Permanecer vulnerable después de haber sido herido es como ir a la batalla sin armadura.
Por muy buenos luchadores que seamos, podemos salir heridos. Pero es un riesgo que estamos dispuestos a correr sabiendo que el amor es una necesidad básica.
Eso es lo que hice. Me hirieron, pero elegí volver a amar... y me volvieron a herir.
No me arrepiento.
El amor suele ir acompañado de dolor. El dolor está mal visto y la gente lo evita como a la peste. Pero siguen queriendo amor.
Sin embargo, pasar por el dolor significa elegir el amor.
En un momento dado, cuando aún no me había dado cuenta, maldije tu nombre y maldije el amor.
Me maldije por caer en lo mismo una y otra vez.
Me pasaba los días en la cama, llorando. Sentía náuseas cuando no comía durante días.
Mi cabeza bullía con pensamientos que no podía decir en voz alta. Mi corazón estaba hecho pedazos. Me dolía.
Más tarde aprendí que el dolor emocional se manifiesta físicamente para recordarnos que necesitamos curación. Nuestros cuerpos son milagrosos.
Eso fue lo que pasó. Pasó el tiempo y empecé a curarme.
Acepté que la vida es desordenada y difícil de entender.
Pero a veces, en el momento en que menos te lo esperas, las pequeñas piezas empiezan a encajar y a formar un todo coherente.
Es entonces cuando empiezas a unir los puntos de tus experiencias y comprendes la respuesta a la pregunta que tantas veces te has hecho: ¿Por qué yo?
En ese momento tu dolor se llena de sentido y comprendes que hay ocasiones en las que el amor sólo puede encontrarse a través del dolor.
Aunque aprendí sobre el dolor al marcharme, aprendí que el dolor puede ser más sutil.
El dolor puede ser incertidumbre sobre el futuro, expectativas que no podemos cumplir, un trauma inconsciente, una decepción.
Sin embargo, a través del dolor, el amor quiere prepararnos. Quiere que ampliemos nuestra perspectiva y profundicemos en nuestra capacidad.
Nos enseña que no podemos ser derrotados.
Tanto el amor como el dolor nos enseñan que la vida se compone de cosas buenas y malas y que todo en la vida es una oportunidad para crecer hacia algo más grande o retroceder a la tierra.
Depende de nuestra elección.
Pasar por el dolor y sanar es comprender el verdadero significado del amor.
El amor es inesperado y no conoce límites. Cada uno tiene su manera de encontrarlo.
Por eso está bien buscar el tipo de amor que necesitas.
Está bien buscar a una persona que entienda tu forma de amar y de necesitar ser amado.
Sin embargo, las verdaderas cualidades del amor son siempre las mismas.
El amor verdadero no te hiere a propósito. El amor verdadero no te miente.
El amor verdadero te acepta a pesar de tus defectos. El amor verdadero ve más allá de tu cuerpo.
El verdadero amor no se asusta cuando las cosas van mal. El verdadero amor acepta el sentimiento de dolor y cualquier otro imperfecto emoción.
Es lo bastante sabio para saber que lo perfecto no existe y que la imperfección es siempre una oportunidad para crecer.
Cuando encuentres el amor que necesitas, lo sabrás.
Un hombre que te da ese amor se asegurará de elegirte cada día y no te hará cuestionar sus sentimientos.
Nunca dejará de recordarte lo importante y valioso que eres.
Te cuidará y aumentará tu confianza sólo porque le encanta verte feliz.
Te respetará siempre y para siempre porque ve tu verdadero valor.
En su mente y en su corazón, tú serás el único al que vea.
Cuando eso ocurra, agradecerás tu dolor y abrazarás el amor recién descubierto.
Todo lo anterior será sólo una sombra que se desvanece cuando te rodea la luz.
Sonreirás porque, en lugar de dejar que el dolor convirtiera tu corazón en algo feo, permitiste que floreciera en amor.