Cuando me dejaste, hiciste realidad uno de mis mayores miedos. No sabía qué hacer con mi vida, pensando que había llegado a su fin. Ya no tenía ningún propósito ni sentido. Estaba completamente consumida por el dolor que me causaste y No podía moverme del sitio donde me dejaste.
Si en aquel momento alguien me hubiera preguntado cuál era una de las cosas más dolorosas de experimentar, el desamor habría encabezado sin duda mi lista.
Sentía que no podía respirar sin ti a mi lado. Tu partida me rompió de muchas maneras.
Y me dolió hasta los huesos. Pensé que nunca sería la mujer que solía ser y que nunca me recuperaría de todo el dolor que me causaste.
Estaba segura de que moriría.
Y luego, con el tiempo, se hizo mucho más fácil. No sé cómo ni cuándo ocurrió, pero sé que... Me desperté una mañana sin la sensación de que se me iba a quemar el pecho. No tenía la sensación de que me iba a romper en pedazos a cada segundo y por fin podía respirar bien.
No significaba que te hubiera superado por completo, pero definitivamente era algo. Fue el principio de mi recuperación. Fue cuando me di cuenta de que el tiempo curaría mis heridas y cuando tomé la determinación de que llegaría un momento en que te habría superado.
Y después de mucho tiempo, por fin llegó ese momento. Me ha costado mucho tiempo y paciencia llegar hasta aquí, pero lo he conseguido. Por fin puedo decir que soy finalmente, realmente sobre ti. No te quiero ni te odio-Me es completamente indiferente.
Pero lo que es aún más importante es que siento que me he librado de esta enorme carga. Cuando me dejaste por primera vez, sentí que el peso del mundo entero había caído sobre mis hombros, y ahora siento que me he librado de él. Me siento relajada, liberada y libre.
Me siento aliviado.
Y no sólo me siento aliviada porque haya superado el dolor que sentía desde el principio. Nunca pensé que sería yo quien lo dijera, pero me alivia que ya no estés en mi vida.
Por fin me di cuenta de lo mal que me trataste mientras estuvimos juntos. Por fin me di cuenta de lo negativamente que me influiste.
Me di cuenta de que en realidad era su prisionero. Aunque no me encerraste físicamente, enjaulaste mi mente y mi alma. Tus juegos mentales eran tan fuertes que realmente sentía que estabas dentro de mi cabeza.
Entonces no lo sabía, pero ahora lo veo. Veo lo controlador y manipulador que eras en realidad. Por fin veo tu toxicidad.
Veo cómo arruinaste años de mi vida y cómo podrías haber arruinado el resto, si te hubieras quedado a mi lado.
Veo que en realidad te tenía miedo. Yo no sobrevivir a los malos tratos físicos de ti, pero de alguna manera te las arreglaste para hacerme vivir con miedo. No importaba lo que hiciera, tu posible reacción era el único pensamiento que pasaba por mi cabeza. Ahora sé que nunca estuve totalmente relajada mientras estuve contigo.
Y desde que te fuiste, todo esto paró. Sí, me dejaste sola, pero eso significaba que no tenía a nadie que juzgara cada movimiento que hacía, que tratara constantemente de menospreciarme y criticarme. No tenía a nadie que me tratara con condescendencia y alimentara mis inseguridades. No tenía a nadie que arruinara mi confianza y me frenara.
Ahora, sin ti a mi lado, Por fin puedo ser libre y ya no tengo que tener miedo de nada. Ahora que por fin he salido de esta jaula mental en la que me metiste...Puedo tomar mis propias decisiones, sin preocuparme de lo que pienses de ellas.
Por fin puedo disfrutar de cada aliento que tomo y por fin puedo vivir mi vida al máximosin ser abusado emocionalmente, manipulado y chantajeado.
Y esa es la sensación más liberadora y aliviadora que existe. Aunque pensé que nunca diría esto...-Me alegro de que te hayas ido.