Es como si casi pudiera verte ahí, sentado en tu habitación, contando otra noche seguida sin dormir.
Las lágrimas corren por tus mejillas y los pensamientos negativos te abruman por completo.
Desde que tienes memoria, has sido un creyente con una fe firme.
Te enseñaron que ser bueno acaba dando sus frutos, que recoges lo que siembras y que en este mundo hay justicia general.
Sin embargo, todo cambió cuando conoció a este hombre.
Todo lo que pasaste con él sacudió tu fe y te hizo sentir traicionada y engañada.
Esta experiencia te hizo cuestionar todo en lo que creías hasta ese momento y te hizo dudar de todas tus creencias.
Desde el primer día, hiciste todo según las normas en esta relación; siempre estuviste ahí para tu ex pero le diste espacio suficienteFuiste su amante y su amiga, actuaste con madurez, no fuiste egoísta y nunca dejaste de demostrarle lo mucho que te importaba.
Le diste todo de ti y te esforzaste por convertirte en la mejor novia posible que pudiera tener.
De hecho, todo el mundo lo vio; todos a tu alrededor se dieron cuenta de que estabas loca por él y de que tu amor era incondicional.
Todos menos él. Al menos, así es exactamente como te trataba, como si no fueras lo bastante buena para él y como si le importaras un bledo, por no decir otra cosa.
La verdad es que pasaste por un infierno con ese chico, al que creías el hombre de tus sueños pero que acabó siendo tu peor pesadilla.
Siguió rompiéndote el corazón y destrozándote la vida, sin pensar nunca en las consecuencias de sus actos.
Ahora, después de todo lo que ha pasado, no puedes evitar preguntarte por qué.
¿Cómo es que tuviste que pasar por todo ese dolor, cuando era lo último que te merecías de él?
No puedes creer que este imbécil te haya pagado de esta manera, después de todo lo que hiciste por él.
Que nunca apreció tus sacrificios y que aplastó tu corazón en un millón de pedazos, sin siquiera pensarlo dos veces.
Entonces, ¿dónde está esa justicia divina en la que te has pasado toda la vida creyendo?
¿Dónde está esa justicia cósmica?
Te preguntas por qué este chico no pudo quedarse a tu lado, después de todo el amor que recibió de ti.
Aunque es algo que rara vez admites, lo cierto es que tu fe ya no es tan fuerte como antes.
No puedes creer que a la gente buena le pasen cosas horribles, sin motivo alguno, y te preguntas por qué Dios tuvo que arrebatarte el mayor amor de tu vida así como así.
Bueno, déjame decirte esto: Lo hizo por una razón, que probablemente no puedas comprender ahora.
De hecho, como siempre, Dios actuó a tu favor y por tu propio bien.
Verás, cuando este hombre se alejó de ti, en realidad te salvaste de él.
Dios lo sacó de tu vida para protegerte.
Por lo tanto, en vez de enfadarte, da gracias porque esquivaste una bala cuando se fue.
Dios te libró de una vida de miseria sin fin y dolor emocional cuando lo alejó de ti.
Así que no pierdas la fe. Verás, el karma realmente existe.
De hecho, cuando Dios te liberó de este tipo, en realidad te recompensó por algo bueno que hiciste en el pasado.
Cuando te lo arrebató, te dio uno de los mejores regalos que podías recibir: la oportunidad de un futuro más feliz.
Además, este hombre no era ciertamente el amor de su vida.
En cambio, no fue más que una lección importante que cumplió su propósito.
Estaba allí para enseñarte la diferencia entre los hombres que te merecen y los que ni siquiera deberías mirar.
Para mostrarte lo que no es el amor, cómo no debe ser una relación y cuáles son las cosas con las que nunca puedes conformarte.
Este hombre estaba allí para prepararte para todo lo bueno que está por venir.
Para ayudar a construir la mujer que estás destinada a ser y la mujer que estará lista para su verdadera pareja en el cielo.
Así que, por favor, trabaja en recuperar tu fe, aunque ahora haya cosas que no entiendas.
Nunca cuestiones El plan de Dios y confía en mí, un día todo estará claro como el cristal.