Todo lo que precede al día de la boda es muy romántico: planear una gran recepción, un vestido precioso y, por supuesto, tu príncipe azul.
Sin embargo, cuando el matrimonio está más avanzado, la vida puede parecer menos romántica. Menos emocionante. Menos interesante.
Ocuparte de tu casa y organizar tu vida después de la boda puede hacer que te preguntes si has hecho lo correcto.
Pregúntese por qué es mucho menos de lo que esperaba.
Tienes que confiar en mí. El matrimonio no es de ninguna manera menos. Es mucho, mucho más.
El matrimonio no siempre es arco iris y mariposas, pero profundiza el vínculo que has creado con tu alma gemela.
El matrimonio es dejar de lado las expectativas de lo que creías que debía ser y darte cuenta de que es mucho más de lo que jamás podrías soñar.
El matrimonio es acurrucarse en el sofá y darse cuenta de que no hay nadie más en todo el mundo con quien preferirías estar.
El matrimonio es poder imaginar un futuro juntos, sea cual sea.
Sentirte preparado para afrontar cualquier cosa que se te presente porque saber que vas a hacerlo con tu alma gemela te hace no tener miedo.
El matrimonio es aprender que una pelea no significa el final. Una pelea es solo una de las formas de mejorar y fortalecerse juntos.
Es decir algo intencionadamente hiriente y arrepentirte en cuanto sale de tu boca, con la esperanza de que te perdonen.
El matrimonio significa tener a alguien que te apoye incluso cuando estás en tu peor momento. Significa tener a alguien que se ría de tus chistes más tontos.
Significa estar siempre cerca. Para siempre. Para lo bueno y para lo malo. Significa que él te cubre las espaldas y tú las suyas, incluso cuando metes la pata.
En el matrimonio se comparte todo.
Tu casa, tu cama, tus secretos y tus pensamientos más íntimos, los que creías que nunca podrías compartir con nadie.
El matrimonio es sentirse seguro, querido y cuidado, y asegurarse de que la otra persona se siente exactamente igual por lo que tú haces por ella.
Matrimonio es pasar una gran parte de la noche destapado pero negarse de todos modos a conseguir edredones separados porque le quieres lo más cerca posible de ti durante el mayor tiempo posible.
Es cantar y bailar al son de la misma melodía, una melodía que sólo vosotros dos podéis oír.
El matrimonio es querer demostrar con todas tus fuerzas que tienes razón, pero decidir no hacerlo porque es menos importante que crear un ambiente sano entre tu pareja y tú.
Significa tener un mejor amigo que puede leer cualquier cara que pongas y saber lo que estás tramando simplemente por la forma en que le miras.
El matrimonio es demostrar al otro que te importa a tu manera.
No tienen por qué ser rosas, bombones y regalos.
Puede ser una comida casera, un fregadero fijo o una llamada en mitad del día para ver cómo está su ser querido.
El matrimonio no suele ser un gran gesto.
La mayoría de las veces es una maraña de pequeños momentos, recuerdos y cosas bonitas que os decís y hacéis.
El matrimonio es darse cuenta de que la belleza, la perfección y la aprobación social no tienen nada que ver con tu pequeña comunidad.
Es hacer un pacto secreto que garantice que siempre seréis vosotros dos contra el mundo.
El matrimonio consiste en no estar de acuerdo en muchas cosas, pero estar siempre seguro de una: asegurarse de que nunca, nunca, renuncian el uno al otro ni a su amor.
Significa disfrutar de las diferencias del otro y amar a tu pareja por sus defectos, no a pesar de ellos.
El matrimonio es enamorarse una y otra vez, cada vez de la misma persona pero de forma diferente.
No es sólo quererse, sino también gustarse y respetarse como personas. Significa trabajar juntos por un mismo objetivo.
El matrimonio no es una necesidad en la vida, pero es un lujo asombroso, que conlleva la promesa de amistad, amor y apoyo para siempre.
No es algo que se consiga sin más. Hay que trabajar duro.
El matrimonio es algo que se hace: aprender a amar y cuidar a tu pareja cada día de tu vida.
En efecto, el matrimonio comienza cuando te casas con la persona que amas, pero se construye amando a la persona con la que te casas.