¿Cómo perdonas a alguien que tomó todo tu amor y luego lo usó en tu contra?
Ese tipo de traición es algo que te marca de por vida.
Era ingenua, pero amaba con todo mi corazón. Nunca dudé de las cosas que me decías porque estaba muy encaprichada.
Me equivoqué al hacerlo, pero no pude resistir la forma en que me hiciste sentir. Creía que teníamos algo especial, pero supongo que para ti sólo era un juego más.
Nunca entenderé a la gente que juega con las emociones de los demás como si fuera algo inofensivo.
Nunca entenderé que algo que significa el mundo para una persona sea sólo una aventura para otra.
Fuiste la primera persona a la que dejé entrar en mi corazón. El mismo corazón que sintió tanto miedo de dejar entrar a alguien después de ti.
El mismo corazón que se rompió en mil pedazos porque no pudiste ser el hombre que decías ser.
Todo aquello me causó un profundo dolor y no entendía lo que me estaba pasando.
Mi mundo se vino abajo y todo lo que sabía dejó de tener sentido.
Estaba enamorada de un hombre que abusó de mí.
Mirando atrás, no entiendo por qué no lo vi enseguida.
Las mujeres enamoradas pueden ser tan ciegas. Toleramos tanto y ponemos excusas hasta el punto de hacernos ilusiones. Todo en nombre del amor.
Sólo años después nos damos cuenta de lo equivocado que estaba todo, pero para entonces ya es demasiado tarde.
Por desgracia, hay mucha gente que confunde el enamoramiento y la pasión con el amor.
Eso no podría estar más lejos de la verdad. El amor no es posesivo como tú y no exige como tú.
Me hiciste creer que los pedazos del supuesto amor que me diste eran el todo.
Me hiciste creer que el dolor tiene que ser parte del amor. ¿Qué locura es esa?
Ahora, las cosas son diferentes.
Se acabó la ilusión y por fin veo las cosas como son.
No eres un ser extraordinario que llegó a mi vida por caminos misteriosos como creía antes. No.
Sólo eres un hombre herido sin capacidad de amar porque no puedes amarte a ti mismo. Tú eres el que está perdido.
No es culpa mía. Nunca lo fue. No puedo ayudarte si tú no puedes ayudarte a ti mismo.
Esa es la lección que elijo aprender de ti: A amarme a mí mismo. No dejar que nada ni nadie lo cambie.
Para ello, primero tengo que perdonar.
Necesito perdonarme por dejarte jugar con mi corazón y necesito perdonarte para sanar ese mismo corazón roto.
Necesito perdonarte para estar por fin en paz porque me lo merezco.
Merezco sentirme en paz y seguir adelante con mi vida.
Merezco curarme.
Merezco sentirme completa de nuevo y dar la bienvenida a algo nuevo y mejor en mi vida.
Estoy preparado.
Todas las cosas que me han pasado tendrán sentido al final.
No lo tengo todo claro, pero no tengo miedo.
Todo lo que sé es que por fin estoy tomando las riendas de mi propia vida. Tengo fuerzas para seguir adelante y no voy a dejar que se me escape este sentimiento.
Nadie más que yo tiene el control de mi corazón y por una vez soy feliz.
Me alegra que no me hayas convertido en algo que no soy.
Me alegro de haber elegido escucharme a mí misma al final.
Ahora sé lo que no es el amor y por eso estoy agradecido.
A partir de ahora, sólo amor verdadero se llegar a mi corazón. Sólo el hombre que me acepte como soy y me atesore sentirá la grandeza de mi amor.
Siempre fui una amante y ahora sé que también soy una luchadora, porque me salvé a mí misma.