"Un vínculo entre almas es antiguo: más antiguo que el planeta". ~ Dianna Hardy
Desde el momento en que nacemos, nuestra alma está destinada a tener una pareja. Antes de que las personas se conozcan y se enamoren en el mundo físico real, sus almas se encuentran en el mundo espiritual.
Crean un vínculo irrompible que se transforma en auténtico amor conmovedor.
Tienes que tener a tu media naranja, porque todos estamos incompletos. Por mucho que queramos creer que no necesitamos a nadie, sí que lo necesitamos.
Necesitamos a alguien con quien compartir nuestras cargas. Necesitamos a alguien que sea nuestra roca cuando llegamos a esos lugares oscuros de nuestra mente.
Necesitamos a alguien que nos complete.
Ese alguien te ayudará a ser una mejor versión de ti mismo. Te hará mejor persona. Hará que todos tus rasgos positivos superen a los negativos.
Tiene la capacidad de hacerte casi perfecto, lo mejor que puedes ser.
Hay una pequeña cosa. Oigo que la gente dice que no existe el alma gemela, que esa idea es una patraña.
Pero no estoy de acuerdo. Verás, todo el mundo tiene su otra mitad, eso no se discute. Es sólo que a veces la gente no sabe cómo reconocerlo.
Nadie dice que conectar con tu alma gemela vaya a ser fácil porque estéis hechos el uno para el otro. Eso no significa que los dos no vayáis a pasar por los mismos problemas de relación que los demás.
El comienzo de toda relación es duro, también lo es el de tu alma gemela. No esperes que tu mundo se tiña de rosa y flores. Es el mismo mundo que era antes.
Lo único diferente es que se te ha dado la oportunidad de reconoce a tu alma gemela porque podría estar disfrazado.
No te la juegues. En lugar de eso, esfuérzate por hacer que funcione porque, con el tiempo, todo tu esfuerzo y toda tu inversión en tu relación darán sus frutos.
En caso de que estés luchando por averiguar si él es tu alma gemela o no, aquí tienes algunas señales obvias que pueden ayudarte a aclarar el borroso panorama:
1. Es solidario
Nunca te dejará colgado. Decidas lo que decidas hacer, él te cubrirá las espaldas.
Aunque piense que no es lo más inteligente, te apoyará porque sabe lo importante que es equivocarse.
Aprenderás de ellos. Te dejará cometer errores, pero estará a tu lado cuando falles. Y no pasará nada. Tendrás su apoyo para seguir intentándolo.
2. Es como si se conocieran
Esto ocurre cuando conoces a alguien que estabas destinado a conocer. Tienes la sensación de que ya lo has conocido.
Su rostro resulta familiar y sus movimientos parecen tan naturales como si hubieras visto sus gestos mil veces antes.
¿Y qué hay del déjà vu? ¿Qué hay de esas veces en las que podrías jurar que ocurrió exactamente la misma situación con la misma persona? ¿Cómo es posible si le conociste el otro día?
3. Estás en la misma página
Cuando los dos os encontráis, habláis de todo: compartís vuestras historias de vida, vuestras aficiones, etc. Así es como se crea un vínculo más profundo.
Y en algún punto del camino, te das cuenta de que tienes, si no la misma, sí un conjunto similar de moral y valores.
Sois del mismo tipo de personas. Por eso es tan fácil hablar con tu otra mitad.
Por eso entiende todo lo que dices. Por eso entiende cómo te sientes. Porque puede identificarse con eso.
4. Te hace sentir seguro
Cuando tienes problemas o simplemente te sientes mal, anhelas su abrazo. Necesitas estar entre sus brazos.
El calor de su cuerpo, su respiración y los latidos de su corazón te hacen sentir segura. Estás seguro de que nadie ni nada en este mundo puede tocarte.
Incluso cuando irradias energía negativa, él tiene una solución. Te absorbe esa energía con su positividad. Y una vez más te sientes seguro.
5. Es digno de confianza
Nunca, nunca, nunca le ocultarías algo. No sientes esa presión y esa vergüenza que podrías sentir con los demás.
Puedes contarle absolutamente todo. Porque sabes que escuchará todo lo que tengas que decirle. Te dará consejos si los tiene.
Por eso puedes confiar en él. Porque sabes que no te juzgará. Sólo puede ayudarte.
6. Sientes el uno por el otro
Es una conexión telepática. Aunque no quieras decirle que te duele algo, él lo sabrá, lo sentirá.
Basta con que te mire a los ojos para que se dé cuenta de que algo va mal.
Y por mucho que intentes ocultarlo, fracasarás.
Y cuando vea que sufres, se compadecerá de ti. Sentirá ese dolor en su propia piel, como si le hubiera pasado algo malo.
Porque tú eres uno. Lo que te duele a ti también le duele a él.
7. Lo sabes
Algo muy dentro de ti te dice que él es el indicado para ti. Es algo que nadie puede explicar con palabras.
Es algo incomprensible y, por tanto, misterioso.
Es como si hubiera una especie de fuerza espiritual que os empujara el uno hacia el otro, y todas y cada una de las pequeñas cosas caen en su sitio.
Eso es. Tarde o temprano experimentarás todas estas señales. Sólo tienes que ser lo suficientemente sabio como para reconocerlos.
Sólo hay un alma gemela. Si le echas de menos, ¿quién sabe si volverás a encontrarle?
Pero, por otro lado, si le echas de menos, ¿significa eso que no hay nadie más para ti?
Y si es así, ¿adónde van todas las almas no reconocidas?