Últimamente, cada vez que ves a tu chica, sólo ves dudas en sus ojos. Así que piensas que, obviamente, está exagerando y exagerando.
No sabes qué le pasa y por qué no se fía de nada de lo que dices. Es obvio que tiene problemas de confianza y esto ha afectado a vuestra relación de forma horrible.
Te preguntas dónde ha desaparecido la chica alegre y feliz que conociste. Ahora, sólo puedes oírla regañar y cuestionar cada uno de tus movimientos.
No hay nada que puedas hacer para demostrarle tu amor. Crees que te estás esforzando al máximo para ser un buen chico, un novio cariñoso y comprensivo, pero nada parece funcionar.
Aunque movieras el mundo por ella, seguiría dudando de tu amor.
Y, naturalmente, esto empieza a molestarte poco a poco. No te imaginabas tu vida así.
No necesitas a alguien cuyo pensar demasiado arruina tu relación y alguien que esté constantemente controlando cada pequeña cosa que haces. No quieres sentirte constantemente vigilado y controlado.
Según tú, todo esto se te ha ido un poco de las manos. Es demasiado celosa y empiezas a pensar que se está volviendo loca.
Sientes que no puedes con sus constantes cambios de humor y con su comportamiento hacia ti en general.
Pero lo que no sabes es que toda relación es una calle de doble sentido. Su comportamiento es sólo una reacción a tus acciones y esa es la única verdad.
En lugar de acusarla de estar loca, ser celosa y demasiado controladora, ¿has pensado alguna vez en todas las cosas que has hecho tú para que tu novia esté así?
Sí, es muy consciente de que tiene problemas de confianza. No cree ni una palabra de lo que dices y no hay nada que pueda convencerla de tu honestidad.
Sí, a veces actúa como si estuviera paranoica y hay veces que te acusa de cosas que no has hecho.
Pero, ¿has pensado alguna vez qué hiciste tú para que ella se comportara así? ¿Te has cuestionado alguna vez a ti mismo y todo lo que le hiciste para que se comportara así?
Sabes muy bien que esta chica no era así cuando la conociste. Sabes que era una chica inocente y cariñosa que creía en el amor y que creía que había algo bueno en todo.
Pero, sobre todo, creía que había algo bueno en ti. Aunque la gente seguía diciéndole que eras problemático y que no eras el hombre adecuado para ella, ella tenía fe en ti.
Tenía fe en su amor por ti y creía que el enorme amor que sentía por ti te cambiaría.
Pero nunca te cambió. En vez de eso, la cambiaste. Le demostraste que nunca debió confiar en ti.
Le demostraste que todo el mundo tenía razón sobre ti y que ella era tonta por creerte. La decepcionaste más y más cada vez que te pillaba mintiendo.
Ella perdía cada vez más la confianza en ti cada vez que te pillaba escondiendo el móvil, cada vez que tenías llamadas misteriosas y cada vez que te pillaba mirando a otra chica.
Y entonces, te pilló engañándola. Puedes pensar que te perdonó. Y tal vez lo hizo. Pero no lo hizo porque quisiera.
Lo hizo porque te quería, a pesar de todo lo que le hiciste. Lo hizo porque no podía imaginar no tenerte en su vida, a pesar de todo el dolor que le causaste.
Y lo hizo porque seguía esperando que con el tiempo te convirtieras en un hombre mejor.
Pero aunque te perdonó, nunca olvidó lo que le hiciste. Se esforzó mucho por olvidarlo todo e intentó pasar página. Pero no pudo.
Los sentimientos de traición y humillación que le hiciste pasar fueron incluso más fuertes que el amor que sentía por ti.
Y sobre todo, todavía no puede perdonarse a sí misma por permanecer a tu lado. Ya no soporta vivir en esta tortura.
Cada vez que te mira, ve a un hombre que le hizo daño de la forma más horrible, ve a un hombre que la destruyó y la cambió para siempre.
Y no hay nada que ella pueda hacer al respecto.
Así que cada vez que te moleste su falta de confianza, cada vez que pienses que te está maltratando y cada vez que pienses que debe estar loca, recuerda que tú la hiciste así.
Recuerda que todo esto es culpa tuya. Y recuerda que ella no tendría problemas de confianza si tú no hubieras tenido problemas de mentiras.