Hay algo en el invierno que nos hace desear la cercanía. Probablemente sea el frío que hace fuera lo que nos hace desear el calor de otro ser humano.
De eso se trata la temporada de abrazos. Hay algo en nosotros que nos hace desear a esa persona especial con la que acurrucarnos.
También hay algo en el otoño y el invierno que hace que personas que normalmente preferirían estar solteras o tener citas casuales quieran estar "esposadas" o "atadas" por una relación significativa.
Lo mejor de todo es que será su impulso natural. No se sentirán presionados ni forzados a comprometerse más; simplemente sucederá.
Hay algo diferente en todas las personas, pero los hombres cambian especialmente. Se ponen en modo romántico, y es realmente genial verles hacerlo.
Son más propensos a dar una oportunidad a las citas de verdad y a dejar de lado los ligues. Prefieren quedarse en casa y acurrucarse contra un cuerpo cálido y cariñoso que salir a jugar al campo.
Su deseo de intimidad aumenta y ven todos los beneficios que aporta una relación significativa.
Netflix y relajarse, maratones de películas, palomitas de maíz, cacao caliente, cocinar, jugar a juegos de mesa, actuar como niños de nuevo, todo suena muy atractivo.
Acurrucarse, besarse, abrazarse y besarse son cosas de las que nunca se tiene suficiente.
Además, es estupendo tener a alguien que cuide de ti cuando te encuentras mal. Alguien que te traiga té con miel o te prepare una sopa casera.
Basta con tener a alguien cerca para sentirse mejor, tanto si se está enfermo como si se goza de buena salud.
Otra ventaja que merece la pena mencionar es que vuestra vida sexual se intensifica. Os apetece más estar juntos y lo mejor es quedarse en la cama todo el fin de semana acurrucados y explorando el cuerpo del otro.
Sin embargo, hay una trampa de soledad que trae la temporada de esposas.
Tienes que preguntarte si realmente os gustáis el uno al otro o si se trata de un sentimiento eufórico que pasará.
Se dice que la temporada de puños dura de noviembre a abril. Termina con los días más cálidos, y existe el riesgo que la relación podría terminar.
Pero bien mirado, ese riesgo siempre existe, y es mejor esposarse a alguien durante los fríos días de invierno y aprovechar toda la situación, vivir el momento y ver qué pasa.
Nada está garantizado en esta vida. No tiene sentido pensar en lo que podría ser. Disfruta de lo que tienes e intenta aprovecharlo al máximo.
Los manguitos pueden durar más de una temporada.
Y la mejor forma de asegurarse de que eso ocurra es tomárselo con calma. Conócete. Conócete de verdad.
Hablen de todo y de nada. Diviértanse, pero también entablen conversaciones más profundas.
Recuerda que las cosas que empiezan rápido se queman aún más rápido. Así que si este invierno te lías con alguien y deseas que dure más de una temporada, tómatelo con calma.