El otro día leí una cita de Johnny Depp que me hizo reflexionar sobre nuestra relación. Dijo que
Puedes cerrar los ojos a lo que no quieres ver, pero no puedes cerrar el corazón a lo que no quieres sentir.
Cerré los ojos tantas veces porque no quería ver cómo me tratabas. O mejor dicho, cómo me maltratabas.
Mi corazón ya no siente amor por ti porque hace tiempo que es consciente de que no te mereces un sentimiento tan puro y sincero. Y no puedo seguir cerrando los ojos a ello.
Me decepcionaste tantas veces pero te perdoné. Me insultaste tantas veces y también te perdoné. Me heriste una y otra vez y también te perdoné.
Todo lo que hice fue perdonarte. Te perdoné una y otra vez. Te perdoné tantas veces, cuando ni siquiera pedías perdón, cuando ni siquiera lamentabas lo que habías hecho.
Siempre tuve que ser comprensivo contigo y tus acciones, tan estúpidas y equivocadas.
Te inventabas las peores excusas y, aunque yo sabía que eran todas mentira, decidí fingir que creía en cada una de ellas.
Bien, esa soy yo. Una mujer que siempre elige ver lo mejor de las personas. Una que cree que la gente puede cambiar. Una con un corazón ingenuo que perdona a todos y todo.
En realidad, ése era yo, antes de decidir poner fin a todo eso, antes de darme cuenta del dolor que me causan la ingenuidad y la credulidad.
Yo era esa clase de mujer antes de decidir dejarte justo donde perteneces; en el pasado. Finalmente decidí trazar el final de la línea y no permitir que la cruzaras nunca más.
Cruzaste todos mis límites y luego me hiciste olvidar que alguna vez existieron. Cruzaste la línea de la falta de respeto pero gracias a Dios, finalmente encontré la fuerza para Di BASTA de una vez por todas.
Ya no puedes esperar que sea comprensiva. No puedes esperar que supere cosas tan horribles como si nunca hubieran ocurrido. No puedes esperar que te quiera igual.
De hecho, ya no puedes esperar nada de mí porque no te lo mereces. No me mereces a mí, mi corazón ingenuo, mis sentimientos sinceros, nada.
Aquí es donde trazo la línea y ten por seguro que ésta es la que nunca jamás volverás a cruzar. Esta vez, no tendrás éxito en tus miserables intentos de hacerme olvidar todo y volver contigo.
Esta vez, no me traicionaré a mí mismo. Esta vez, he decidido que es hora de mostrar algo de comprensión por mí mismo.
Todo lo que hice fue amarte honestamente, mientras que tú siempre me diste por sentado. No puedo soportarlo más. Eso se acaba ahora y aquí mismo.
En realidad, ahora te pido que seas comprensivo y me dejes en paz o que al menos seas lo suficientemente hombre al final y admitas tus errores. Admite que has perdido al amor de tu vida y que ha sido un error tuyo y sólo tuyo.
No, ahora no te pido que digas que lo sientes ni que me pidas perdón. Deberías perdonarte a ti mismo porque eres tú quien va a sufrir al final.
Te perdoné por todo hace mucho tiempo. Y no, no lo hice porque pensara que te lo merecías. Sólo te perdoné porque mi alma cansada merece tener un poco de paz.
Ya lo verás. Un día, cuando estés solo, lo entenderás todo. Comprenderás lo que tenías y lo que perdiste.
Lamentarás perderme el resto de tu vida y no podrás hacer absolutamente nada al respecto y por eso te dolerá aún más. Sólo te deseo una larga vida para que tengas más tiempo para pensar en esto.
El momento en que cruzaste la línea de la falta de respeto fue el momento de tu derrota y el momento de mi mayor victoria en la vida; el momento que lamentarás el resto de tu vida y que yo celebraré para siempre.