Aunque no seas consciente de ello, hay veces en que querer y necesitar algo son dos cosas distintas.
Momentos en los que estás convencido de que perder a alguien a quien quieres profundamente te destruiría por completo, cuando a la larga, en realidad sería lo mejor que podría pasarte.
Momentos en los que estás convencido de que aferrarte a una persona mejorará tu vida cuando en realidad dejarse llevar de ellos es exactamente lo que tienes que hacer, a pesar de todo el dolor temporal que pueda causarte.
Momentos en los que no ves que te estás conformando con mucho menos de lo que mereces, pensando que es lo mejor que puedes tener.
Esto es exactamente lo que está pasando con usted y el hombre que está involucrado en este momento.
No quieres dejarlo ir porque no sabes que te esperan cosas más grandes una vez que lo hagas.
Aunque en el fondo eres muy consciente de que no es el hombre para ti, sigues esperando que las cosas cambien a mejor y que un día de estos se convierta en el hombre que necesitas que sea.
Afrontémoslo: te aterroriza la idea de alejarte de este hombre porque no sabes si podrías sobrevivir sin él.
Tienes miedo de que perderle te dañe emocionalmente hasta un punto irreparable.
Bueno, no estoy aquí para mentirte diciéndote que dejar ir a este hombre sería fácil porque será cualquier cosa menos eso.
Sí, al principio será un infierno. Será malo. Hasta que mejore.
Al cabo de un tiempo, te darás cuenta de que todo este tiempo te estabas conformando con menos.
Quizá lo hiciste porque él te manipuló haciéndote creer que nunca encontrarías a otra persona, quizá tenías miedo de quedarte sola, quizá lo hiciste por el pasado que compartisteis juntos o quizá no tuviste el valor de escapar de la zona de confort que él representaba.
En cualquier caso, la cuestión es la misma: recibías menos de lo que dabas y menos de lo que merecías.
Después de un tiempo, comprenderás que las cosas tenían que ser así, que todo en la vida sucede por una razón y por una causa mayor.
Comprenderás que Dios siempre tiene un plan y que ese tipo tenía un papel en tu vida: estaba allí para enseñarte algunas valiosas lecciones de vida.
Que si no fuera por este hombre, nunca sabrías lo que no quieres de la vida y lo que no necesitas de un hombre.
Verás que todas las luchas por las que tuviste que pasar sólo estaban ahí para endurecerte y convertirte en la mujer que eres hoy.
Que tuviste que pasar por una relación sin amor para finalmente aprender a amarte a ti mismo.
Que tenías que ser traicionado para ser lo suficientemente fuerte como para confiar en ti mismo.
Verás que a veces, Dios te arregla sólo para volverte a armar.
Que hay momentos en los que tienes que romperte en pedazos sólo para reconstruir una versión mejor y más poderosa de ti mismo.
Y lo que es más importante, una vez que finalmente pases página con este hombre, comprenderás que la única forma de darte cuenta realmente de lo que mereces es perder todo y a todos con los que te estás conformando.
Que la única forma de despejar el camino para el hombre digno de ti es deshaciéndote de todos aquellos que nunca fueron lo suficientemente buenos.
Que la única manera de encontrar a tu Sr. Correcto es dejando ir a todos esos Sr. Errores.
Y una vez que ese hombre especial entre por fin en tu vida, y llegará cuando menos te lo esperes, será entonces cuando empieces a entender por qué nunca funcionó con todos esos tipos anteriores a él.
Sólo entonces llegarás a comprender que simplemente tuviste que pasar por todos esos amores a medias porque si no fuera por ellos, nunca sabrías reconocer al adecuado cuando lo vieras, ni lo apreciarías de la forma correcta.