Le echas de menos. Echas de menos la forma en que te abrazaba, haciéndote sentir sano y salvo. Echas de menos su voz y la forma en que decía tu nombre.
Le echas de menos. Lo entiendo. Hay mucho que echar de menos porque todos esos recuerdos que se amontonan en tu interior te hacen pensar que puedes haber dejado a una persona increíble, pero créeme, no lo necesitas.
Con todas esas lágrimas en los ojos, estás escuchando a tu corazón que te dice cómo deberías volver con él.
Tu corazón te dice que es a él a quien debes mirar para el resto de tu vida. Pero, por favor, piénsalo una vez más. ¿De verdad quieres volver a pasar por todo eso?
¿De verdad quieres volver con un hombre que no hizo más que hacerte daño? Detrás de todos esos recuerdos felices que ahora te rondan por la cabeza y te hacen arrepentirte de haberte ido hay una parte que estás elegir ignorar y es la parte más importante.
Es la forma en que te hacía llorar cada noche y la forma en que ni siquiera estaba ahí para que te secaras las lágrimas.
No deberías volver con un hombre que te hizo desgraciada. ¿Por qué querrías que te tocara un hombre cuyas manos huelen a otra mujer?
¿Un hombre que ni siquiera es consciente de lo que ha perdido? Sólo fuiste desgraciada mientras estuviste con él.
Estás atrapado en una batalla entre tu corazón y tu mente. Conozco esa sensación. Como si tu pecho se estuviera desgarrando desde dentro hacia fuera mientras tu cerebro te dice que sigas alejándote de él.
Te entiendo a ti y a esos pensamientos que luchan entre sí, sin saber nunca quién va a ganar. Pero créeme en esto, no lo necesitas.
No lo necesitas y nunca lo necesitarás. ¿Qué te dio además de lágrimas no deseadas y pequeños momentos de afecto que resultaron ser seducción?
¿Te dio sus palabras reconfortantes y un tono comprensivo? No. ¿Te dio seguridad, atención y amor? No. No te dio más que tiempo perdido que no volverás a recuperar jamás.
Y duele, pero sobrevivirás. ¡Mírate! ¡Eres un luchador! Eres maravillosa sin medida, así que aunque duela, aunque sientas que tus piernas se rinden y tu corazón se desgarra, debes saber que estarás bien. Igual que él.
Estarás bien sin él. Tal vez incluso mejor que eso, porque no estarás atascada con un hombre que no es capaz de amarte como te mereces y no es capaz de besarte sin pedir nada a cambio.
Dentro de unos años todo esto te parecerá un recuerdo desvaído, del que ni siquiera sabrás por qué te aferrabas tanto.
Te mirarás a ti mismo y te sentirás orgulloso. Cuando todo acabe y tu corazón deje de gritar su nombre, cuando tus pies ya no te pesen tanto y dejes de derramar lágrimas por él.
Llegará el momento en que vuelvas a esta situación y te sientas la persona más orgullosa del mundo, ¡porque lo has conseguido! Te has hecho más fuerte y eso nadie te lo puede quitar.
Coge fuerzas y sigue caminando. Volver con él ya ni siquiera es una opción cuando lo único que hizo fue convertirte en esta ruina.
Así que reúne todas las fuerzas que tengas y vete. Él no merece tu misericordia y no merece tu perdón. ¡No te merece a TI!
Antes de dejarte a solas con tus pensamientos, permíteme recordarte a ese hombre que te espera al final de este camino.
Un hombre que sólo te quiere a ti y que te mostrará cómo se debe amar a una mujer. Así que sigue caminando, con tu fuerza, cura tus heridas y él vendrá.
Un hombre de verdad que sepa tratarte bien y alguien que sea capaz de ver la bendición que realmente eres.
Así que no mires atrás. Sigue caminando.