Has pasado por momentos difíciles. En realidad, tiempos difíciles ni siquiera lo describe lo suficiente. Has pasado por un infierno.
Lo que experimentaste puede compararse literalmente con el infierno.
Quizás haya otras chicas u otras mujeres que pasaron por algo parecido, y quizás sólo ellas puedan entenderte.
Pero alguien que no ha vivido las cosas que tú viviste no puede ni empezar a entender lo que te pasó.
Lo que te pasó no se parece a nada por lo que haya pasado otra persona.
Habrá algunas similitudes entre algunas historias, pero no hay dos historias iguales.
Por eso duele aún más intentar contar tu propia historia.
Por eso se te rompe aún más el corazón cuando dicen que lo entienden y luego acaban culpándote por haberte quedado tanto tiempo.
No lo entienden, ¿cómo es posible?
Si no lo han vivido en su propia piel, si no han estado en tu cabeza, si no te han abierto el corazón para ver lo que hay en él y si no se han asomado a tu alma para ver la cantidad de miedo que sentías, es imposible que entiendan cómo o por qué te quedaste tanto tiempo.
Estabas convencida de que te querían, de que liarte con tu verdugo sería el viaje de tu vida. Que con él experimentarías un amor fuera de este mundo.
Te dijeron que eras única y que eras todo lo que él había estado buscando. Te prometieron amor eterno, pero todo lo que obtuviste fue el infierno eterno.
Nunca sabías en qué te estabas metiendo. Esperabas lo mejor, pero acababas recibiendo lo peor.
Y no te engañes pensando que podrías haber sido más listo o más cuidadoso. No podías.
Porque tu corazón y tu mente nunca fueron programados para notar a alguien que es realmente bueno disfrazándose. Y tu torturador era excelente disfrazándose.
Parecía ser un tipo bueno y cariñoso. Lo hacía todo bien. Parecía demasiado bueno para ser verdad.
Te convencía de que era el mejor que ibas a tener y de que le importabas de verdad. Fue una gran jugada la que hizo para engancharte. Y una vez que fuiste toda suya, cambió.
No cambió de golpe. Empezó a cambiar poco a poco.
Cambió una cosa a la vez porque quería acostumbrarte al dolor poco a poco, para que una vez que vieras su verdadero rostro, no te sorprendieras.
Lo tenía todo planeado. Tenía su plan largamente preparado.
Hizo todo lo que pudo para atraparte en su red y alimentarse de tu dolor. Sabía que nunca te irías ya que no eras ese tipo de persona.
Nunca abandonas a los que amas, por mucho que te hagan daño.
Nunca te rindes. Eres el tipo de persona que lucha hasta su último aliento y eso es exactamente con lo que él contaba.
Durante mucho tiempo te has preguntado qué fue lo que hiciste mal. Durante tanto tiempo, has repetido recuerdos en tu cabeza para ver qué más se podría haber hecho para arreglar las cosas.
Pero no había nada más que pudieras haber hecho para arreglar las cosas, ya que él quería que todo te saliera mal.
Lo peor no es que no pudieras dejarlo ir. Lo peor es que luchaste incluso después de que todo terminara.
Lo peor es que aún quedaban rasgos de amor por él en ti una vez que acabó contigo.
Te llevó un tiempo escapar de él, pero te llevó aún más tiempo aceptar la verdad y lo que habías pasado para poder dejar ir los sentimientos que se desbocaban en ti.
Pero incluso cuando escapaste de su red tóxica, los sentimientos tóxicos que había impreso en ti permanecieron más tiempo del que esperabas.
Seguiste disculpándote por todo, incluso cuando sabías que no habías hecho nada mal.
Seguías pensando que todo lo malo que había pasado era culpa tuyaincluso cuando la mitad de las cosas no tenían nada que ver contigo.
Tenías miedo de hablar, de mostrar tus emociones o de relacionarte con alguien.
Los sentimientos que proyectaba en ti mientras estabais juntos permanecieron mucho tiempo después de que terminara contigo.
Ahora que todo ha pasado sigues culpándote, pero te prometo que nada de lo que te ha pasado ha sido culpa tuya.
Tu verdugo era demasiado astuto para que te dieras cuenta de que algo iba mal.
Así que no había nada que pudieras haber hecho de otra manera. Deja de castigarte por ello. No es culpa tuya.
Tienes que dejar de verte como una víctima cuando te miras al espejo.
Porque no eres una víctima. Eres un superviviente. Sobreviviste al infierno. Reconócelo. Deja que duela y luego deja que sane.
Vale, eres un poco roto ahora¿pero no lo estamos todos? Vale, sigues teniendo miedo, pero ¿no lo tenemos todos un poco?
Nada de esto significa que tu historia termine aquí. Es donde empieza. Porque la única forma de ir desde abajo es hacia arriba.
Así que deja de huir de tu pasado. Deja de huir de lo que le pasó.
Deja de reprimir tus sentimientos y de atormentarte por lo que has pasado.
Siéntete orgulloso de seguir en pie después del infierno por el que has pasado y no te avergüences de tus heridas y cicatrices porque son la prueba de tus batallas y la prueba de que eres un verdadero guerrero.
Hay luz al final del túnel, sólo hay que tener la paciencia suficiente y aparecerá.
Te espera un futuro brillante, pero tienes que dejar de quedarte parado en el mismo sitio y empezar a caminar hacia él.
¿Sabes lo que dijo un famoso poeta? Dijo: "La herida es el lugar donde la luz entra en ti".
No estás roto, estás lleno de lugares donde la luz puede entrar. Recuerda esto.
Sentado en un juzgado esperando a que el juez apruebe la orden de alejamiento. Creo que aún estoy en shock. Le he dejado. Nunca volverá a acosarme. Amé y me entregué a la persona equivocada. Hizo de todo para intentar doblegarme. Casi lo consigue pero yo sabía en mi corazón que me merecía algo mejor aunque eso significara estar sola. He cambiado para siempre. Que empiece la curación.
lo mismo pasa si eres el macho que sobrevive