1. Haces cosas que normalmente no harías
Antes pensabas mucho las cosas o al menos les dabas vueltas. El verano deja de lado todo ese pensamiento y te dejas llevar por tus instintos y tus deseos.
Haces lo que quieres cuando quieres, y debe ser el calor lo que te hace hacer todo tipo de locuras... y tener una aventura veraniega es sólo una gran parte de ello.
2. Te estás metiendo conscientemente en algo que probablemente no tenga futuro
Por algo se llama "aventura de verano" y no "amor de verano", y eres consciente de ello. Aunque normalmente no te apuntarías voluntariamente a nada casual, lo haces de todos modos.
Racionalizas todos los aspectos y lo ves como una aventura que tienes que probar. Te fijas unos reglas básicas. Estás centrado en divertirte y te prometes a ti mismo que no te enamorarás demasiado de esa persona.
Lo que aprendes aquí es que a veces también puedes mentirte a ti mismo.
3. Los acuerdos a corto plazo también pueden perjudicar
Sabes que la relación se acabará cuando termine el verano o las vacaciones de verano, y no hay nada más. Sin embargo, no puedes controlar tus emociones. Es posible que desarrolles sentimientos y formes un vínculo a pesar de todo lo que sabes.
Cuando se acabe, y se acabará quieras o no, te dolerá muchísimo. No es fácil decir adiós a alguien que se ha acercado tanto en tan poco tiempo.
4. Vivir cada día al máximo
Eres más consciente que nunca de que el tiempo vuela muy rápido, así que aprovechas cada momento con esa persona. Aprecias cada pequeño detalle y te aseguras de no perder el tiempo.
Aprendes que puedes experimentar tanto en un corto periodo de tiempo con una persona que fácilmente eclipsa todas tus relaciones anteriores.
5. Experimenta un despertar sexual
Hay algo en el calor del aire veraniego que desata las pasiones. No te guías por la lógica. Sólo confías en tus instintos básicos.
Te sientes más libre que nunca para explorar tus fantasías sexuales. Sientes que no te juzgarán por ser tú mismo y mostrar tu lado pervertido.
6. No te arrepentirás de ningún momento
Durante todo ese tiempo, estarás creando recuerdos que durarán toda la vida. Ya sean aventureros, románticos o lujuriosos, serán los más entrañables.
Pensaste que sólo se vive una vez y ser aventurero de vez en cuando hace tu mente, cuerpo y alma una muy necesaria recarga.
Lo importante es que, hagas lo que hagas o acabes como acabes, no tengas dudas ni te arrepientas de nada. Fue lo que fue, y se convirtió en un hermoso recuerdo.
7. Algunos lugares siempre te recordarán a ciertas personas
Cuando todo haya quedado atrás y aquella aventura de verano parezca tan lejana, recorrerás los mismos caminos costeros y, por un momento, sentirás que esa persona sigue ahí.
El relajante sonido de las olas le recordará todos esos momentos junto al mar. Todos esos cócteles, noches mirando las estrellas, besándose, abrazándose, hablando de todo y de nada, etc.
El recuerdo de esos momentos no te dejará un sabor amargo. No echarás de menos a esa persona. Sólo sentirás alegría porque tuviste la oportunidad de vivirlo.