Pero sí, necesitas un cierre.
Es lo que te trae paz.
Tras el fin de una relación, todos necesitamos ese periodo final para afrontar lo que nos ha ocurrido.
Todos necesitamos esa declaración final, esa conversación final para despedirnos.
Sin un cierre, no sabes por qué ha terminado una relación, no puedes decir con certeza si es culpa tuya o suya.
No se sabe qué ha fallado.
Lo peor es que si no sabes qué ha pasado, ¿cómo vas a saber cómo solucionarlo?
¿Cómo recoges los pedazos de tu corazón roto?
Pero no importa lo que una persona te haga, desde pequeños se nos dice que tenemos que perdonar.
Quizá no olvidar, pero sí perdonar y seguir adelante.
El perdón supuestamente te hace mejor persona.
Eso es lo que te han enseñado.
¿Qué tiene eso que ver con el hecho de que estés herido y roto?
¿Cómo podrías perdonar si no has aceptado lo que ha pasado?
Perdonar significa absolver a alguien de haberte hecho algo malo.
También significa absolverte de cometer un error que no podrías haber evitado.
Así que intentamos hacerlo. Intentamos perdonar a esa persona que nos ha hecho mal.
Intentamos liberarnos del pasado, de los errores, de ellos y de nosotros mismos.
Sin embargo, sólo se detiene en el intento.
Rara vez nadamos hacia la superficie del éxito total.
Casi todos nos quedamos atrapados en las profundidades de las emociones oscuras, el resentimiento y el dolor que nos ha provocado una traición.
En el fondo, sabemos, porque así nos enseñaron, que el perdón es la única forma de salir del estado en que nos encontramos.
Pero, ¿qué ocurre si no puedes perdonar?
Aparece el sentimiento de culpa. Te sientes culpable por no ser capaz de dejarlo ir.
Te sientes culpable por seguir aguantando la rabia y el dolor que sientes hacia una persona que te hizo daño.
Aunque parece una reacción normal a lo que te ha pasado, te enseñan que no debe ser normal y que debes seguir adelante lo antes posible.
Te enseñan que es tu trabajo perdonar y que alguien o algo más se encargará del castigo.
Si vas por otro camino, si eliges la venganzaautomáticamente no eres una buena persona a los ojos de la sociedad.
Sinceramente, ¿a quién le gusta la gente vengativa?
No, se supone que sólo tienes que perdonar y esperar que algún día esa persona pase por algo parecido, esperas que entienda por lo que tú pasaste.
Ahora vuelvo al cierre.
Hay otra razón por qué el cierre es tan importantet.
Cuando consigues tu cierre, obtienes algún tipo de remordimiento por parte de la persona que rompe contigo o que te ha hecho daño.
Te dan un "lo siento", te dan una razón.
Está científicamente demostrado que las personas a las que se muestra remordimiento son más propensas a perdonar.
En otras palabras, el perdón no representará tanto problema.
La persona que te hizo daño está, en cierto modo, asumiendo la responsabilidad de lo que hizo.
Por eso es mucho más fácil superarlo.
Además, darse cuenta de que una persona está arrepentida de lo que hizo no deja una nube oscura sobre tu experiencia.
Al contrario, te da esperanza y un rayo de luz que ilumina lo que está por venir.
Te deja pensando que las cosas mejorarán.
¿Qué ocurre cuando el dolor te llega deliberadamente?
Por supuesto, no es lo mismo.
Hay personas a las que les gusta el dolor, les gusta causarlo y estar rodeadas de él.
Les hace sentirse poderosos y al mando.
¿Deberías perdonar a esas personas?
Por supuesto que no. El perdón no funciona así.
Una cosa es perdonar a una persona que no es consciente de que te ha hecho daño y otra muy distinta perdonar a una persona que va a por ti, sólo para hacerte sufrir.
Así que te pregunto, ¿hay necesidad de perdonar?
¿Sientes que necesitas perdonar o simplemente crees que debes hacerlo porque es lo correcto?
Verás... eso es exactamente de lo que estoy hablando.
No, no siempre tienes que perdonar.
Tienes que procesar lo que te ha pasado.
Tienes que entenderlo y tienes que curarte.
Tienes que responsabilizar a esa persona de lo que te hizo y ni siquiera tienes que hacérselo saber.
Es importante que compartas tu dolor con alguien, un terapeuta o un amigo.
Es importante dejar salir todo lo que sientes y no guardarte esos sentimientos en el fondo.
El perdón siempre es bienvenido, pero no es esencial.
Si no tienes el poder de perdonar en ti, asegúrate de aprender siempre de tus errores y, lo más importante...
No, no siempre hay que perdonar, pero siempre hay que seguir adelante.