Da un paso atrás y ve las cosas como son. Estás constantemente esperando días mejores, que alguien esté listo, que alguien cambie, te trate mejor y finalmente se quede pero nunca lo hace.
En un momento está ahí, al siguiente no aparece por ninguna parte y te quedas solo, recogiendo los pedazos.
Este ir y venir que tienes te está cansando.
Está desordenando tus pensamientos y sentimientos. Te da una falsa sensación de pertenencia mientras él está allí y, cuando no está, te das cuenta de lo infeliz que eres con toda esta situación.
Es hora de mejorar tu situación y pide lo que te mereces. Tienes que poner fin a este ir y venir que tenéis o este escenario se seguirá repitiendo hasta que rompáis del todo.
Es hora de adoptar una actitud realista y ver las cosas como son, en lugar de como uno quiere que sean.
Es hora de dar prioridad a las cosas que mereces en lugar de las que estás recibiendo. Es hora de dar sentido a las cosas.
Este es el camino que debes seguir si estás dispuesto a poner fin a la relación de idas y venidas en la que estás envuelto:
1. ¿Cuántas oportunidades estás dispuesto a dar?
Esta es la primera pregunta que debes hacerte para poder aclararte.
Quizá todo el mundo merezca una segunda oportunidad, pero una tercera, una cuarta o todas las siguientes son demasiado.
Si sigues dándoles infinitas oportunidades, te llevarán a una vida de decepciones.
Así que, después de la segunda oportunidad, no des más oportunidades. Serán en vano. Desperdiciará todas y cada una de ellas.
2. Habla con amigos que sean francos y no te endulcen nada
A veces lo único que necesitas es oír cosas que ya sabes. A veces necesitas oír que alguien abusa de tu bondad y te da por sentado a ti y a tu corazón.
Por eso siempre debe acudir a su amigos contundentes cuando necesites un baño de realidad.
Sabes que no dirán las cosas que quieres oír, pero sin duda dirán todo lo que hay que decir para poner las cosas en perspectiva.
3. ¿Estás perdiendo la confianza?
La verdadera cuestión aquí es si confías en tu corazón o en tu mente a la hora de tomar decisiones.
Siempre es aconsejable seguir a tu corazón, pero tienes que llevar tu cerebro contigo.
El corazón a veces engaña. Por eso tienes que ver si lo malo supera a lo bueno, si hay más tristeza que alegría, si hay más desasosiego que tranquilidad. Y elige confiar en tu cerebro en este caso.
4. Averigua qué es lo que quieres exactamente
Tienes que tener esa charla contigo mismo sobre las cosas que estás dispuesto a tolerar y las que no tolerarás bajo ninguna circunstancia.
Pregúntese si está de acuerdo con la situación actual. Estás satisfecho con esta montaña rusa emocional en la que estás atrapado?
Si no es así, haz algunos cambios. Crea normas para ti mismo y conviértelas en algo obligatorio.
Te mereces respeto, amor, lealtad e inversiones, así que no te conformes con nada a medias.
5. Hable con él abiertamente
Una vez que entiendas las cosas por ti misma, es hora de hablar con él.
No permitas que te trate como una fregona con la que limpiar su suelo. No permitas que entre y salga de tu vida a su antojo.
No permitas que te dé por sentada o que te vea como una mujer que siempre está ahí pase lo que pase.
6. Date cuenta de que vales más
Te mereces mucho más que este vaivén que tienes montado.
Si quieres estabilidad y compromiso, no te conformes con menos. No deberías conformarte con las migajas de afecto y atención que te está sirviendo.
Necesitas a alguien que esté seguro de ti. Alguien que se quede pase lo que pase.
Alguien que se quede en las buenas y en las malas. Si no está dispuesto a darte todo lo que te mereces, deja que se vaya: no lo necesitas en tu vida.
7. Deja que se vaya
Esta es la parte más difícil, pero hay que hacerlo. Llegarás a ese punto de inflexión en el que sabrás que ya has tenido suficiente.
Los sentimientos seguirán ahí y alejarte de él será una de las cosas más difíciles que hayas tenido que hacer. Pero lo harás de todos modos y nunca mirarás atrás.
En ese momento, sabrás que te rompía el corazón pedazo a pedazo cada vez que se iba.
Que le diste suficientes oportunidades para hacer algunos cambios y tratarte bien pero nunca lo hizo. Él se quedará sin oportunidades y tú sin fe en él.
8. Establecer nuevas normas
Tendrás esos días de soledad en los que querrás enviarle un mensaje, llamarle para que venga o dejarle volver a tu vida, sobre todo con los primeros atisbos de que podría estar arrepentido.
Resiste esos impulsos. Todo es temporal. A veces tienes que ser más fuerte que tú mismo.
Cree sus propias normas o siga las de la norma de no contacto para sacarlo de tu sistema.
Todo lo que necesitas es tiempo para procesar las cosas. Y aunque pueda ser doloroso apartarlo completamente de tu vida, es necesario y te lo agradecerás más adelante.
9. Date tiempo para curarte
No esperes que las cosas mejoren de la noche a la mañana. Sé indulgente contigo mismo: tendrás altibajos, días buenos y malos, pero saldrás adelante.
Recuerda que siempre eres más fuerte de lo que crees.
Lo mejor que puedes hacer para que tu proceso de curación sea más eficaz es trabajar constantemente para sentirte feliz.
Puedes reinventarte por completo, hacer de tu vida algo de lo que te sientas orgulloso.
10. Déjalo atrás pero llévate la lección contigo
Algo bueno que salió de todo esto es que aprendiste la lección. Aprendiste para no repetirlas.
No permitirás que nadie te trate mal. No permitirás que te traten como un alto en el camino cuando tú eres el destino final.
No te conformarás con alguien que esté ahí sólo a medias: o lo está todo o no lo está nada; aquí no hay término medio. Sólo necesitas a alguien que quiera lo mismo que tú.
Pronto descubrirás que no tener la carga de que él entre y salga de tu vida es un gran alivio.
Ahora tu corazón está tranquilo y no hay nada que cambiarías por esa sensación de paz y armonía.