¿Por qué seguimos creyendo en un "felices para siempre" incluso cuando todo a nuestro alrededor se desmorona?
¿Por qué seguimos pensando que la gente va a cambiar, que las cosas se van a arreglar y que al final todo va a salir bien?
Nos aferramos con fuerza a esa idea del amor incluso cuando el amor se ha ido. Seguimos buscando un milagro porque ya no hay nada más que hacer. Ya lo hemos intentado todo.
Dimos lo mejor de nosotros. Luchamos con todo lo que teníamos. Pero no fue suficiente. Nunca será suficiente porque el amor no se puede forzar. No hay necesidad de cambiarnos a nosotros mismos para encontrar o mantener el amor.
No hace falta ir más allá para que dos personas encajen. No hay necesidad porque cuando el amor es realIncluso las piezas más imperfectas encajan a la perfección.
El amor no debería ser tan difícil. Claro que requiere trabajo, pero también dos personas que harían cualquier cosa la una por la otra.
Dos personas que hacen que quererse sea fácil incluso cuando todo lo demás es difícil.
Aunque en el fondo sabemos todo eso, deseamos tanto que las cosas funcionen que nos quedamos aunque deberíamos habernos ido hace mucho tiempo.
Nuestras emociones y deseos nos nublan la vista y somos incapaces de ver con claridad.
Por eso es hora de que abras los ojos y te preguntes si estás forzando tu relación y puedes encontrar la respuesta en estas señales:
1. Estáis intentando cambiaros el uno al otro
Si intentas moldear a una persona para que se ajuste a tus expectativas, nunca lo conseguirás.
O se aceptan por lo que son o simplemente se enfrentan al hecho de que no son compatibles.
La gente cambia, pero sólo cuando quiere o siente la necesidad de hacerlo.
Si te sorprendes a ti mismo pensando que si hicieran esto o aquello todo sería perfecto, es que tienes un problema mucho mayor de lo que crees.
2. Pasar tiempo juntos se siente como una obligación
"Hace mucho que no salimos, así que deberíamos hacerlo esta noche" no es el tipo de historia de amor en la que querías estar.
Si sientes que pasar tiempo con la persona con la que estás es tu deber y no tu placer, vas cuesta abajo.
Deberías desear pasar un tiempo a solas con tu pareja aunque llevéis mucho tiempo juntos.
Hay una gran diferencia entre "tenemos que" y "queremos" pasar tiempo juntos.
3. El silencio es ensordecedor
Habéis olvidado cómo comunicaros. Ya no os habláis, no de verdad.
Sólo habláis de cosas cotidianas al azar. Ya no hay conversaciones profundas o que demuestren que todavía te importa.
No hay palabras dulces, sólo silencio. Antes hacías un esfuerzo por mostrar afecto y era ignorado. Por eso dejaste de intentarlo.
4. Sabéis cómo excitaros mutuamente
Para seguir con las malas habilidades comunicativas, otro de los problemas más importantes es que se presionan mutuamente.
Ya no toleras nada y cada pequeña cosa te molesta. Tu forma de hablar se ha convertido en discusiones y comentarios sarcásticos.
Si lo piensas detenidamente, no serás capaz de recordar la última vez que mantuviste una conversación decente.
5. Te preguntas si el amor debe sentirse realmente como un sacrificio
Hacer concesiones es parte integrante de cualquier relación. Pero hacerlos no significa cambiar tu esencia para complacer a otra persona.
No significa hacer todo lo posible y sacrificar tu felicidad para que otra persona sea feliz y esté contenta.
Llegar a compromisos significa encontrarse a mitad de camino. Significa ceder un poco de vez en cuando para hacer feliz a la persona que amas. No implica sacrificarse.
6. No paras de decirle a todo el mundo lo genial que es tu pareja
Al hablar sin parar de lo buena, encantadora o cariñosa que es tu pareja a todo el mundo que te rodea, incluso en las redes sociales, en realidad estás intentando convencerte a ti mismo de que todo eso es verdad.
Quieres hacerte creer que las cosas no podrían ir mejor, cuando en el fondo sabes que eso está muy lejos de la verdad.
Te concentras en mostrar un exterior perfecto aunque el interior de tu relación esté podrido.
7. Te encuentras pensando en tus relaciones anteriores
Estás pensando en todas las cosas que tu ex hizo bien y lo echas de menos.
Estás pensando en todas las cosas que él había hecho mal y te das cuenta de que el mismo patrón se repite en la forma de tu nueva pareja.
Esto no es señal de que tengas que volver con tu ex. Es sólo una gran señal de advertencia de que algo no va bien en tu relación actual.
8. Inconscientemente preguntas qué más hay ahí fuera.
Engañar es lo último que se te pasa por la cabeza y ni se te ocurriría hacerlo.
Pero cada vez que oyes que alguien que suele ser tu tipo vuelve a estar en el mercado no puedes evitar alegrarte un poquito.
Su mirada tiene la costumbre de desviarse cada vez que alguien atractivo se cruza en su camino.
Te sorprendes a ti mismo pensando en cómo sería tu vida si estuvieras con otra persona.
9. Piensa en los viejos tiempos
Como en los dos signos anteriores, estás escapando de la realidad y no estás viviendo el aquí y el ahora.
Tu mente se va al principio de tu relación donde todo iba bien, donde no podías esperar a ver a tu pareja y pasar tiempo con él.
Tener grandes recuerdos del pasado es algo valioso, pero confiar en ellos para sobrellevar el día con más facilidad es algo que debe preocuparnos.
10. Te estás echando toda la culpa a ti mismo
Intenta constantemente averiguar qué ha hecho mal. Te preocupa pedir demasiado y ser duro con tu pareja.
Es más fácil culparse a uno mismo y rebajar el nivel de exigencia que afrontar que la relación simplemente no funciona y que realmente no importa de quién sea la culpa.
11. Le aterroriza estar solo
Cuando piensas en la posible ruptura, lo único que temes es quedarte solo y no continuar tu vida sin esa persona en ella.
¿Realmente merece la pena seguir en una relación que no funciona o con una pareja con la que no eres feliz sólo porque no quieres estar solo? Por supuesto que no. Sólo estás empeorando las cosas para ambos.
12. El sexo está casi fuera de juego
La vida sexual es parte integrante de la relación. Es lo que diferencia la amistad de una relación.
Si falta algo en ese ámbito, es sin duda un indicador de que las cosas no van bien.
El sexo no tiene que ser tan frecuente como cuando empezaste, pero tiene que existir y tiene que existir a menudo.
Si has perdido la química y la atracción que antes compartías con tu pareja, será difícil recuperarla.