¡Hola, Depresión!
Quiero que sepas que escribo por muchas razones. Quiero ponerlo todo por escrito para ser consciente de que tengo una enfermedad real y que probablemente formará parte de mí el resto de mi vida.
También escribo esta carta para todas esas personas que no paran de preguntarme qué me pasa y por qué no tengo buen aspecto. Sólo quiero decirles que deberían ocuparse de sus propios asuntos y dejarme en paz.
Y, sobre todo, escribo esta carta para conocerte mejor. Porque, aunque formes parte de mi vida desde hace mucho tiempo, nunca te he hablado directamente. Pero ya va siendo hora, ¿no?
Es hora de aceptarte como un igual, porque aunque no lo crea, manejas mi mente y, de momento, no puedo hacer nada al respecto. Siempre estás ahí, y aunque crea que te has ido por un par de días, no puedo relajarme del todo, sabiendo que estás esperando a la vuelta de la esquina para atacarme de nuevo.
Pero nunca vienes solo. Siempre te acompaña tu mejor amiga. Ella es parecida a ti, pero aún así me hace sentir diferente. Hace que mi cerebro trabaje horas extras, como si fuera mi último día en este planeta y como si algo malo me fuera a pasar si no organizo mi vida. Se llama ansiedad.
Así que, ansiedad, si estás leyendo esta carta, quiero que sepas que hay un par de líneas en esta carta para ti también, ya que no quiero que te sientas desatendida. Al fin y al cabo, tú también formas parte de mi vida y yo también tengo que empezar a conocerte.
Tú y la depresión formáis un dúo perfecto que hace de mi día a día un infierno. Primero, me pones nerviosa por las cosas más insignificantes de mi vida, y luego, cuando me convences de que todo va a ir mal, viene la depresión y me dice que ni me moleste en levantarme de la cama porque soy incapaz de hacer nada bien.
Me dice que no valgo nada, que no soy suficiente y que los demás son mucho mejores que yo. También me dice que no me quieren y que la gente pasa tiempo conmigo sólo por sus intereses. Sigue diciéndome que no tengo valores y que los demás pueden hacer muchas cosas mejor que yo.
Y al final del día, después de luchar como un león durante toda la jornada, soy incapaz de pensar con claridad. Soy incapaz de hablar con normalidad con mis amigos, personas que se merecen todo de mí pero que sólo reciben las migajas de mi mesa.
Pero, gracias a Dios, saben cómo me siento, así que siempre me dicen que descanse un poco y que no me preocupe por no pasar tiempo con ellos, aunque haya dicho que lo haría.
Sabes, la depresión me está haciendo mucho daño, pero no sé por qué entraste en mi vida. ¿Por qué me haces todas estas cosas desagradables? ¿Por qué me haces perder la cabeza y por qué quieres verme hundido?
Porque por mucho que intente hablar conmigo misma, por mucho que intente racionalizar las cosas, simplemente no puedo. No puedo luchar contra ti porque cada vez eres más fuerte.
Por suerte, puedo fingir bien que estoy bien, aunque sigas alimentándome con tus oscuros pensamientos. La gente no ve que mi mundo en realidad se está desmoronando mientras hay una sonrisa en mi cara.
Sabes, viviendo tanto tiempo contigo, me convertí en un perfecto mentirosoY puedo convencer a todos los que me rodean de que estoy bien, aunque no lo esté. Puedo convencerles de que me lo estoy pasando como nunca, pero la cruda realidad es que no siento ninguna felicidad.
Estoy cómodamente insensible y en algún momento del camino aprendí a vivir así. Lo quieras o no, te acepté como parte de mi vida, y estoy luchando con ese sentimiento cada día.
Así que, como te conozco desde hace tanto tiempo, quería pedirte un favor. Quería pedirte que aflojes un poco, ¿quieres? ¿Puedes por favor dejarme vivir sin ti un par de días? Será bueno para los dos. Descansarás un poco de mí y Dios sabe que yo descansaré de ti.
Si me dejas un par de días, volveré a ser la de antes. Me reiré. Sentiré felicidad. Sentiré que Soy dignoy que soy suficiente. La vida volverá a ser bella para mí y podré respirar con los pulmones llenos.
Entonces, ¿qué me dices? ¿Me dejarás en paz por un tiempo? Te prometo que me portaré bien. Prometo que no me olvidaré de ti. La vida será más simple. La vida será sólo mía, y no la compartiré con nadie.
No pienses que encontraré otro amigo porque tú eres mi amigo para toda la vida. Así que no tengas miedo de irte porque yo no me voy a ninguna parte. Estaré aquí y cuando quieras, puedes volver. Pero cuando me dejes y cuando mires mi cara desde lejos, tómate un momento y piensa en mí.
¿De verdad quieres apagar ese fuego en mis ojos y esa risa que hace reír también a los demás? ¿De verdad quieres verme abatido, metido en mi cama durante días, pensando en el suicidio porque no puedo seguir viviendo así? ¿No sabes que si yo muero, tú también morirás?
Ten en cuenta que tú NO existes sin mí. Si no fuera por mí, no tendrías a nadie a quien aterrorizar. Así que te pido un pequeño favor, ¿de acuerdo? Ya que debemos vivir en simbiosis, hagámoslo más fácil para los dos. Si estás a punto de formar parte de mi vida para siempre, hagamos que esta asociación sea soportable.
Seamos amigos¿De acuerdo? Hablemos. Hagamos todo juntos. Pero separémonos de vez en cuando. Te aseguro que ambos necesitamos ese tiempo para nosotros.
Te aseguro que estoy haciendo lo correcto. Sólo dame un descanso, para que pueda reiniciar de nuevo. Dame un respiro, para que pueda reunir algo de energía para batallas sin sentido contigo.
Dame un respiro, así podré recordarme a mí misma lo que es ser feliz.
¡Vamos depresión, no seas tan zorra y déjame respirar!