Te levantas por la mañana no porque estés deseando ver lo que te tiene preparado el día siguiente, sino porque tienes que hacerlo.
No te apetece ver a la gente y no te ilusionan las mañanas y los días nuevos porque has olvidado lo bien que se siente.
Aunque ocurriera algo asombroso, probablemente no serías capaz de darte cuenta. Porque estás demasiado ocupado sintiéndote solo.
Desde el momento en que abres los ojos este sentimiento te abruma. Te despiertas con un susurro en el oído que te dice que a nadie le importa.
Te dice cómo tienes que decir "estoy bien" cada vez que alguien te pregunta cómo has estado o cómo no deberías contarles a los demás tus problemas porque a nadie le importan realmente.
Te levantas, te desnudas y te metes bajo la ducha. Dejas que el agua ruede por tu cara mientras sigues pensando que no hay persona en este mundo que pueda entenderte.
Sientes que eres el único, que estás solo. Así que terminas saliendo de la ducha sintiéndote cansado incluso antes de empezar el día, pero de alguna manera resistes el impulso de arrastrarte de nuevo a tu cama.
¿Es ésta realmente la vida que quieres tener? ¿Es realmente así como quieres vivir? ¿Sentirte cansado, sentir que a nadie le importa, que nadie te entiende?
¿No estás cansado de sentirte cansado? ¿No estás cansado de deprimirte constantemente?
En un momento dado, tendrás que espabilar. En un momento dado tendrás que encontrar la fuerza para deja de ser tóxico.
Tú eres el tóxico aquí. Te estás haciendo daño. Y necesitas parar.
Tienes que dejar de hacerte daño y decidir cuidar de ti misma para variar. Porque si no lo haces tú, nadie más podrá ayudarte.
En algún momento, en la comodidad de tu cama, olvidaste lo agradable y cálido que puede ser tener a alguien a quien realmente le importes.
Olvidaste lo que se siente al no sentirse solo, lo que se siente al esperar con ilusión un nuevo día y nuevas cosas increíbles que la vida puede darte.
Puede que ahora seas incapaz de verlo, pero este sentimiento de soledad no aparece cuando no le importas a nadie. Aparece cuando la persona que te importa totalmente no se preocupa realmente por ti.
No hay sentimiento más feo que ver que la persona por la que harías cualquier cosa no haría ni la mitad de las cosas que tú estás dispuesto a hacer.
Sólo entonces empiezan las dudas sobre ti mismo y, una vez iniciada esa avalancha, no tardará en sepultarte.
Empiezas a sentir que no eres lo suficientemente bueno. Empiezas a pensar que no puedes hacer nada bien y empiezas a odiarte a ti mismo y a tu vida por no ser adorable.
Pero lo peor de todo es que empiezas a sentir que a nadie le importa. Y todo esto lo haces tú solo.
En lugar de culpar a la persona adecuada, acabas achacando todas las malas acciones de una sola persona a todas las demás personas de tu vida. Y poco a poco empiezas a alejar a la gente.
Por culpa de esa persona que te hizo mal, que no correspondió a tus sentimientos, acabas pensando que todos somos iguales. Pero no lo somos.
Sólo estás cegado temporalmente por las emociones, pero una vez que estés bien, verás que has estado proyectando las inseguridades de una persona en toda la gente que te rodea. Y eso es lo que no deberías haber hecho.
Así que, mañana, cuando abras los ojos, decídete a esperar con ilusión ese día. Sonríe antes de levantarte de la cama y, mientras empiezas a quitarte la ropa para ducharte, ponte a cantar.
Y luego seguir cantando. Y luego sal de la ducha y pon música. Que sea una canción que seguirás tocando en tu cabeza.
Al día siguiente, haz lo mismo. Y al día siguiente, y al siguiente.
Sonríe a tu fe y da la bienvenida a tu nuevo día con una canción, preparado para ver todas las cosas asombrosas que te llegarán ese día.
En cuanto a la persona a la que no le importas y por culpa de quien empezaste a sentirte no querible e indigno y no lo suficientemente bueno para la atención de los demás, bueno, sólo hay una cosa que podrías hacer y es alejarte.
Aunque te cueste hacerlo, aunque no quieras oírlo ahora, es la verdad y voy a soltarla aquí mismo: a veces tienes que ser tu propio héroe y guardar tu propio corazón porque una persona que te importa totalmente no se preocupa por ti en absoluto.
Véase también: Al escritor lleno de vacilaciones
Cariño, tú eres la única que manda en tu vida y si no la amas, ¿cómo esperas que te amen los demás?
Cualquier cosa que perturbe tu paz, que te haga sentir poco importante, indigno o miserable, entonces no te merece y puedes alejarte.
Una vez que te alejes de tanta oscuridad, llegarás a la luz del día y podrás ver claramente que hay personas que se preocupan de verdad por ti.
Hay gente que quiere saber cómo te ha ido el día, que le gustaría ir al cine contigo y que disfrutaría tomando una cerveza en el bar contigo.
Aléjate de lo que te hace sentir miserable. Deja de alejar a la gente buena. Aprende a volver a enamorarte de tu vida.
Cuida de ti mismo. Ocúpate de tu felicidad. Cuando te preocupas, los demás tienden a seguirte.
