Una causa muy común de las relaciones insanas es la codependencia. El problema de la codependencia es que no es fácil de detectar. A menudo las personas parecen no estar dispuestas a admitir que la padecen o no reconocen los síntomas. La mejor manera de empezar es determinar qué es realmente la codependencia.
"Es una afección emocional y conductual que afecta a la capacidad de un individuo para mantener una relación sana y mutuamente satisfactoria. También se conoce como adicción a las relaciones porque las personas con codependencia suelen formar o mantener relaciones unilaterales, emocionalmente destructivas y/o abusivas". MHA
Me topé con estas líneas por casualidad y luego empecé a investigar más a fondo. Me di cuenta de que yo también había sido codependiente una vez y, si lo hubiera sabido, habría sido mucho más fácil superarlo.
Algunos de los principales síntomas estaban ahí: Estaba en una relación tóxica. Estaba demasiado indecisa. Me sentía muy cohibida e insegura. Sentía que era mi responsabilidad ayudarle a afrontar sus problemas. Descuidaba totalmente mi vida por el amor que sentía por él.
Todo giraba en torno a él. Yo era inexistente en esa relación y no me importaba. Mi único objetivo era satisfacer sus necesidades. Hacerlo feliz. Verlo. Obsesionarme con dónde estaba y qué hacía.
Aguanté mucho. Era abusivo. Siempre me menospreciaba, me insultaba. Siempre era el rey del castillo y yo su humilde sirviente. Esa habría sido la imagen apropiada de mí en aquel entonces.
Lo toleré todo hasta el punto en que se volvió agresivo físicamente. Me avergüenza admitir que yo también lo soporté durante algún tiempo, hasta que me di cuenta de que estaba en un camino que me destruiría. Tuve que reconocer que estaba mejor sin él, pero es difícil para un adicto abandonar su adicción.
Me llevó un tiempo, pero lo conseguí. Es un poco gracioso cuando lo recuerdo ahora, pero en realidad sentí que me había sometido al proceso de recuperación para superar la codependencia. El primer paso, admitir que tienes un problema, es la parte más difícil, pero luego todo es un poco más fácil.
Por eso he querido compartir contigo las señales más habituales de que estás en una relación codependiente y darte algunos consejos para superarla.
1. Sus necesidades son lo primero y tú ignoras las tuyas.
Te preocupas constantemente por lo que le gusta o no le gusta. Si haces esto o aquello, ¿lo aprobaría? Pospones tus intereses, sueños y deseos para adaptarlos a sus necesidades y preferencias. Empiezas a perder el sentido de ti misma al amarle.
En primer lugar, tienes que darte cuenta de que en una relación sana, los miembros de la pareja son iguales y no es necesario hacer grandes sacrificios ni perderte a ti mismo en el proceso de amar a otra persona. Tienes que tomar tu vida en tus propias manos y tienes que ser la persona más importante de tu vida. Sólo cuando empieces a hacerlo tendrás una relación feliz y sana.
2. Te sientes responsable de su comportamiento o sus emociones.
Ha tenido un mal día y se desquita contigo. No tiene nada que ver contigo, pero aun así te sientes responsable. Empiezas a preguntarte si fue algo que tú habías dicho o hecho y automáticamente pones la carga de la culpa sobre tus hombros.
No eres Dios y no puedes controlar el comportamiento, las emociones o la falta de emociones de los demás. Si alguien se enfada contigo sin motivo, no saques conclusiones precipitadas ni te culpes a ti mismo. Es algo que corresponde a la otra persona afrontar por sí misma. Al centrarte en él, pierdes de vista tus propios sentimientos y eso es algo que tienes que cambiar. Céntrate en ti mismo.
3. Confundes amor y obsesión.
Te preguntas constantemente qué hace tu pareja cuando no está, a quién sigue en las redes sociales, en qué piensa cuando está callado y sombrío y dice que todo va bien. Piensas demasiado en cada movimiento que hace. Te gustaría conocer su mente y sus emociones. Eso es obsesión, no amor.
El amor es confianza y dar espacio al otro. El amor no controla ni se obsesiona. Tienes que darte cuenta de que estás en el camino equivocado que sólo te dejará miserable. Tienes que hacer un cambio. Tienes que tener un poco de fe en ti mismo para poder confiar en tu pareja. Si estás con la pareja equivocada, estos consejos te ayudarán en tus futuras relaciones.
4. Te trata mal y sigues tolerándolo.
Abusa de ti. A veces físicamente, pero normalmente emocionalmente porque es más difícil de detectar. Te hace daño con las palabras. Te manipula y te hace sentir que no eres suficiente. Utiliza tus inseguridades en tu contra. Tu compasión y tus sentimientos hacia él hacen que te quedes.
Nunca toleres que te traten mal. Lo mejor que puedes hacer es marcharte sin mirar atrás. Puede que no sea fácil, pero merecerá la pena, te lo garantizo.
5. Te preocupas demasiado por cosas que escapan a tu control.
Por muy complaciente que seas, te gustaría poder controlar cualquier situación y el resultado. Te gustaría librarle de cualquier mala situación. Te pasas las noches dándole vueltas y preocupándote por todo menos por ti. El resultado es que te estresas.
Lo importante aquí es darse cuenta de que no todo está en tus manos. La vida no siempre va sobre ruedas, tiene sus altibajos. No podrás evitar que se preocupe por ellos de antemano. Tienes que tomar las cosas como vienen y afrontarlas entonces.
6. Tú eres quien lo da todo.
Cuidar de él es lo que haces. Sigues dando sin recibir nada a cambio. Después, te sientes enfadado, resentido o aprovechado. A veces, ayudar y cuidar a los demás te hace sentir necesitado y eso te gusta, y otras veces te hace sentir enfadado y agotado. Pero la mayoría de las veces no dices nada al respecto y te lo guardas todo dentro.
Este comportamiento sólo va a volverte loco tarde o temprano. Primero tienes que cuidar de ti mismo. No debes sentir que dar lo mejor de ti es una carga. Por supuesto, lo será si tus esfuerzos no son correspondidos. Tienes que descubrir el amor propio y luego encontrar a un hombre que esté dispuesto a invertir en una relación tanto como tú.