Cuando esta chica te conoció, pensó que eras todo lo que había estado buscando en un hombre.
Después de todos esos fracasos, después de todos esos hombres tóxicos y relaciones malsanas, ahí estabas tú: su recompensa por todo el sufrimiento que había pasado, su hombre perfecto.
Cuando te conoció, parecías el hombre de los sueños de cualquier chica. Un hombre con el que podía contar; un hombre que sería su roca y el viento de sus alas.
Un hombre que le diera las mariposas que ansía, pero también la seguridad que necesita.
Lo mejor era que tú también la querías. O al menos, actuaste como si lo hicieras.
No dejabas de mencionar vuestro futuro juntos, convenciéndola de que era la única mujer junto a la que te veías envejeciendo. Convenciéndola de que nunca podrías imaginarte besando a otra mujer, y mucho menos despertándote junto a alguien que no fuera ella.
¿Qué más podría desear una chica? Un hombre honesto que no actúe como si fuera algo que no es. Un chico que no sea en realidad un gilipollas narcisista que se pone la máscara de hombre perfecto sólo para meterse en el corazón de ella y poder rompérselo después.
Sin embargo, esto es exactamente lo que resultó ser-un hombre que nunca la amó de verdad. Un hombre que sólo pretendía amarla mientras que en realidad no podía importarle menos.
Un hombre que jugaba con ella. Un hombre que la manipuló haciéndole creer que sus sentimientos por ella eran sinceros.
Eres el hombre que más daño le ha hecho en su vida. Un hombre que la abandonó justo cuando pensaba que todo en su vida había caído por fin en su sitio, justo cuando pensaba que todo estaba en perfecto orden.
Una mañana, de la nada, saliste de su vida. Le diste la espalda y nunca regresaste.
Así de fácil, aplastaste todos sus sueños y esperanzas, y le demostraste que eras igual que todos sus ex: que sólo querías aprovecharte de su buen corazón, que sólo querías utilizarla y que sólo la estabas engañando.
Así que, no, nunca la quisiste porque no rompes los corazones de los que amas. No les prometes el paraíso sólo para hacer de su vida un infierno.
No les hagas creer que han alcanzado las estrellas sólo para que tú puedas hacerles caer de pie.
No vas por ahí convenciéndoles de que eres un sueño hecho realidad cuando no eres más que una pesadilla en la vida real. No les dejas colgados cuando más te necesitan, sin importarte cómo sobrevivirán.
No les haces sufrir y no les das la espalda sin motivo, demostrándoles que nunca te importan.
Cuando amas a alguien, no sigues adelante con tu vida, dejándolo en el pasado, como si nunca hubiera existido. No te olvidas de ellos de la noche a la mañana, y no los dejas preguntándose si todo entre los dos no era más que una gran mentira.
No utilizas sus emociones para aumentar tu ego roto y, desde luego, no les engañas sólo para alcanzar tus objetivos.
Sin embargo, eso fue exactamente lo que le hiciste a esta chica. Trataste su vulnerable corazón como un juguete y lo tiraste como si fuera basura una vez que terminaste con él.
Sin embargo, no completaste tu misión porque adivina qué: no la rompiste, por mucho que quisieras.
Sí, la verdad es que ahora está destrozada. La verdad es que ha pasado noches sin dormir, preguntándose si alguna de las cosas que le dijiste era verdad.
Que sigue culpándose por haber sido una tonta que creyó tus promesas vacías y por haber caído en tus juegos mentales. No puede creer que no viera tu verdadera cara a tiempo y que no permitiera que la engañaras de esa manera.
La verdad es que está dolida por haber desperdiciado años de su vida en una mentira que nunca fue real, en un hombre que nunca conoció y en un hombre que en realidad nunca existió.
Sin embargo, todo esto no significa que no vaya a sobrevivir. Porque uno de estos días, resurgirá de las cenizas de su corazón aplastado.
Una mañana, se despertará y se dará cuenta de que ya no mereces tener un lugar en su vida ni en su corazón. Que nunca fuiste bueno para nada más que para fingir y que ella está mucho mejor sin ti.
Que todo esto no era más que una dolorosa lección lo que la ayudó a fortalecerse.
Uno de estos días, volverá a ser feliz. ¿Y tú? Siempre seguirás siendo el mismo pedazo de mierda que siempre has sido.