Desde que tienes uso de razón, tú eras el duro. La fuerte y la valiente. La que siempre podía con todo lo que la vida le ponía por delante.
El que sabía cuál era la mejor manera de enfrentarse a todos los retos y problemas posibles.
La persona a la que todos acudían cuando necesitaban orientación o seguridad.
Se te conocía como una chica que siempre sale fortalecida de cada situación que debería haberla destruido. Como la chica a la que no se puede herir.
Como la chica que siempre resurge como el Ave Fénix de sus cenizas. Como la chica que puede soportarlo literalmente todo.
Como alguien que sabe lidiar con cualquier dolor emocional. Como una chica a la que nunca le han roto el corazón.
Pero estos días sientes que no puedes más. Sientes que has tenido demasiado de todo y que necesitas un descanso del mundo.
Un descanso de todo el dolor con el que has estado lidiando en silencio. Un descanso de todas las personas que esperan demasiado de ti.
Un descanso de todas las cargas que has llevado durante demasiado tiempo. Sientes que necesitas un descanso de ser fuerte.
Porque estás demasiado cansado. En realidad, estás agotado. Y no me refiero al agotamiento físico.
Estás mentalmente agotado y sientes que tu corazón, tu alma y tu mente están a punto de romperse por todo el peso que el mundo ha puesto sobre ellos.
Sí, ser independiente Hembra alfa es genial. La gente suele admirar todo lo que eres capaz de hacer.
Admiran tu fuerza y tu valentía. Admiran que nunca dejes que nadie te frene o te menosprecie.
Admiran que nunca te rindas y que no necesites a nadie para completarte.
Que nunca necesitas que nadie esté a tu lado y que eres más que capaz de ir por la vida por ti mismo.
Pero sientes que soportar esa imagen de chica dura se ha vuelto demasiado duro para ti. Sientes que no puedes soportarlo más y que pronto te romperás en mil pedazos.
Está cansado de cumplir las expectativas de la gente. Cansado de estar ahí para todos los demás. Cansado de ser vigilado y duro.
Cansado de sonreír a pesar de todo el dolor y cansado de llevar una máscara delante del mundo entero. Estás cansado de luchar.
Estás cansado de decirle a todo el mundo que estás bien, incluso cuando sientes que te mueres por dentro.
Cansado de ser el hombro en el que llorar de todo el mundo, incluso los días en los que no consigues sentirte mejor. Cansado de cuidar de los demás cuando no hay nadie que cuide de ti.
Y eso es exactamente lo que necesitas: alguien que cuide de ti. Alguien que te coja de la mano cuando las cosas se ponen difíciles. Alguien que te escuche y te diga que todo saldrá bien.
Alguien que te quiera en lo mejor y en lo peor. Necesitas a alguien que te coja cada vez que sientas que te vas a caer y alguien que te levante cada vez que sientas que te vas a romper.
Bueno, déjame decirte una cosa: no hay nada malo en desear algo y a alguien así. No hay nada malo en sentir que has bebido demasiado y que ya no puedes más.
Porque ser vulnerable no te hace indefenso. No ser duro todo el tiempo no te hace débil. Necesitar a alguien que te quiera y te cuide no es algo de lo que debas avergonzarte.
Esto no significa que te hayas convertido en alguien que juraste que nunca serías. No significa que hayas traicionado a la chica que siempre has sido.
Lo que tienes que recordar es que también eres un ser humano. Que estás hecho de carne y hueso y que también tienes emociones y un corazón que hay que cuidar.
Recuerda que puedes sentir todo lo que has sentido últimamente. Puedes estar agotado y cansado. Y lo más importante, puedes pedir ayuda.
Porque eso no te hace menos que un mujer fuerte que tú.