No hay vuelta atrás, así que deja de mirar atrás. Deja de perder el tiempo deseando haber tenido un comienzo diferente, lo que cuenta es el final.
Te siento. Sé que tu pasado está tan vivo en tu mente y en tu corazón como si estuviera ocurriendo en este mismo momento. Lo entiendo.
La verdad es que repetir el pasado no te llevará a ninguna parte. ¿Por qué?
Te mete en un círculo vicioso de tristeza y dolor. Llorar los viejos tiempos te impide avanzar y vivir la vida que mereces.
Hay mucho potencial en ti, no dejes que se desperdicie.
Si tienes la mente llena de tu pasado, no hay espacio en ella para abrazar todo lo que está sucediendo ahora mismo y todo lo que te espera en el futuro.
¿Estás dispuesto a vivir en esta prisión emocional y aterradora el resto de tu vida? Por supuesto que no, nadie merece ese tipo de castigo.
Lo que se ha ido, se ha ido. Acéptalo.
Cuando te centras constantemente en todo el dolor y la pérdida de tu pasado, sólo le das más poder para gobernar tu vida.
Contrólate y deja de darle la oportunidad de arruinar tu futuro. El pasado pertenece al pasado, déjalo ahí.
Entiendo que pasaron cosas que cambiaron tu vida. Sé que también te cambiaron a ti.
Recrear ese momento, ese mismo punto de inflexión, no te hará cambiar de nuevo, pero sí perder la oportunidad de vivir en este momento.
Mereces estar plenamente vivo, date una oportunidad de luchar.
Ábrete. Sé que el cambio duele. Moldearte para aceptar tu propia vida y tu futuro no es fácil. Aun así, es necesario.
Tú eliges en quién te conviertes. Tú te adaptas. Atraviesa esta transformación, es la única manera.
Deja de centrarte en tus miedos y empieza a centrarte en quién llegarás a ser. Piensa en lo que quieres para ti en el futuro.
Nunca podrás olvidar tu pasado. Está lleno de tu vida. Está lleno de ti. Está lleno de todo lo que te trajo aquí. Pero ya no vives allí.
No te dejes pudrir dando vueltas una y otra vez en tu mente a acontecimientos del pasado. Tu presente y tu futuro te traen los regalos más increíbles, acéptalos.
La nostalgia es real. No hay pena más grande. Tu pasado está ahí, pero no lo suficientemente cerca como para que encuentres consuelo en él.
Llega un momento en la vida en el que simplemente necesitas cerrar el libro que estabas leyendo y empezar uno nuevo, sin importar lo mucho que te haya impactado.
Los remordimientos son reales. Lo sé. Recuerda siempre que TÚ no eres TUS ERRORES. Tú no eres tus luchas. Deja de castigarte.
Deja de pensar en todo lo que salió mal y en cómo podrías haberlo evitado. Si hubieras podido, lo habrías hecho.
Vamos, despídete de tu pasado. Duele, lo sé. Sé valiente. Vienen tiempos mejores. Déjalo ir.
Agradece tu pasado. Aprécialo. Aún así, déjalo ir. Vienen nuevas personas. Te esperan nuevas experiencias.
Ahora lo sabes mejor. Has aprendido mucho de ser herido, de cometer errores. Aprenderás aún más de seguir adelante. Hay fuerza en ti para hacerlo ahora.
Ten en cuenta que este mismo momento será también tu pasado algún día. Haz que cuente. No dejes que sea uno de esos momentos que recuerdas con desazón y tristeza.
Tiene todo el potencial para ser magnífico. Pero tú eres el único que puede hacer que lo sea.
Eres tú quien cuenta. Es tu decisión y tu poder para cambiar las cosas lo que cuenta. Que esta sea tu motivación.
Empieza a mirar hacia delante y deja de mirar hacia atrás antes de que arruines toda tu vida.
Hay tanto delante de ti pero no hay forma de que lo alcances porque te aferras a algo que está detrás de ti.
¿Ha oído hablar alguna vez de alguien que haya progresado quedándose en su pasado? Yo creo que no.
Esto, lo que tienes aquí mismo, es una nueva y maldita oportunidad de hacer las cosas a tu manera. Solo tiene sentido usarla.