Estaba en mi habitación esperando su llamada cuando aprendí la lección más valiosa de mi vida.
Estaba flipando, esperando desesperadamente durante horas a que me llamara y aún nada.
Mi mente estaba ocupada con diferentes pensamientos como: ¿Y si le pasara algo? ¿Y si está con otra chica (¿quizás su ex)?
¿Y si ya ni siquiera le gusto porque no es la primera vez que espero que mueva el culo y me envíe alguna prueba de su existencia?
"Y si...": dos palabras con tal carga de incertidumbre y expectación que pueden matar incluso a los más duros.
Mi familia y mis amigos ya ni siquiera me reconocían. De un mujer feliz y fuerte...me convertí en una criatura frustrada y miserable.
Empecé a odiarme aún más.
Exijo a Dios que me envíe respuestas a estas famosas preguntas: ¿Por qué yo? ¿Por qué siempre tengo que ser yo la que acaba siendo desgraciada con el tipo equivocado?
Y entonces experimenté un momento de verdadera epifanía. Me di cuenta de que todo este tiempo estaba acabando desesperada porque perseguía a los tipos equivocados.
Los perseguía, aunque sabía que no se lo merecían.
Perseguía ciegamente que me hicieran daño y me dieran por sentado porque me preocupaba más su bienestar y felicidad que los míos propios.
Me he descuidado porque todo este tiempo he estado ocupada persiguiendo algo que nunca sería mío.
Alguien que nunca me haría feliz.
Mientras estaba ocupado haciendo todo esto, ignoraba la única verdad que debería estar escrita en las paredes de todos los rincones del mundo:
Cuando deja de perseguir a los tipos equivocados...¡el adecuado te encontrará! Sí.
Cuando deja de perder el tiempo esperando a que empiecen a tratarte como te merecesabrirás las puertas a la persona adecuada para quien serás la prioridad número uno.
Esta es la única verdad hermosa que debería guardarse siempre en un compartimento especial de nuestro cerebro.
Perseguir a alguien a quien no le importas lo más mínimo sólo hará que salgas cada vez más perjudicado.
Es la única conclusión lógica que he ignorado durante años.
¿Por qué íbamos a pensar que si nos empeñamos en perseguir a alguien, de repente cambiará de opinión y por fin se fijará en nosotros, en nuestros esfuerzos y en nuestras lágrimas?
¿Por qué elegiríamos vivir en esta ilusión cuando en el fondo de nuestra alma sabemos que nada cambiará jamás?
Por miedo. Tememos que nunca encontraremos a alguien mejor y pensamos que así es como deben ser las cosas.
Creemos que merecemos que nos traten mal porque nadie nos ha convencido de lo contrario. Creemos que no somos digno de amor.
Perseguimos ciegamente a quienes no nos convienen porque estamos convencidos de que nunca encontraremos a alguien que nos trate como merecemos.
Pero, la verdad es que, cuando dejemos de hacerlo, ¡nos encontrará el adecuado!
Cuando dejes de perder el tiempo esperando a que te llamen, la persona adecuada llamará a tu puerta.
Cuando sólo nos centramos en perseguir cosas que son malas para nosotros, estamos multiplicando nuestras posibilidades de recibir más mierda en nuestras vidas.
Cada vez que esperamos su llamada, nos estamos perjudicando deliberadamente al perder nuestro tiempo con alguien que no aprecia el nuestro.
Pero, cuando finalmente dejamos de hacerlo, nos liberamos de toda toxicidad y energía negativa.
Empezamos a ver las cosas de otra manera. Empezamos a fijarnos en los que estaban en la sombra todo el tiempo: los correctos.
Y lo único que tienes que hacer para darles la bienvenida a tu vida es dejar de perseguir a los equivocados.
Lo único que tienes que hacer es dejar de prestar atención a quienes te hacen daño, dejar de anticiparte a sus llamadas, dejar de esperar a que se fijen en ti, ¡dejar de aguantar con la esperanza de que cambien!
Porque cuanto más los persigas, más daño te harás a ti mismo. Cuanto más los persigas, ¡más tiempo estarás lejos de la verdadera felicidad!
Cuanto más persigas a los equivocados, más poder les estarás dando.
Cuanto más los persigas, más se darte por sentado. ¿Y por qué lo aguantarías?
¿Por qué dejas que alguien interfiera en tu felicidad y te ponga en ridículo?
¿Por qué dejarías que alguien te mantuviera viviendo con miedo y la esperanza de que eventualmente cambiará?
¡Te mereces que te traten como a una dama!
Te mereces sonreír hasta que te duela la cara en lugar de estar constantemente secándote las lágrimas.
Te mereces que te cuiden, no sentirte desatendida.
Mereces ser el sueño de alguien y no sólo una opción. Te mereces experimentar la verdadera felicidad.
Así que deja de perder el tiempo persiguiendo a los tipos equivocados, para que el correcto ¡puede encontrarte!
Cuando decidas ser el dueño de tu propia felicidad, darás la bienvenida a muchas posibilidades en tu vida.
Cuando decidas dejar de perseguir a los que te hacen mal, dejarás espacio para que te encuentren los correctos.
Cuando dejes de aceptar las cosas malas, empezarás a recibir las grandes. Cuando deja de perseguir a los tipos equivocadosconocerás a el correcto!
Véase también: Es hora de dejar de intentar ser perfecta para el hombre equivocado