Antes le prometieron amor y se quedó sin él.
Le dijeron que la querían y aun así se quedó sola. Creyó en los demás, solo para ver cómo esa confianza se volvía en su contra.
Y ella también quiere creerte pero el dolor sigue ahí, manteniendo todos esos muros en alto.
El dolor sigue ahí, manteniéndote fuera y manteniéndola a salvo. Ella quiere creerte y no lo hace, ambas cosas al mismo tiempo. ¿Porque cómo pudiste amarla? Cuando nadie más lo hizo, ¿cómo pudiste tú?
Antes dejaba entrar a la gente, sólo para que asaltaran su corazón y su alma.
Cogieron lo que necesitaban y se fueron, dejándola vacía y agotada.
Dejándola a levantarseCuando sabía que no había nadie que pudiera echarle una mano. Cuando creía que ella era la razón, la causa de su propio dolor.
Cuando se quedó preguntándose si había algo que podría haber hecho de otra manera. ¿Habría habido alguna posibilidad de que funcionaran si ella se hubiera esforzado un poco más?
Y con el tiempo, poco a poco se dio cuenta de que, por mucho que lo intente, no puede hacer que la gente se quede cuando no quiere.
Entonces, ¿por qué querrías quedarte?
Ella solía creer en el amor, ¿sabes? Creía que amaría a alguien de todo corazón y que él también la amaría.
Creía que tendría a alguien a su lado con quien envejecer. Alguien que la amaría incluso cuando su pelo se volviera gris y su cara estuviera toda arrugada por el tiempo.
Pero no importaría porque él la querría por lo que era.
No importaría porque cuando la mirara, vería a la mujer de la que se enamoró.
Una mujer con ondas de pelo castaño, pecas en la cara y mejillas sonrojadas, que ama la vida y lucha contra las adversidades.
Solía creer, pero ya no lo hace. Solía luchar, pero se rindió hace mucho tiempo. ¿Por qué no te has rendido todavía?
Se quedó sola demasiadas veces.
Personas que juraron amarla eternamente, la abandonaron. Las personas que le prometieron que estarían allí, no estaban allí cuando ella los necesitaba.
La gente que le quitó su amor y su calor, la dejó para que se congelara.
Y cuando le prometes que estarás ahí, para amarla, teme que también te vayas.
Cuando le dices que es la indicada para ti, ya te ve alejándote, como hicieron todas las anteriores.
Cuando la abrazas fuerte, ya siente la soledad que la golpeará cuando te vayas.
Quiere creerte pero la idea de que te quedes es lo que la aterroriza a muerte.
La idea de que alguien la haga creer de nuevo, sólo para romperla, es lo que le preocupa.
Tiene miedo de confiar en ti, porque después de la calma viene la tormenta. Y sabe que no puede sobrevivir a otra.
Estaba convencida de que era a la vez demasiado e insuficiente.
Ella es demasiado para manejar y no lo suficiente para aferrarse. Ella es demasiado para asimilar y no lo suficiente para amar.
Estaba convencida de que cada parte de ella estaba mal. ¿Cómo te recuperas de algo así?
¿Cómo volver a ponerse de pie cuando están demasiado rotos para mantenerte en pie? ¿Cómo seguir adelante cuando ya no hay nada que esperar?
E incluso cuando parece que lo tiene todo bajo control, sigue habiendo días en los que no puede levantarse de la cama.
Y hay días en los que se levanta de la cama, sólo para caminar vacía y hueca.
Está en piloto automático, haciendo lo que se espera de ella, pero sin vivirlo. No las ama. No se ama a sí misma. Entonces, ¿cómo puedes amarla?
Quiere confiar en ti. Quiere que pases por encima de todos sus mecanismos de defensa, quiere que seas tú quien recomponga los millones de piezas.
Quiere que seas la razón por la que escucha canciones de amor y las entiende. Quiere que seas la causa de sus mariposas y el motivo de su sonrisa.
Quiere desnudar su alma y mostrarte su parte más tierna y vulnerable. Pero necesita que te pongas de su parte.
Necesita saber que estás en ello tanto como ella. Dile que tú también tienes miedo.
Dile que la idea de entregar tu corazón a alguien te aterroriza, pero que ella lo vale.
Ella lo vale todo. Hazle creer que la quieres y lo hará. Demuéstrale que no hay nadie más para ti y ella será todo lo que siempre has buscado.
Una vez que te deje entrar, ese será el único hogar que necesitarás. Y tú también serás suyo.