Parece casi redundante buscar las señales de una mala relación. Pero, en realidad, permanecemos en malas relaciones mucho más tiempo del que deberíamos. Una de las razones principales es que estamos tan acostumbrados a que las cosas vayan mal, que incluso lo malo se convierte en normal. La otra razón, aún más poderosa, es que queremos a esa persona y seguimos esperando que las cosas se arreglen y que toda la situación cambie a mejor.
Tenemos que darnos cuenta de que acostumbrarnos a ser infelices no es la solución. Necesitas a alguien cuyo principal objetivo sea hacerte feliz como el tuyo es hacerle feliz a él. También tenemos que darnos cuenta de que a veces el amor no es suficiente aunque sea lo más importante. Las relaciones necesitan confianza, honestidad, respeto, esfuerzo mutuo y trabajo constante. De lo contrario, el amor no puede sobrevivir.
Por eso a veces necesitamos un poco de ayuda y señales que nos hagan abrir los ojos y ver la cruda realidad de las cosas:
1. Tu pareja es demasiado controladora.
Sientes que te falta libertad. Él vigila todos tus movimientos y no te deja respirar. En estas situaciones, estás tratando con un manipulador tóxico o con una persona muy celosa. Las relaciones con cualquiera de ellos te asfixiarán, te alejarán de tus amigos e inevitablemente te causarán dolor. Las relaciones se basan en la confianza y ambos miembros de la pareja deben tener su propio espacio y tiempo. Si no tienes confianza, respeto y libertad, es hora de decir el adiós definitivo.
2. Disfraza los insultos en chistes.
"Es una broma", "No te enfades". , "¿Por qué te lo tomas todo tan a pecho?" son algunas de las frases que utiliza para encubrir simples insultos. Pero tú sabes que no es una broma si los dos no os reís. No permitas que te menosprecie o te trate como a un chiste.
3. Su comunicación se reduce a peleas.
Pelearse de vez en cuando puede ser constructivo y hacer crecer una relación, pero no puede ser vuestra única forma de comunicación. Si las peleas se convierten en parte de vuestra rutina diaria, estáis en problemas. Está claro que nuestra pareja y tú no encontráis el mismo lenguaje y sois incapaces de solucionar nada. Lo mejor que puedes hacer en este caso es darte cuenta de que simplemente no os entendéis y, a pesar de tus sentimientos, no deberías seguir con él.
4. Para empezar, no recuerdas por qué estáis juntos.
Os falta de todo en vuestra relación. Los gestos sencillos de amabilidad y afecto no existen. Intentas aferrarte a los "buenos tiempos" pero han quedado tan atrás que ya no los recuerdas con claridad. Te preguntas cómo has acabado aquí y por qué lo aguantas y toleras todo. Pero la verdadera pregunta es por qué no haces las maletas. La vida es demasiado corta para estar con alguien que te hace infeliz.
5. Te quedas por costumbre.
Esta es la trampa de relaciones duraderas. Las personas permanecen juntas durante tanto tiempo que ellas mismas no están seguras de si siguen en una mala relación por amor o por costumbre. Seguro que tienes sentimientos después de tanto tiempo, pero ¿es esa persona que está a tu lado realmente alguien con quien puedes ver todo tu futuro? ¿Está dispuesta a trabajar y arreglar las cosas que se pueden arreglar? ¿Es la persona adecuada para ti? Si la respuesta es "no", cuanto antes termines, mejor para los dos.
6. Es abusivo.
Ya se trate de maltrato físico o emocional, no hay razón alguna para quedarse. Punto. La persona con la que estás debe tratarte con respeto y ternura. Nunca se le debería pasar por la cabeza usarte o maltratarte de ninguna manera. Si su amor es verdadero, ni se le ocurriría hacerte daño. Vete inmediatamente.
7. Ya has intentado arreglar las cosas más veces de las que puedes contar.
Ya has probado todo lo que se te ocurre. Has tenido tus más y tus menos. Tu pareja suele intentarlo durante poco tiempo y luego vuelve a las andadas. Si las cosas en tu relación están rotas sin remedio, es inútil que te quedes. Tu intento de reparar las cosas sólo prolonga el inevitable final.