de tomar buenas decisiones
Nunca dejes que unas pocas malas decisiones te hagan dudar de tu capacidad para tomar buenas decisiones. Todos tomamos malas decisiones.
Todos tenemos horribles lapsus de juicio. Pero eso no significa que haya algo malo en ti.
Sólo te hace humano. Y los humanos cometemos errores. Así es como aprendemos.
Así que sé indulgente contigo mismo. De cada mala experiencia se aprende algo nuevo.
Aprendes a reconocer a las personas que no tienen buenas intenciones y a mantener las distancias con ellas.
Pero también te hace ver la bondad en los demás. Te hace ver lo capaz que eres de atraer a gente buena a tu vida.
Céntrate siempre en lo bueno y deja lo malo en el pasado, a menos que lo utilices como lección para no volver a hacerlo. Pero recuerda.
Eres humano. Eres propenso a cometer errores, como todos y cada uno de nosotros.
Pero mientras los utilices como ejemplos de lo que nunca hay que repetir, al final ganas.
4. Dése tiempo para procesar el duelo
No te presiones para superar algo en un tiempo determinado.
Te mereces todo el tiempo del mundo para llegar a ese lugar sano y perdonador de forma natural.
No olvides que estás de duelo por alguien que significaba mucho para ti y que lleva tiempo superarlo de verdad.
Pasarás por muchas etapas y no te precipites en ninguna de ellas.
Antes de curarte del todo, pasarás por la negación, la ira, la negociación, la depresión y, finalmente, la aceptación. No te resistas-abrázalo.
Una vez que lo hagas, te harás un gran favor.
No tienes prisa y te mereces que no haya resentimiento ni amargura en tu mente nunca más.
5. No se considere una víctima, sino un superviviente.
Verte a ti mismo como una víctima no te hará ningún bien. Ralentizará tu proceso de curación y pintará una imagen falsa de ti mismo en tu cerebro.
Sí, te has quemado. Pero sigues aquí, ¿verdad? ¡Has sobrevivido!
Y nunca lo olvides. Eres un superviviente. Has sobrevivido a la traición, las mentiras, la manipulación y Dios sabe qué más.
Y hay que tener agallas para ser capaz para seguir adelante ¡con la cabeza bien alta!
Así que deja de verte como algo que no eres y empieza a creer que eres una badass b**** que puede sobrevivir a todo y a todos.
¡Adelante, vida!